Hermes
La miro con cautela mientras ella mira el suelo, posiblemente pensando las palabras correctas.
Se que para ella no fue facil decir eso, posiblemente se siente avergonzada y teme a las reacciones de los demas.
— Cuando mi mama se embarazo de mi.— Empieza a hablar— Mi padre esperaba a un niño. Naci yo y..— Niega con la cabeza— El no me trato como se supone que un padre trata a sus hijos. Al ser su primera hija se dispuso a..— Traga saliva— Enseñarme cosas. Era una niña de diez años. El empezo a hablarme de negocios, estafas, lavado de dinero. Robar, asesinar.
Baja su cabeza.
— Llegue a la adolescencia y el seguía entrenandome. Cada vez peor. En ese momento yo era diferente, no tan correcta, tranquila y timida como tu dices.— Me mira unos segundos — Obedecia hasta la mas minima y estupida orden que el me daba. Incluso si no me gustaba.
Toma una bocanada de aire y la suelta entrecortado.
— Cuando yo tenia dieciséis, el me ordeno a hacer algo. Un tipo no le habia pagado un prestamo, entonces me ordeno que fuera a su casa y se lo reclamara. Accedi, fui a la casa de ese hombre y tranquilamente le pedi el dinero.— Suspira frotandose la mano. Tomo una de ellas y las entrelazo
Me sonríe levemente y luego vuelve a apartar la mirada.
— El hombre estaba drogado. Y supongo que por que soy una mujer supuso que seria facil tratar conmigo.— Sonrie triste y acaricio su mano— Trato de atacarme, pero su estado no lo ayudo. Lo deje inconsciente, estaba nerviosa, no sabia que hacer. Llame a mi padre, y el simplemente me dijo que lo matara.
Cierro los ojos unos segundos.
— No queria hacerlo. Y estaba tan asustada, estaba sola.— Frunce el ceño y traga saliva — Pero sabia que si regresaba a casa sin hacer lo que me dijo me castigaría. Y no queria eso. Asi que tome el arma que habia llevado, solo la llevaba para asustar. Pero esa vez fue diferente.
Se calla unos segundos.
— Lo unico que considere bueno, fue que el estaba dormido. No podia ver sus ojos abiertos, ni sus suplicas, ni su miedo. Volvi a casa y mi padre luego de verificar que estaba muerto, empezo a enviarme a mas situaciones asi. En los que si uno de sus clientes no pagaba o hacía algo que a mi padre no le gustaba, yo tenia que asesinarlo.
Frunzo el ceño y me acerco mas a ella.
— Me ordeno hacerlo de todas las maneras, incluso torturarlos antes de hacerlo. Mi madre nunca estuvo de acuerdo con eso, siempre trataba de convencer a mi padre. Pero el solo la ignoraba. Llegue a un punto en que no aguantaba.— Muerde su labio— Ni siquiera mi madre, la unica que tenia, ayudo a que ignorara todo lo que hice. A todas la personas que asesine y torture, sentía que me perseguian, escuchaba sus voces en mi cabeza. No dormia.
Coloco un mechon detras de su oreja y cierra los ojos unos segundos.
— Crei que la unica manera de que parara, seria si acababa con mi padre.— Suspira y levanta levemente su cabeza, esta vez dirigiendo la mirada a la pared— Asi que un dia, prepare un postre, y coloque semillas de ricina en el. Haciendole creer que eran almendras. Y estuve tan cerca, tan cerca de lograrlo. Pero el tuvo la brillante idea de invitar a sus amigos, junto a sus familias.
Sus ojos se empiezan a empañar mientras aprieta los labios.
— Empezó a servirles a todos.— Traga saliva cuando su voz sale rota— Habia niños ahi, mujeres. No me importo ninguno de los hombres, todos eran como el. Pero habia inocentes. Intente llevarme el postre.— Me mira, lagrimas cayendo por sus mejillas— Lo juro, juro que intente llevarmelo. Habia mucha gente, los camareros lo transportaban por todos lados. Y cuando lo encontre, solo quedaba un misero pedazo. Asi que lo comi. No queria vivir mirando lo que hice. — Su pecho empieza a soltar espasmos silenciosos — No queria herir a nadie, solo a el.— Me mira— Solo queria morir.
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Mi Alfa
RomanceHermes Stärke, dueño de la Empresa Petrolera Stärke. Concentrado plenamente en mantenerla en pie y otros problemas personales, por ejemplo, cazadores. Quienes aparecieron ya hace varios años atras. Pero aun asi, Hermes parecia tenerlo todo controlad...