Capitulo 28

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Octavia

Miro la gran casa blanca, en la que antes yo vivia. Suspiro y salgo del auto.

— No es necesario que vengas, O.— Escucho la voz de Hermes— Mis hombres revisaran toda la casa.— Lo miro

— Lo se.— Se coloca a mi lado— Pero necesito revisarla yo tambien. Estoy segura que Nicolas esta en el zotano.— Empezamos a caminar hacia la casa y los guardias de esta enseguida se colocan en alerta

Nos detenemos y un guardia se coloca de frente, cruzandose de brazos.

— Señorita Smith.— Me mira algo confundido, mira a Hermes y luego detras nuestro— ¿Que es esto?

Suspiro.

— Mi padre ira a prisión.— Frunce mas el ceño— Asi que todo termino. Pueden irse a casa.— Se acerca unos pasos

— ¿Qué quiere decir con que todo termino?, no puede ir a prisión. ¿Usted lo hizo?

— Si.— Respondo— Y no hay nada que explicar.— Me acerco a la casa— Consigan un trabajo y mantenganse al márgen si no quieren terminar como el.— Digo pasando por su lado y mirandolo

Me acerco al porton y miro al guardia, levanto una ceja y se apresura a abrirlo. Camino por el jardín, miro los viejos arbustos y a los empleados arreglarlos.

Me detengo en la puerta, suspiro y la abro. Me adentro a la casa, mientras miro a mi alrededor. Las cortinas cerradas le siguen dando la oscuridad que recordaba. Camino mas adentro, a lo lejos esta la mesa del comedor. Rodeada de cartas y alcohol.

Tantos recuerdos en cada pequeño espacio.

— ¿Joe?— Frunzo levemente el ceño al escuchar una voz femenina. Miro hacia las escaleras y levanto mis cejas al ver a Pamela

Crei que estaria muerta, sinceramente.

— ¿Octavia?— Me mira con el ceño fruncido— ¿Donde esta tu padre?— Me mira unos segundos a mi y luego corre la mirada, posandola en Hermes

Entrecierro los ojos al ver como lo observa de arriba abajo, moviendo sus pestañas postizas.

Camino hacia el sótano.

— El no es alimento para sanguijuelas.— Murmuro cuando paso por su lado. Sigo caminando hasta llegar a la puerta, la abro y me apresuro a bajar las escaleras

Hago una mueca al sentir el olor a suciedad. El sótano es un pasillo de celdas, como si fuera a la antigua, mi padre los mantiene encerrados en rejas y cadenas. Y lo peor, sin comer.

Camino rápido por el pasillo, revisando cada celda. La mayoria estan llenas, y no se si esas personas estan vivas.

— ¿Nicolas?— Sigo caminando. Miro rápido todas las celdas, tanto que casi dejo pasar a Nicolas. Giro mi cabeza y apoyo mis manos en las rejas— Nicolas.— Reconozco su cabello. Su cuerpo esta de espaldas, acostado. Y por la oscuridad del lugar, no logro ver si respira o no

Giro mi cabeza, veo a uno de los hombres de Hermes.

— Ayudame.— Se acerca a pasos rapidos

— Si, mi señora.— Se acerca a mi y me hago paso para que abra, apoya sus manos en las rejas y hace fuerza para atras

La abre fácilmente, me apresuro a entrar. Me acerco al cuerpo de Nicolas y lo doy vuelta, apoyo mi cabeza en su pecho y mis nervios suben al ver que no se mueve.

Me alejo y coloco dos de mis dedos en su cuello, buscando su pulso.

— Esta vivo, mi señora.— Me giro hacia el hombre — Pero su corazon late muy lento, no podra sentirlo.

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