19.- ¿P-podemos hablar?

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Kate's POV

El resto de la semana pasó rápido. Volví otras dos veces a casa de Dick, el cual seguía bajo amenaza por parte de Dan. Mi hermano llamaba cada pocos minutos para preguntarme si tenía que volver para darle una paliza a mi novio. Y Helen...

Ella seguía sin hablarme.

Sinceramente, no estoy muy segura de por qué le molestó tanto aquello, pero el caso es que no quería saber nada de mí.

—Seguro de que todo se arregla —en esos momentos, Hope era mi apoyo moral—. Tú y esa idiota no podéis vivir separadas mucho tiempo.

—Eso es muy esperanzador.

—Lo sé, lo sé.

—AAAAAAAAAAH, ME MUE-RO — Candy llegó chillando como la loca insoportable que era—. ¡SEAN ME HA PEDIDO SALIR!

—Deja de chillar, ya sabíamos que lleva meses detrás de tus bragas —ella me fulminó con la mirada. Iba a decir algo, pero en ese momento, vi aTobias. ¿Soy la única que cree que parece que le margino o algo así?—. ¡Tobias, hey, aquí!

Él miró a su alrededor, probablemente buscándome. Cuando me encontró, trotó hacia mí.

—Hola, Kate, hace siglos que no sé nada de ti.

—Lo sé, lo sé —puse mi mejor pose de diva, lo que provocó que él se echara a reír.

—Es más complicado hablar contigo que con un ministro.

—Y bueno... ¿qué te trae por aquí?

—Me has llamado.

—Muy cierto. Oye, Hope.

—¿Qué?

—¿Qué tal con mi primo?

—Me he perdido. ¿Quién es el primo de Kate?

—Ay, Tobias, qué perdido estás.

— ¡Hey! A Toby lo dejáis en paz —abracé su cabeza maternalmente.

—Kate.

— ¿Sí, HaNiLou?

— ¿Puedes soltar mi cabeza?

—Claro.

—Ahora en serio, ¿quién es tu primo?

—Luke.

— ¿El australiano? ¿Wilson?

—Ese mismo. Bueno, Hope, cuenta. ¿Qué tal la primera cita? ¿A dónde fuisteis? ¿Qué hicisteis? ¿Voy a ser prima segunda?

—Kate.

— ¿Entonces voy a ser prima segunda de verdad? ¡Qué ilusión!

—No estoy embarazada.

—Mierda.

—No fuimos a ninguna cita.

— ¿Ahora sois follamigos, o algo así?

—Nos lo estamos tomando con calma.

—Qué raro, viniendo de Wilson...

—Tobias...

—Oh, vamos, reconoce que siempre decías que eran gigolós.

—Tiene razón.

— ¡¿Qué?! ¡Es mi primo, no es un gigoló!

—Kate... —todos enmudecimos.

Detrás de mí se encontraba Helen Deep, con un aspecto catastrófico, pálida y llorosa.

¿Él? ¡Pero si es un psicópata! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora