Octavia
— ¿Qué quieres?— Pregunto directamente. Me acerco al auto mientras escucho su risa
— ¿Un padre no puede llamar a su hija porque la extraña?
— Un padre, si. Y tu no eres uno.— Entro al auto y lo arranco
Escucho su silencio y como suspira. Eso lo molesto.
— Te llevaste a mis hijos.— Aprieto mi mandibula— Me hiciste enojar.
— Los salve.— Empiezo a conducir— Me los lleve antes de que los arrastres a esa mierda.
— Esa mierda, te encantaba. Nunca podrás abandonar lo que eres.— Suspiro
— Solo dime que quieres.
— Fácil. Si no quieres seguir con el legado, ellos lo haran.— Entreabro la boca y frunzo el ceño—Puedes quedarte con Abby, es demasiado joven.
— ¿Crees qué son juguetes?—Pregunto entre dientes— Son niños. No voy a permitir que los introduzcas a eso. Y ellos tampoco.
Rie.
— No lo se pero, ¿hiciste algo con Liz?— Estaciono en la casa y cierro los ojos unos segundos —Esta niña tiene algo diferente, parece que me va a asesinar con sus ojos.
Mierda. Liz puede hacer eso. Pero, ¿porque no lo hace?, estoy segura de si no le importamos nosotros, menos le importara el.
— En fin, solo quería comunicarte eso.—Abro la boca para hablar pero cuelga
Frunzo el ceño y bufo. Me apresuro a salir del auto y camino rapido hacia la casa. Abro la puerta y suspiro cerrando los ojos por unos segundos.
— ¿O?— Abro los ojos y miro a Hermes— ¿Donde estan los niños?
Suspiro mientras se acerca. Lo abrazo y me responde.
Pensar en el hecho de que el me ayudara, me alivia un poco.
●○●
— Le dire a mis hombres que no lo dejen salir de la frontera.— Me muevo de un lado a otro
— ¿Qué tal si ya se fue?
— Tengo hombres en el aeropuerto. Y ya di su imagen, cancelaran el vuelo si es necesario. — Suspiro— Estan en Australia. Y tengo a todos buscándolos.— Se acerca a mi — Los encontraremos.— Coloca ambas manos en mis mejillas. Pego una en su palma
— Tengo miedo. Si se ve amenazado de seguro sabra que soy yo, es capaz de lastimarlos.— Niega con la cabeza
— No sabra que eres tu. De seguro ni imagina con lo que estas viviendo.— Sonrie levemente. Suspiro
— Espero.— Frunzo el ceño al recordar algo — Ya vuelvo. — Asiente algo confundido y me apresuro a correr hacia nuestro cuarto
Subo las escaleras y abro la puerta, tomo laptop y me subo a la cama. Abro mi correo y me apresuro a mandarle uno a Nicolas y otro a Jenna. Muevo mis manos nerviosa y luego de unos segundos Jenna contesta.
Le mando un mensaje diciendo que no se preocupe. Suspiro y miro mi buzon de mensajes, esperando que Nicolás me conteste.
Tomo mi telefono y marco su numero. Cierro los ojos unos segundos cuando me manda al buzón. Sigo intentando pero no contesta.
— Maldicion.— Miro el telefono
— ¿O?— Escucho a Hermes asomarse— ¿Que sucede?
— Es Nicolas, no contesta.

ESTÁS LEYENDO
Mi Alfa
DragosteHermes Stärke, dueño de la Empresa Petrolera Stärke. Concentrado plenamente en mantenerla en pie y otros problemas personales, por ejemplo, cazadores. Quienes aparecieron ya hace varios años atras. Pero aun asi, Hermes parecia tenerlo todo controlad...