Capitulo 2

87.5K 6.4K 2.2K
                                    

— David, por el amor de dios, cuidado con Abby

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— David, por el amor de dios, cuidado con Abby.— Le advierto. Se queda quieto, con Abby entre sus piernas

Doy una mirada al taxista y luego vuelvo mi vista a mi laptop.

Aqui si que tienen muchos trabajos disponibles. Sonrio, elegi una buena zona.

Miro de reojo como el chofer me mira cada tanto, arrugando la nariz. Lo ignoro.

Mierda, hay un trabajo en la empresa Stärke. Esta si que es una oportunidad. Sin dudarlo mando mi currículum por e-mail, el ultimo de muchos.

Cierro rápidamente la laptop y miro al chófer, justo en el momento en el que me mira. Vuelve su vista al frente.

Lo miro seria unos segundos, giro mi cabeza hacia la ventana. Levanto mis cejas, al ver la ciudad.

La mayoria son edificios lujosos, muchos autos pasan, personas vendiendo helados, hot dogs, e incluso tortillas.

El taxi pasa exactamente por el frente de la empresa Stärke. Suspiro mirandolo.

Demonios, ya me ilusione. Pero vamos, ese edificio es uno de lo mas grandes y hermosos.

Sonrio.

Definitivamente me gusta esta ciudad, se nota mas vida en el ambiente.

El taxi sigue conduciendo por unos minutos y se detiene. Se estaciona frente a un edificio, nuestro futuro departamento.

— ¡Es hermoso!— Escucho gritar a Liz, sonrio. El conductor sale y se dirige a la parte de atras, para sacar las maletas

Salgo del auto y cierro la puerta. Observo a los autos pasar y luego camino, para abrirle la puerta a los niños.

El conductor deja nuestras maletas cerca nuestro, se planta frente mio.

— ¿Cuanto es?— Pregunto, sacando mi billetera

— Como son nuevos, les cobrare solo veinte.— Levanto mi ceja, al igual que mi comisura

Me sonrie, mientras me guiña un ojo. Sonrio y le entrego el billete de veinte.

— Bienvenidos a Melbourne.— Dice luego de tomar el billete, asiento. Se da vuelta e ingresa al auto.

Miro a los niños y tomo suavemente a Abby en mis brazos. Tomo con mi otra mano la maleta, los niños toman la suya y les hago una seña para que me sigan.

Suelto un momento la maleta para abrir la puerta pero la alejo, al ver que la abren desde adentro.

Un hombre con uniforme espera para que entremos, tomo mi maleta y entro seguido de los niños.

Me acerco hacia el escritorio, donde se encuentra la recepcionista. Hago una mueca.

Tiene cara de mala.

Mi Alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora