Capítulo 16

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Aquella noche mamá estaba libre y por alguna razón me pidió que la acompañara a ver una película de terror que aunque no me apetecía demasiado, no pude negarme al ver que por fin después de tanto tiempo ella estaba pidiendo pasar un momento a solas conmigo, y eso era más de lo que podía pedir. A papá no lo vi en todo el día, mi madre dijo que estaba trabajando, y por alguna razón cuando se me ocurrió preguntarle acerca de su trabajo evadió mi pregunta y dijo que hiciera silencio porque la película estaba en su etapa cumbre.

Gael no llamó, pero pude estar segura de que estaba muy ocupado o cansado como para hacerlo. Me contó que había estado ocupado estos días resolviendo asuntos con su hermano, así que estaría un poco ausente. Y aunque sí me preocupaba su distancia, por un momento dejé de ser tan paranoica y me concentré un poco en mis deberes de la escuela. Se hacía un poco complicado teniendo en cuenta lo muy constantes que eran las imágenes filtradas de las noches anteriores en las que compartimos besos y unas que otras caricias.

Al terminar la peli, me senté en mi porche sola y marqué su teléfono varias veces, pero no contestaba y me mandaba al buzón, decidí dejarle un mensaje preguntándole donde estaba, y si todo andaba bien. Esperé un par de minutos y recibí su respuesta: "Mi hermano me llamó de emergencia, mañana paso a buscarte, ¿va?"

Una oleada de alivio recorrió mi cuerpo entero en el momento en el que leí su mensaje, le contesté que estaba bien, que pasara recogiéndome cuando quisiera, y que lo quería, me contestó que llamaría a mi puerta cuando estuviera lista. Abracé mi cuerpo instintivamente y agradecí en silencio su cariño y su atención.

Pese a estar perdido en su propio mundo, no abandonó el mío.

Me quedé ahí, mensajeando con Casey cuando el estruendoso rugir de la moto de mi padre se estacionó en la entrada. Mis vellos se erizaron y por instinto, me levanté ante su llegada. Se bajó con descuido, desaliñado como siempre. Se acercó a la entrada, y cuando estuvo a un metro de mí, me lanzó aquella mirada de molestia, examinándome de arriba a abajo.

-Hola, papá -susurré apenas audible, y abracé mi cuerpo dentro de mí suéter, fingiendo que el frío de la noche era responsable de mis nervios.

No contestó, su expresión seria y su mirada descuidada seguía provocándome aquella misma sensación de pánico. Estar cerca de él tanto tiempo, me aterraba de una forma insana.

-¿Qué haces aquí? -escupió con la voz ronca.

No estaba borracho, lo supe de inmediato.

-Estaba... tomando aire. Sólo eso.

De manera pronta, brusca y repentina, se acercó para tomar mi antebrazo con brusquedad e introducirse conmigo a rastras dentro de la casa. Quise lloriquear, pero supe que eso empeoraría todo. Me aventó hacia el interior con descuido y tuve que tomarme unos momentos para recomponerme sin tambalear.

Mi madre al escucharlo, salió de la cocina en nuestra búsqueda, y se quedó rígida en su lugar, esperando que alguno dijera algo.

-¿A quién estabas esperando, Leria?

Negué con la cabeza, temblorosa y asustada.

-A n-nadie.

Soltó una pequeña risita burlona y se avanzó dando vueltas por toda la sala. Parecía buscar algo, pero no saber bien qué. Mi madre no dijo nada, no se movió, y yo la imité, con mucho temor de que algún mal movimiento nos costara caro.

Se tiró sobre el sofá con mucho descuido, y me hizo una seña, para que le trajera la cena hasta su asiento. No esperé que me lo pidiera dos veces. Yo solo me apresuré, y lo atendí, esperando que eso lo mantuviera en calma un buen rato.

Los Demonios de Gael ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora