Lo primero que oí al despertar fue mi despertador.
"Fue el que te despertó"
"Odio cuando tienes razón"
"Siempre tengo razón. Soy tu conciencia. Y deberías hablar con Helen. Fuiste un poco cruel."
"Cállate"
Después de mi batalla interna, el maldito reloj seguía sonando, así que lo cogí y lo estampé contra la mesilla. Y sonó a agua. Creo que cayó en mi vaso para beber por la noche y ahora no funcionará. Eeeeeeen fin.
Seguí en mi camita durante 5 minutos cuando oigo a mi hermano gritar.
-¡Kate, es hora de irse!
-¡¿Qué?!
-¡Mueve el culo, Helen ya está aquí, son las 8!
Mierdamierdamierda. Mierda.
-¡Dame 5 minutos!
Cogí los vaqueros, una camiseta y mis converse y me los puse a la velocidad del rayo. Me lavé los dientes, me peiné el pelo, o lo intenté. Las que tengan pelo rizado sabrán lo indomable que es. Me eché colonia y bajé. Oh, mierda, la mochila. Volví a subir, la cogí y bajé, salí por la puerta...
"Obvio, no vas a salir por la ventana"
"Cállate"
...y me metí en el coche. Todo en... 7 minutos. Tiempo récord.
-Has tardado más de 5 minutos, hermanita.
-Matt, cierra la boca y conduce.
Ahora que lo pienso, no he desayunado. Voy a morir.
Creo que Helen vio mi cara agonizante porque me dio una barrita de su Kinder Bueno.
-Gracias. Y siento lo de ayer. No debí haberme puesto así.
-Está bien, si no quieres hablar no importa. Pero ya sabes que estoy aquí para lo que sea.
-¿Para lo que sea? ¿Como una orgía lésbica con vuestras amigas? Yo me apunto.
¿Les he dicho que mi hermano habla y piensa como un gigoló?
-Matty, hermanito, si tú te apuntaras ya no sería lésbica.-Pude ver la cara de decepción de Helen. ¿En serio quería acostarse con mi hermano? Estoy rodeada de mentes pervertidas. ¡Que alguien me saque de aquí!
-Pues es una pena. Seguro que a Ryan le haría ilusión.
-¡Podemos dejar de hablar de eso! ¡Mi mente aún es virgen ¿sabes?!
"Sí sí, ya ya, lo que tú digas"
-¡¿Sólo tu mente?!
-Arg, no puedo contigo -llegamos y Helen y yo salimos del coche para entrar a la cárcel llamada instituto.
Pasamos al lado de Daniel, que (creo) no me miró. Más le vale. Pero me llamó la atención un chico que estaba a su lado. Tenía los ojos azul celeste y el pelo rubio. Entonces sonrió y casi me caigo de culo, ¡¿tenía hoyuelos?! Amo a este tío y ni siquiera lo conozco.
Continué mi camino como si no hubiera visto lo más parecido a la perfección personificada, y seguí a Helen hasta las taquillas, donde nos esperaba Candy.
-¡¿Habéis visto al nuevo?!
-¡Sí! Es simplemente perfecto.
-Pues dicen que es gay.
¡¿Qué de que?!
-No jodas. Pero, pero...
-¡No me digas que te gusta!
-¿Quién? ¿Él? No, qué va.
-¿Por qué mierda estáis gritando? -Helen tenía razón, todos nos estaban mirando-. Sé que es sexy, pero...
Ya tardaba en salir a flote su mente todo-es-sexy.
-¿Katherine Lewis?-Me di la vuelta y ahí estaba el chico con sus adorables hoyuelos-. Soy Tobias. Tobias Blumer. Estoy en el equipo de atletismo y me dijeron que tú eras la capitana y también que me enseñarías el instituto -¿Tobias? Todo lo que tenga relación alguna con Divergente es bienvenido.
"¿Quieres dejar de relacionarlo todo con libros y boy bands?"
-Hola Tobias. Sí, soy yo. Puedes llamarme Kate. Estaré encantada de enseñarte la cárcel, digo, el instituto.
-Genial.
-Sí, genial.-¿Qué mierda me pasa?
Vi pasar a Daniel con el gigoló, y adivinen, ¡me miró!. Le lancé una mirada asesina de esas que sólo yo puedo hacer, y desvió la mirada. Algún día lo mataré.
-Entonces... ¿vamos, Tobias?
-Claro.
Tocó el timbre, pero nosotros seguimos caminando. Tobias era... alto. Casi tanto como Daniel.
"¿Por qué le comparas con Daniel precisamente?"
"¡Ay, no lo sé, cállate!"
-Kate, ¿estás bien?
-¿Eh? Sí. Sí estoy bien.
Llegamos a las piscinas. Allí estaba Daniel, que cuando me miró, se le iluminó la cara.
Pero al mirar a Tobias se tensó. ¿Y a este qué le pasa?
"Está celoso"
"Cierra la boca"
"¿Cómo cierro la boca si soy tu mente?"
El sonido de un móvil me sobresaltó. Miré a Tobias, que se disculpó con la mirada y salió para contestar. Daniel salió de la piscina y se acercó a mi. Sus preciosos ojos azules me recordaron a... No sé, a ojos, supongo.
-¿Qué haces con ese?
Esto es nuevo. Desde que tenía 11 años se ha limitado a mirarme, sólo me hablaba para disculparse. Hasta ahora.
-¿Y a ti qué te importa? -vi que se tensaba aún más. No pude evitar fijarme en sus músculos. Perfectos. Y vuelvo a divagar. Por su expresión, supe que no tenía respuesta. Simplemente se fue a los vestuarios-. ¡Espera! -no se dio la vuelta. Ni se paró. El muy inútil me ignoró- ¡Dan! -ahora sí que se paró. ¡Aleluya!-. ¿No deberías estar en clase?
-Pedí permiso para venir a entrenar -dijo seco. Estúpido bipolar de mierda.
Justo en ese momento, Tobias entró.
-Ya está, era mi madre que quería que le hiciera un recado.
-Adiós. Podéis seguir haciendo lo que sea que ibais a hacer -y Daniel se fue.
Tobias empezó a reírse, dejándome a mí más que confundida.
-¿Y a ti qué mierda te pasa?
-Es que... Él pensaba que...
-¿Y?-creo que soné un poco dolida. ¿Tan fea le parecía?
-Oh. Es que, soy... -asentí, comprensivamente-. De hecho, él es bastante guapo -por mi cara de horror, supo que yo no estaba del todo de acuerdo-. Mejor me callo.
-Sí, mejor.
Empezamos a reírnos. Pobrecito Daniel, tengo que ver su cara cuando se entere de que Tobias es gay.
-Tengo la sensación de que tú y yo vamos a ser muy buenos amigos.
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¿Él? ¡Pero si es un psicópata!
Teen FictionSólo una cosa: si tu ex-mejor amigo parece un psicópata acosador, aléjate. Si tu ex-mejor amigo que parece un psicópata acosador quiere volver a enamorarte después de años sin hablar, corre lo más rápido que puedas. Pero si eres Katherine Lewis, ent...