Tiro mi cuerpo hacia atras y bufo, apenas cruza la puerta. Froto mi rostro.
Mierda, mierda y mas mierda.
¿Porque es tan malditamente dificil?, cada movimiento, cada gesto que ella hace, hace que quiera tomarla en brazos y hacerla mia en ese mismo instante.
Sacudo la cabeza.
No necesite las clases de autocontrol de niño y no las necesito ahora. Yo puedo con esto, estoy seguro que con el tiempo desaparecera
Eres un idiota, no entiendes nada.
Ruedo los ojos al escuchar la voz en mi interior y lo ignoro, tomando los documentos de mi escritorio. Respiro profundamente y empiezo a leerlos.
O al menos eso intento.
Con cada palabra que avanzo, sus ojos verdes se colan por mi mente, el sonido de su respiracion saliendo de su boca. Los pequeños cabellos naranjas despeinados entre su rostro, su pequeño cuerpo. Uno que de seguro encajaria perfecto con el mio.
Mierda, es tan hermosa.
Suelto mis documentos y frunzo el ceño. Cierro los ojos y aspiro fuertemente el aire, su olor desapareció. Demonios, su olor.
De seguro se sentira muy bien sentirlo de cerca, acariciar mi nariz en su cuello. Besarlo..
No, basta.
No dejes que te desconcentre, Hermes.
Escucho la puerta ser abierta y abro mis ojos. Gruño bajo cuando la veo entrar, dejandome sentir su delicioso aroma. Lamo mis labios.
Endurezco mi mirada y observo sus movimietos.
Sus piernas se mueven una delante de otra, hasta detenerse frente a mi escritorio. Inclina levemete su cuerpo y saca la taza blanca de la bandeja.
— Su cafe, señor.— Oh mierda, creo que me llame asi se convirtió en mi nuevo fetiche. Su olor se intensifica unos segundos al inclinarse y aspiro disimulaamente. Se aleja y sus ojos se clavan en mi.
Puedo sentir que le intimido un poco. Sin embargo, sostiene mi mirada, y puedo llegar a decir que hasta algo desafiante.
Realmente interesante.
— ¿Desea algo mas?— ¿Como puede ser que malinterprete cada oracion que sale de su boca?
Por que si, deseo que se sientes en mi y me beses mientras te siento saltar sobre mi.
— No, puedes retirarte.— Hablo serio, asiente.
Se da vuelta, moviendo su largo cabello. Bajo mi mirada y me deleito, observando el movimiento de sus caderas.
Sale de mi oficina y vuelvo a frotar mi rostro.
Que mujer.
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Mi Alfa
RomanceHermes Stärke, dueño de la Empresa Petrolera Stärke. Concentrado plenamente en mantenerla en pie y otros problemas personales, por ejemplo, cazadores. Quienes aparecieron ya hace varios años atras. Pero aun asi, Hermes parecia tenerlo todo controlad...