Capítulo 37

9 2 6
                                    

Y así ocurrió todo, había sido un “Hasta luego” con el agridulce sabor de un “Adiós”. Había una promesa, pero nada más que pudiese dar seguridad de un encuentro venidero.

No tenía nada, solo tenía su palabra, y esa palabra que le había dado era para ir a buscar a Anne, y no solo porque se lo había prometido, sino porque quería hacerlo, tenía que hablar con ella. Entonces se dirigió hacia allá, hacia su casa, sabía que no podía llamarla porque su celular lo había dejado en el departamento aquella tarde que salió como alma que llevaba el diablo. Al estar de pie frente a la puerta de la residencia, se detuvo para tomar aire, quizás tomar valor. Al tocar el timbre el resultado no fue el que esperó. Nadie atendió, y no era porque no hubiese nadie en casa, sabía que había alguien, el ventanal del piso de arriba estaba abierto. Insistió e insistió, pero nada, no obtuvo respuesta. Fácilmente podría haberse ido y dejarlo todo para otro día, pero no quería hacerlo, él quería estar ahí, necesitaba hablar con Anne, y de ahí no se movería hasta que alguien le abriera.

Y así lo hizo, estuvo horas ahí, sentado frente a la puerta, tocando el timbre de vez en cuando con la esperanza de que quien estuviese adentro se cansara y le abriera. Pero fue cuando empezó a caer la tarde que vio el auto de Sharon acercarse. Automáticamente se puso de pie. Cuando ella descendió y le vio ahí parado, no iba a negar que se sorprendió, pero sabía que en algún momento él iba a estar ahí.

—¡Jor! ¿Qué haces aquí afuera?

—Discúlpeme Señora Sharon, yo necesito hablar con Anne. Pero no sé si realmente soy bien recibido aquí. Tengo horas tocando el timbre y no me abre. Sé que ella está ahí.

—Sí, está aquí. No la está pasando muy bien, se siente culpable de todo lo que ha pasado. Pero estoy segura que hablar contigo le puede hacer bien. –Caminó hacia la puerta para abrir, pero antes de hacerlo miró a Jor- Quiero disculparme contigo, en parte esto es culpa mía, porque fui yo quien le dejó aquella tarea a Anne la primera vez. No sabía en qué iba a desencadenar todo esto, pero ya vemos como terminó todo. Así que, de corazón, lo siento.

—Tranquila. Creo que nadie sabía lo que podría pasar con todo esto, pero aquí estamos ¿No? –Sharon movió la cabeza hacia un lado y suspiró. Al abrir la puerta le dio paso a Jor para que se adentrara a la casa. Dejó sus cosas sobre la mesa y juntos subieron las escaleras-

—¿Me esperas aquí? Quiero ver primero como está. –Jor asintió y cruzó los brazos mientras Sharon se acercaba a la puerta de la habitación de Anne. Tocó levemente mientras abría- ¿Puedo pasar?

—Mamá, déjame sola. –Respondió desde su cama-

—¿Cómo estás? –Anne se quitó la almohada que tenía sobre la cabeza y observó a su madre, tenía los ojos y la nariz rojos. Sharon se sentó junto a ella y le acarició el cabello. - Mi amor, tampoco puedes ponerte así. Esto te puede hacer daño.

—¿Y qué? ¿Acaso hice las cosas bien? Metí la pata hasta fondo y todo es un desastre. Todos me odian –Respiró profundo- Merezco estar envuelta en mi propia miseria. –Volvió a recostarse y a tapar su cabeza- Por cierto, alguien estuvo tocando la puerta durante todo el día como un desquiciado. Tenía que ser importante.

—Estás siendo demasiado dura contigo misma. –Anne no hizo ni un solo gesto- Ok, te dejo tranquila. Pero tienes que saber que quien tocaba la puerta como desquiciado, quería hablar contigo.

—No quiero hablar con nadie. –Le gritó por detrás de la almohada. Pero ahí fue cuando entró Jor-

—¿Ni siquiera conmigo? –Al escuchar su voz, Anne levantó la cabeza con sorpresa-

—¿Jor?

—Yo les voy a dejar solos, sé que tienen mucho de qué hablar. Cualquier cosa estaré abajo. –Dijo dulcemente Sharon mientras salía de la habitación-

—¿Por qué estás aquí? –Le preguntó ella sentándose y pasando sus manos por su cabello para acomodarlo un poco-

—Tenemos mucho de qué hablar. Además, quería saber cómo estabas. –Se quedó de pie, pero ella le hizo gestos para que se sentara- ¡Gracias! Ok, creo que hay un punto dentro de todo esto que ya ambos sabemos, un punto que ya hemos tocado varias veces en estos últimos días. Pero, creo que ambos nos merecemos la verdad, toda la verdad. La mía no es muy grande y ya te la conté, me siento un poco avergonzado por todo esto, especialmente por haberte negado todo. Pero esto pasó hace mucho tiempo, y quedó ahí. En cambio, lo que tú me ocultaste, va desde ese momento hasta ahorita. Y necesito saber la verdad, toda la verdad. –Anne le veía con dolor, sus ojos estaban cristalizados-

—¿Desde el inicio?

—Desde el inicio ¿Cómo entraste a SHIELD? ¿Cómo obtuviste esa misión? ¿Cómo terminaste con la gente de Hydra? Necesito todo. Yo quiero confiar en ti, necesito confiar en ti. Pero para eso, tienes que decirme toda verdad. Y hasta podría ayudarte con esto. Solo la verdad Anne.

—Ok, claro que te mereces la verdad. –Tomó aire y pasó sus manos por su cara- Creo que toda la historia comienza antes de verme vinculada con SHIELD. Siempre, desde que tengo uso de razón, solo hemos sido mi mamá y yo, no había otra persona. Es normal que, siendo una pequeña, la ver a mis amiguitos de la escuela con sus padres, me preguntara ¿Dónde estaba mi papá? Pero siempre que se lo preguntaba a mi madre, ella nunca me daba una respuesta, solo cambiaba el tema, era como si no existiera y era frustrante no tener nada, ni una respuesta. Curiosamente, prácticamente nadie en el trabajo de mi mamá sabia de mi existencia. Yo no entendía eso, pero tampoco me afectó, a mí la única que me importaba era ella. Para mí, mi mamá era una súper heroína. Recuerdo que varias veces llegue a acompañarle, yo estaba ahí, pero no era su hija. Cuando tenía unos 8 o 9 años, caminando por aquellas instalaciones, me topé con un grupo de jóvenes, no mucho más grandes que yo, que se estaban preparando para ser agentes. Era alucinante para mí. Imagina, yo quería ser como mi mamá, y ver a estos chicos que hacían estas cosas, mi mente explotó, yo quería hacerlo también. No tienes idea de lo mucho que tuve que insistirle a mi mamá para que me dejara entrenar solamente con ellos. Cuando entré, cuando por fin me dejó hacerlo, me sentía en el lugar indicado. Hasta llegué a olvidar esa obsesión que tenía por saber quién era mi padre. Ahí conocí a Adam. Él era como un hermano para mí, desde que era una niña estuvimos juntos, él me cuidaba, me ayudaba en todo lo que necesitaba. Le tomé mucho cariño, no te lo voy a negar.

—Entonces, solo entraste a SHIELD porque querías ser como tu mamá –Anne asintió- Imagino que también lo hiciste porque querías estar más tiempo con ella. –Ella encogió los hombros- Esto lo entiendo, es una locura, pero lo entiendo. Creo que yo también hubiese hecho lo mismo. Ahora ¿Quién es Adam? ¿Tiene un papel importante en esta historia?

—Sí, tiene un papel enorme. Nos la pasábamos juntos, pero teníamos objetivos diferentes, bueno, en realidad lo que él quería estaba cuarteado por lo que su abuelo le imponía. Yo quería salir, ser una agente de campo, él también, pero su abuelo quería que se quedara adentro. Cuando yo tenía unos 14 años, empecé a rogarle a mi mamá para que me dejaran salir, para tener una misión.

—¿Con 14 años?

—Lo sé, estaba demente. –Jor asintió- Yo quería hacer algo, quería marcar la diferencia.

—Voy a detenerte un momento para hacerte una pregunta, me habías dicho que nadie sabía que tú eras hija de tu madre ¿Y cuándo empezaste a “trabajar” ahí adentro?

—Muy pocas personas lo sabían. Yo no estaba con todo el grupo de chicos, estaba en un grupo muy pequeño. Algo así como de los familiares de los agentes. Todo era muy cerrado, confidencial. –Jor asintió- Obviamente Adam, lo sabía. Voy a regresar a lo que te estaba contando y luego continuo este chico. Resulta que luego de insistirle tanto a mi mamá, me dio una misión. Una muy sencilla en la que no debería tener problemas, no me iba a sacar de mi zona de confort ni nada por el estilo. Esa misión era vigilarte. Yo solo tenía que conocerte y de vez en cuando seguir tus pasos. La intención que tenía mi madre era asustarme al decirme que eras el hijo de Loki. Pero yo tenía tantas ganas de demostrarle que realmente podía hacerlo, que me dio igual de quien fueras hijo, me dio igual si eras un hechicero o si te podías convertir en una serpiente. Se suponía que iba a ser fácil, pero se me complicó todo cuando me empecé a enamorar de ti. Mi mamá perdió la cabeza cuando se lo conté. –Jor asintió con una sonrisa irónica- Luego lo aceptó, le costó, pero aceptó. El problema creció cuando tú me confesaste todo, cuando me tuviste tanta confianza para decirme todo eso que ya yo sabía. A mí me dio miedo, pero miedo de contarte la verdad, porque no sabía cómo ibas a reaccionar, y estúpidamente preferí romper tu corazón. Pero esto, que pasó entre nosotros, el hecho de saber que tú eras “el hijo de”, metió en mi cabeza otra vez la idea de saber quién era mi padre. Estuve muchísimo tiempo insistiendo con mi mamá, pero lo único que ella hacia era molestarse. Hasta intenté averiguarlo por mi cuenta, pero nada. Era, sigue siendo agobiante no saber nada y tener esa reacción. Eso lo único que hacía era darme más ganas de saber. Pasaron los años, apareció Luna, tu y yo regresamos. Pero yo tenía esa fijación en mi cabeza. Ahí es donde entra Adam nuevamente, yo le conté todo, lo que me pasaba con mi mamá y ese tema. Entonces él me dijo que sabía quién era mi padre ¿Por qué él me mentiría? Crecimos juntos prácticamente. Y me aseguró que me lo diría si yo le ayudaba con algo, pero que debía ser muy discreta porque podía ser peligroso, que lo hacía porque me tenía aprecio. Me llevó con su abuelo, y él me aseguró que Adam no mentía. Pero sí debía hacer eso por ellos. Yo no sabía que eran de Hydra, nunca tuve una pista, hasta meses después de aceptar.

