Hermes
Arranco el auto y empiezo a conducir. Miro a Octavia a mi derecha y luego por el espejo retrovisor, observando a Liz.
El ambiente esta mas que tenso. Octavia sigue pensativa, ya no sabe que hacer con Liz, los terapeutas no sirven y esta negada respecto a mandarla a un reformatorio.
Y estoy de acuerdo. Es muy pequeña para que vaya a esos lugares.
— ¿Qué pasara con mi padre?— Salgo de mis pensamientos al escuchar la voz de David. Miro a Octavia pero su mente esta lejana, y mantiene su mirada en la ventana
Carraspeo.
— No le haremos nada. Nos aseguraremos de que no nos moleste mas.— Hablo suavemente — El volvera a donde pertenece y no podra volver aqui.
— Pero, seguira haciendo cosas malas. Debemos detener lo que esta haciendo.— Suspiro
— Es verdad.— Miro a Octavia cuando habla— Debemos ir a Estados Unidos, ademas tengo que verificar si Nicolas esta bien.
— ¿Qué sucedió con Nicolas?— Pregunta David. Asomando su cabeza hacia adelante
— Todavia no lo se, David.— Octavia gira su cabeza hacia el — Es por eso que hay que ir, destruir el negocio de papá y verificar que Nicolas este bien.
— De acuerdo.— Murmura David — ¿Y cuando iremos?
— Ustedes no iran.— Responde Octavia. Miro por el espejo de vuelta, Liz parece dormida — Es peligroso.
David chista mientras frunce el ceño, se cruza de brazos y echa su espalda hacia atras.
— Es por su bien, David.— Hablo, mirándolo por el espejo. Suspira y mira hacia la ventana, suavizando su gesto
●○●
— ¿La llevas tu?— Pregunta Octavia, al verme abrir la puerta trasera. Asiento
— Si, yo me encargo.— Asiente y empieza a caminar a la casa, seguida de David
Rodeo el pequeño cuerpo de Liz en mis brazos y cierro la puerta del auto con mi pie. Camino hacia la casa y me adentro, subo las escaleras y me dirigo a su habitacion.
Entro a ella mientras veo a David entrar al baño. Suspiro y la acomodo en su cama. La observo unos segundos mas y luego me doy vuelta.
— Se supone que ahora me arropas.— Giro mi cabeza hacia ella, observo sus ojos inexpresivos mirarme y luego como se arropa ella misma
— ¿Estuviste despierta todo este tiempo?
— No tenia ganas de caminar.— Acomoda su cabeza y cierra los ojos. Suspiro acercandome a ella
— Liz.— Me siento a un costado. Mantiene sus ojos cerrados — ¿Sabes que Octavia te ama, verdad?— Suspira pesadamente y abre los ojos
— Aqui vamos.— Murmura y se incorpora
— Lo sabes, ¿verdad?— Insisto. Me mira seria unos segundos
— Si.
— Bien. Ahora responde, ¿tu la amas?— Inclino mi cabeza hacia ella. Frunce levemente el ceño
— No utilices esa palabra.— Frunzo el ceño
— ¿Qué?, ¿amar?— Asiente— ¿Porque no?
— En el mundo en que vivimos, en el mundo en el que tu nos introduciste.— Frunce mas el ceño y la miro confundido — Amar es una debilidad.
Entreabro la boca y niego con la cabeza.
— Eso es lo que te pusieron en tu cabeza, Liz. Amar no tiene absolutamente nada de malo, ni siquiera en este mundo. — Mira hacia otro lado
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Mi Alfa
RomanceHermes Stärke, dueño de la Empresa Petrolera Stärke. Concentrado plenamente en mantenerla en pie y otros problemas personales, por ejemplo, cazadores. Quienes aparecieron ya hace varios años atras. Pero aun asi, Hermes parecia tenerlo todo controlad...