21.- Can I kidnap you?

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— ¿Puedo suicidarme ya?

Ahí tenía a James Fox, segundo mejor amigo de mi novio y de Gigoló Johnson, tirado en mi sofá.

—Cap*, no seas grosera.

—No me llames Cap.

—Es más fácil llamarte Cap que capitana, que es más largo.

— ¿Qué demonios haces en mi casa?

—Cap, estoy aquí para protegerte, ya me lo agradecerás. —se apartó su pelo rubio de la cara y me lanzó una mirada de "soy sexy y lo sabes"

La madre que me echó.

—De quien me vas a tener que proteger es de mí misma. Y deja de invadir mi casa.

—Lo siento, Cap, pero tengo órdenes que cumplir. —rodé los ojos. El único chico que seguía las normas era Dan, y porque era una nenaza. Y llorón. Dios, que vida más triste tengo.

—Vale, trece*.

— ¿Trece?

—Trece.

— ¿A qué viene eso?

—Así te describo con sólo llamarte. —él asintió, dándome a entender que estaba de acuerdo.

Y que no pillaba el apodo.

—No voy a darte mala suerte —rodé los ojos—. Debes darme un horario con todo lo que tienes que hacer. Y debes pedirme permiso para salir, además de decirme a dónde vas.

— ¿Quién te crees que eres? —él sonrió, claramente encantado con la situación.

—Tu... Cuidador.

—Ya. Pues puedes irte, "cuidador" —hice comillas con mis dedos mientras me acercaba a la puerta para abrirla y sacarle de allí de una patada.

—No, Cap  —remarcó "Cap", a sabiendas de que no me gustaba.

—Bien. Como quieras —me di la vuelta y subí a mi habitación, cogí ropa de cambio y me metí en el baño para ducharme.

De pronto, mientras estaba aclarándome el pelo, un chorro de agua helada me cayó encima, provocando que cerrara el grifo. Y el causante de todo esto es James.

—Maldito intruso, deja los grifos y lárgate de mi casa.

—No, Cap  —su voz burlona me llegó del otro lado de la puerta—. Tus padres me pagan muy bien la hora.

Cogí el móvil y marqué a Dan, en un intento desesperado de echar a este inútil de mi casa.

— ¿Sí? ¿Nena?

—Tengo un problema.

— ¿Qué has hecho ahora?

— ¿Yo? Nada. Pero pregúntale eso a mi nuevo "cuidador" —la línea se quedó en silencio unos segundos.

—Debería preguntar quién es, ¿verdad?

—Se supone que sí —suspiró.

—Bien Kate, ¿quién es tu cuidador?

— ¿Cap? ¿Con quién hablas —a pesar de que no podía verme, fulminé la puerta con la mirada.

— ¿Kate? ¿Puedes explicarme qué hace James en tu casa? —suspiré profundamente para no gritarle—. Ah, ya. El cuidador.

—Muy bien, Dan. ¿Puedes venir a salvarme?

—Voy para allá. Dame 5 minutos.

Y 5 minutos después, estaban picando a la puerta de mi casa.

¿Él? ¡Pero si es un psicópata! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora