3.- Creo que ha sufrido un ataque de psicosis

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Me subí al coche, y mi hermano empezó a superar límites de velocidad, como de costumbre, con la mala suerte de que pasamos por delante de la policía, y obviamente, nos pararon.

-Buenas tardes caballero, le acabamos de pillar yendo a 137 kilómetros por hora en un límite de 80, ¿es que no ha visto la señal? -oh, genial, a ver cómo explicas esto hermanito.

-Eeeeeeh... No...

-Bueno, la verdad es que dudo mucho que haya disculpa para su exceso de velocidad, así qu... -y entonces, lo vi.

-¡ME CAGO EN LA PUTA! ¡PERO ESE QUÉ COÑO MIRA! -y claro, como buen servidor de la ley, el policía se empezó a preocupar.

-Señorita, ¿está usted bien?

-¡TÚ! ¡SÉ QUE SOY ATRACTIVA, PERO DEJA DE MIRARME YA! -a mi hermano se le iluminó la cara. Oh, oh, creo que ha estado pensando.

-Es que voy a llevar a mi hermanita al médico, creo que ha sufrido un ataque de psicosis -será hijo de p... ¡Espera! ¿Mi hermano... acaba de tener una... buena...idea?

-¡QUE NO ME MIRES, JODER YA! -el policía me miraba como si estuviera loca. Por favor. Hay gente rara en el mundo.

-Está bien, supongo que puede continuar.

-Gracias, señor -mi hermano subió la ventanilla-. Menos mal que alguien aquí tiene buenas ideas, porque si no, no quiero saber que sería de nosotros.

-Oh my god. ¿Estás orgulloso de llamarme psicópata delante de un policía?

-Hombre, vaya, ¿quién te crees que heredó aquí la belleza y la inteligencia?

-Eres un hijo de p...

-Llegamos.

-Aaaarg, más te vale dormir con un ojo abierto, porque pienso matarte con una cuchara, MUAJAJAJAJA.

-Estás loca.

En ese momento empezó a sonar mi teléfono. Era Helen.

-¿Hola?

-¡¿Dónde mierda estás?! -ups.

-Bueno mi hermano me pasó a buscar, y Daniel me estaba mirando y...

-¿Hay algo que no me hayas contado Kate? -ups otra vez-. Paso por ahí en media hora. Tú no te libras.

Después de media (exasperante) hora haciendo la tarea para casa, Helen llegó y fuimos a la vieja capilla de la colina. Allí le conté lo que pasó después de que nos separáramos en la cafetería. También le conté lo que pasó cuando llegó mi hermano. Me estaba poniendo nerviosa, ¿es que no podía dejar de reírse?

-Helen, cálmate.

-Pero... Es que... Los lobos... -y otro ataque de risa.

-¡Helen Deep, cálmate!

-Uf, eso ha sonado a tu madre riñéndote cuando estás leyendo.

-Cierto.

-Pero en serio, tu hermano, además de sexy, es gracioso.

¿He olvidado decir que a mi mejor amiga le parece sexy todo lo que se mueve?

-Ni se te ocurra volver a acosarle, me pone muy nerviosa.

-Tú te pones nerviosa por todo.

-Sí, bueno, pero... Dejemos de hablar de mi hermano, es raro.

-Está bien -rodó los ojos- ¿Y que hay de Daniel? Dios, ese chico es muy sexy.

¿Qué les dije antes?

¿Él? ¡Pero si es un psicópata! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora