Hermes Stärke, dueño de la Empresa Petrolera Stärke. Concentrado plenamente en mantenerla en pie y otros problemas personales, por ejemplo, cazadores. Quienes aparecieron ya hace varios años atras. Pero aun asi, Hermes parecia tenerlo todo controlad...
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Dejo de leer los documentos en mis manos, cuando escucho voces lejanas. Una de ellas muy familiar.
— Mierda.— Susurro, mientras me levanto. Acomodo mi saco, mientras camino hacia la puerta
La abro y avanzo unos pasos. Aprieto mi mandibula cuando logro ver a mi hermana a lo lejos, y peor, hablando con Octavia.
Su mirada se coloca en mi y aprieta su mandibula, pasa por al lado de Octavia y se dirije a pasos rapidos hacia a mi. La miro a los ojos y observo de reojo a Octavia, mirandonos confundida.
Bajo mi mirada, cuando Grace se acerca. Giro mi cabeza abruptamente, al recibir una cachetada. Toco mi mejilla y la miro.
¿Como carajos se atreve?
Abro la boca para gritarle, pero me deja la palabra en la boca cuando pasa por mi lado. Frunzo el ceño y me giro hacia ella. Detiene su cuerpo en la puerta, esperando a que yo entre.
Entro a largos pasos y escucho a mis espaldas como cierra la puerta.
— Que sea la ultima vez..
— Esa era su mate, ¿verdad?— Me interrumpe, me giro hacia ella
Maldición.
— Oh por dios.— Murmura, cruzandose de brazos— No me digas que tienes a tu mate como secretaria.— Aprieto mi mandibula y miro hacia otro lado— ¡Esto es inaudito!— Suspiro y tiro mi cabeza hacia atras cuando empieza a gritar — ¿¡Que pensarian papá y mamá si..?
Se detiene y la miro. Su mirada esta en mi cuello, frunzo el ceño.
— Dime que ella fue la causante de eso.— Señala mi cuello, frunzo el ceño
— ¿El que?
— El chupon, imbecil.
Parpadeo y trago saliva, esta vez bajando la mirada.
No debi dejar que Mia dirigiera sus labios ahi. No debi dejar que Mia me tocara en realidad, quería probar si podia olvidarme de Octavia por unos segundos, pero no funciono.
Al mismo tiempo que levanto mi mirada mi cabeza vuelve a girarse, al recibir otra cachetada.
— ¡Demonios, Grace!— Toco mi mejilla
— Eres un bastardo.— Empuja mi pecho. Aprieto mis labios, mientras instintivamente retrocedo — ¿Que mierdas estas haciendo?, ¿estando con otra mujer mientras tu Luna esta a una pared de ti?
— Ella no siente nada por mi, ¿que importa?— Frunce el ceño
— ¿Tu cerebro lo maneja un burro o que?
Alguien concuerda conmigo.
— No importa que sea humana, bruja, lobo o un maldito unicornio. La conexion surge entre ambos. Demonios, debi hacer que te tragaras las hojas de los libros de niños.