—¿Qué fue lo que te pidieron?

—En la base de datos de SHIELD tenían registrados a Cass, Elijah y Peter. Tenían toda la información, sus identidades secretas y todo lo que pudiesen necesitar, también te tenían a ti, como una potencial amenaza, pero estabas registrado. Entonces, teniendo esto, y viendo lo que pasó aquella vez, cuando te fusionaste con Luna, estaban todos ustedes y varios chicos de los que no había información. Esto no era algo al azar. Había un grupo, un equipo de héroes que podían ser una amenaza para ellos. Yo estaba contigo, se suponía que tenía el acceso. Entonces me pidieron la información de todos ellos. Querían los archivos de ese grupo, incluyendo a Luna. Yo no sabía qué hacer, pero tampoco me pareció tanto, o sea, era SHIELD, y si lo hacía iba a tener lo que tanto quería. Pasé meses perfeccionando técnicas de hackeo y tantas otras cosas. Para que al final tu empezaras a alejarte de tus amigos, esto me estaba empezando a complicar las cosas. Y fue cuando regresó Luna. Ahí perdí el control completamente, o sea, yo tenía toda esta presión por lo que tenía que hacer y luego esos celos absurdos que me invadieron porque tú la veías a ella tan perfecta, y yo tenía todos esos secretos dentro de mí, y me volví como loca. Poco antes de entrar al cuartel por primera vez, fue que descubrí todo, fue que descubrí que esto lo estaba haciendo para Hydra. Mi cabeza no podía con tanto, pero me amenazaron, tanto con no decirme nada, como con hacerte daño a ti, además de contarte todo. Y ahí todo se me fue de las manos. No podía contarle a mi mamá lo que sabía, por miedo. –Todo esto fue como un duro golpe para Jor. Nada era de Anne, todo lo hizo por miedo-

—Este tipo, Adam ¿Qué pasó con él?

—Él fue quien te avisó en donde yo estaba, fue quien te envió toda la información sobre mí. Yo lo enfrenté, pero fue cuando estalló el caos y yo estaba perdida por lo que había pasado contigo. Le disparé en el hombro, y me amenazó, me dijo que nos volveríamos a ver. Y se escapó con su abuelo. No reaccioné a tiempo y se fue. Lo dejé ir.

—No es tu culpa Anne.

—Sí lo es. Todo esto es mi culpa.  Hace dos días, después de que hablamos, fui a buscarlo a su departamento, y resultó que no había nada, que lo habían vaciado. En menos de un día, borró su rastro.

—¿Sabes cuál era su apellido? –Anne se puso las manos en la cara y negó-

—Es estúpido, pero no lo sé. Cuando éramos niños, muy pequeños, él me lo dijo, pero a mí se me olvidó solo recuerdo que no era local. Hace tiempo vi su ficha y figuraba como Foster, pero ese no es su apellido. Estoy segura. –Jor suspiró y le tomó las manos, poniéndole un poco nerviosa-

—No tienes que culparte de todo. Tampoco te voy a decir que no tienes un poquito de culpa, pero al final todos la tenemos. No estás sola en esto, yo estoy aquí, y mientras yo esté a tu lado, nadie te va a hacer daño. –Estas palabras hicieron que empezara a llorar- Con respecto al tema de tu padre, te entiendo, claro que te entiendo. Pero tu madre debe tener una buena razón para haberte ocultado aquella información, para haber ocultado tu existencia hasta a la gente de SHIELD. Y quizás sea lo mejor. –Le secó las lágrimas- No quiero que llores, vamos a intentar resolverlo, todo ¿Sí? Puede tomar tiempo, pero no hay nada que no tenga compón. Ven –Extendió sus brazos para abrazarle. Ella se acercó acurrucándose en se pecho sin dejar de llorar- Ya, no llores –Le acariciaba el cabello- Yo estoy aquí contigo, y siempre voy a estarlo. -

Another Magical Issues Donde viven las historias. Descúbrelo ahora