Hermes Stärke, dueño de la Empresa Petrolera Stärke. Concentrado plenamente en mantenerla en pie y otros problemas personales, por ejemplo, cazadores. Quienes aparecieron ya hace varios años atras. Pero aun asi, Hermes parecia tenerlo todo controlad...
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Me bajo del taxi aun pensativa, tanto que se me olvida pagar el taxi.
— ¡Oye!— Me doy vuelta, lo veo salir del auto— ¿Acaso no pagas?
Sacudo la cabeza, tocando mi frente.
— De verdad lo siento, estoy algo distraida.— Meto la mano en el bolso, mientras el hombre me mira desconfiado— ¿Cuanto es?
— Hey.— Escucho una voz femenina a mis espaldas, mientras yo sigo buscando mi billetera
Tengo que empezar a ser mas ordenada. Parece que tengo un laberinto en mi bolso.
Sonrio cuando la encuentro, la saco.
— Ahora si, ¿cuanto es?— Levanto mi cabeza, al mismo tiempo que veo el taxi marcharse. Frunzo el ceño y miro a la mujer
La recepcionista específicamente.
Me esta sonriendo, ¿porque me esta sonriendo?
— Buenos dias.— Me sonrie con todos sus dientes
— ¿Porque se ha ido?— Pregunto, asomandome brevemente y viendo el auto a lo lejos
— Oh, usted no se haga problema.— Hace un gesto con la mano— Ya lo solucioné.
— ¿Usted le pago?, dejeme que..
— Oh no, no puedo permitir que me pague.— Frunzo el ceño, coloca una mano en mi espalda— Entre, por favor.
La miro de arriba abajo desconfiada, mientras entramos al hotel.
— Buenos dias, mi señora.— Doy un respingo, al escuchar las gruesas voces de los guardias. Ambos inclinan su cabeza sin mirarme y abriendo las puertas
¿Señora?
— Buenos dias.— Murmuro
— ¿Desea que le lleve algo a su habitación?, puedo decirle al chef que haga una comida especial para usted.
Levanto una ceja.
¿Me meti a un taxi de otra dimension?, ¿porque esta mujer esta siendo amable conmigo?
— Se lo agradezco.— Le sonrio forzadamente, mientras retrocedo hacia el ascensor— Pero no, ire a descansar.
— Por supuesto.— Sonrie asintiendo y me giro, camino rápidamente hacia el ascensor y entro, marco el numero de mi piso— ¡Es un honor tenerla en nuestro hotel!
Abro mis ojos en par en par, mientras la puerta se cierra
¿Que carajos?
Tal vez la amenzaron con que si no empieza a ser amable la despidirian.
Me encojo de hombros.
Mejor asi.
Las puertas se abren, camino hacia mi cuarto y abro la puerta. Sonrio cuando veo a los niños jugar en el suelo, la niñera gira su cabeza, al igual que ellos.