Cap#27

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Le miro atónita, no puedo evitar afirmar con la cabeza que lo que me dice es cierto, todas las noche tengo la misma pesadilla.

—No voy a negar que tengo pesadillas pero seguramente se irán pronto, no creo que sea necesario ir con una psicóloga.

—Sarisha no está a discusión tu asistencia con la psicóloga, irás, y es mejor que estés puntual. —la seriedad con la que habla y la fuerte presencia que tiene mi hermano me prohíben llevarle la contraria, además, este remordimiento que tengo de haberle quitado las comodidades que tenia, no me deja en paz, simplemente no tengo cara para negarle nada a mi hermano.

—Está bien seré puntual, pero... ¿Cómo voy a llegar?

—Mañana almorzaras con Denali, ella te llevará a la sesión.

—Pero no podemos molestarla de esa forma...

—No te preocupes por eso, ella se ofreció, además, no irán solas, las acompañará un amigo de confianza.

—¿Entonces ya está decidido?

—Si

—Como todo en mi vida —logró murmurar lo suficientemente bajo como para que no me oiga.

—¿Perdón dijiste algo?

—No, no era importante no te preocupes. —me doy la vuelta y camino hacia mi habitación. Quiero saber que es lo que está haciendo mi familia en estos momentos ¿cuándo volverán a India? ¿Les causé muchos problemas? Me siento al pie de mi cama y empiezo a pensar en todo y a la vez en nada.

—¿Los Duch me odian...? —sin esperar una respuesta, solte la ñregunta al aire.

—Estoy seguro que no pueden culparte, después de todo ellos te llegaron a ver como una hija. —me doy la vuelta y veo a mi hermano apoyado en el marco de la puerta.

—Gracias... —murmure

—Ya duerme mañana te espera un día agotador.

—Descansa hermano... —cerro la puerta con cuidado y con esa acción el último rastro de luz se fue... Queroa dormir con la luz prendida, ya no queria tener el mismo sueño, en el hospital empezaron estos peligrosos sueños, pensé que se irian al estar con mi hermanos y ahora... Me han persefuido hasta la India.

Los sueños son un arma letal que atentan contra la cordura, y yo simplemente soy una mujer que decea tranquilidad...

***

A la mañana siguiente me levanté agitada como de costumbre, con la pequeña diferencia que no grité, pero a cambio, no pude decir una palabra, ni cuando mi hermano me saludó ni cuando Denali llegó con una radiante sonrisa, Dahana le explicó la situación y ella tan fuerte y bella como siempre en vez de borrar su sonrisa y juzgarme me abrazó y con su permanente sonria contagiosa me dijo.- Tranquila, estoy aquí.

Sonreí de igual forma, Dahana apareció nuevamente en la sala con la compañia de un hombre de cabellos negeos y una baja barba recien cortada, sus ojos era de un tono miel preciosos y el tono de su piel era un suabe rono morenos, él era... El hombre del que seguramente antes me hubiera enamorado sin dudarlo. Jaidev se llamaba, un nombre poderoso para una apariencia tan hipnótica, nos saludo con mucha educación y tranquilizó a mi hermano.

—No te preocupes las llevaré y traere sanas y salvas.

—No me defraudes. —se despidieron y mi hermano salió apresurado por la puerta.

Denali y Jaidev me guiaron por los confusos caminos, y trataron de enseñarme como ubicarme en las calles, mientras caminabamos yo no podia parar de apreciar mi ciudad y mi cultura, viví tantos años aquí y ni así pude conocerla... Ahora lo intentaría.

Cuando llegamos al instituto Denali y yo entramos con mucha emoción, sin en vargo Jaidev se quedó afuera, queria preguntar por que no había entrado pero no pude pronunciar una palabra. Estaba muy preocupada al respecto, como iba a lograr conseguir el trabajo si no podia decir ni una palabra...

—Sarisha —Denali me paró en seco y su expresión de dulzura cambio a una de seriedad —Escichame bien, el que no puedas hablar es un problema, no soy psicóloga, pero estoy segura que no es que no puedes, es que no quieres, no te pasará nada por hablar o gritar Sarisha, ten eso oresente. —ella me daba fuerza de alguna manera, intentaba ayudarme a pesar de ser una completa desconocida.

Lo intentaría

—Gracias... —pronuncie tan bajo aue ni yo estaba segura de si lo habia dicho o pensado.

—Es un progreso —me regaló esa sonrisa de boca cerrada que me decia que debia hacerlo mejor.

Entramos a la oficina de la direcrora u la mujer nos recibió con poca, si no es que nada de emoción.

—Bueno acabemos con esro rápido. —bueno eso no me motivaba del todo.

—Bueno... Como le dijo su sobria estamos aquí por el puesto de profesora de danzas, mi amiga es muy buen en el baile, fue instruida desde pequeña, ademas... Es casada y cuenta con el permiso de su esposo... Y-y...

—Basta, es suficiente ¿tú eres la postulante o ella? —Denali trataba de seguir hablando pero la mujer la cortó de inmediato.

—Ella... —respondió bajito.

—Entonces permiteme que le haga la entrevista a ELLA. —me miró expectante, queria el trabajo, pero desde en la mañana no podia soltar palabra ¿que iba hacer? Me relami los labios con toda la decisión de dar las respuestas que pedía.

—Vine ha aplicar para el puesto —dije casi en un murmuro.

—¿Puedes hablar más fuerte? ¿Como esperas que las nieñas entiendan lo que explicas si no te oyen?

—Es solo....

—¡Esta enferma! —Diho Denali —Verá esta resfriada y no puede hablar fuerte, pero si le permite mostrar su experiencia seguro no quedara decepcionada. ¿Verdad Sarisha? —Me miró rogando que fuera cierto, en ese ámbito no tenia problema, tenia la suficiente experiencia en dansa de todo tipo, incluso estado unidenses, al menos ese conocimiento me servirá de algo...

—Bien, deberían haberlo dicho antes, como sea vamos al salón.

La mujer nos guió a tra vez de un largo pacillo que tenia una repetición de puertas de madera, todas las noñas estaban dentro muy concentradas, verlas me removió un poco los sentimientos, así que decidí mirar las baldosas y contarlas para distraerme.

Entramos a un salón que era perfecto oara desplazarse, me acerqué a la gravadora y puse un CD que llevé conmigo, las canciones que queria enseñar empezaron a sonar, todas tradicionales por su puesto. Me paré en medio del salón y seguí los pasos de las coreografias que por su puesto recordaba, el mover las caderas y los pies de forma tontindente era primordial y por su puesto dominaba aquellos pasos, me sentía capaz de enseñar, para mi, por desgracia era dificil olvidar...

Una hindú EnamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora