Cap#4

261 14 0
                                        


"En India las mujeres al casarse dependen de su esposo y sus suegros"

Mi Maan desde los 12 años me enseñó muchas cosas, como bañarme adecuadamente, como hacer que mi cuerpo siempre esté perfumado, como trensarme el pelo y... Como evitar sufrir en mi primera vez.

Ella me aconsejó que cerrara mis ojos y me imaginara en un campo verde jugando entre las flores, persiguiendo a uno de esos bellos pájaros pequeñitos que tanto me gustan.

Lo intenté en ese momento cuando el hacía y deshacía de mi, cuando sus manos tocaban cada parte de mi cuerpo, cuando mis párpados se negaban a abrirse por no soltar una sola lagrima, incluso cuando le rogué a los dioses que me llevarán al lugar más apartado de este mundo , deseé con todas mis fuerzas el estar en ese campo de flores, pero la realidad fué otra.

Cuando tomó lo que quizo de mi buscó su bata y se fué dejándome sola sin decir una sola palabra, no lloré y no grité cuando se fue como pensé que lo haría, simplemente recordé lo que dijo mi Maan y procure hacer cada paso exactamente como ella me dijo. 

Cuando todo termine él se irá y te dejará sola, no te preguntará si te duele y no te ofrecerá un tratamiento especial pero tu deberás pararte y ducharte, lávate como te enseñé y quedate una rato en la bañera, cuando lo hayas hecho ve a la cama y cambia las sabanas por unas nuevas, ponte el pijama que te di duerme y levántate temprano al día siguiente, sal un rato y agradece a los dioses el haber superado esa noche, desde ese punto ya estarás rota, el no podrá hacerte más daño.

Y has todo sin derramar una sola lágrima.

Hice todo lo que me dijo y como me dijo, funcionó, agradezco a todos los dioses el haber superado esto, ya es parte de mi pasado, pero siento rencor hacia aquel hombre que me tomó con tal brutalidad quise creer en sus palabras, pero soy demacrado ingenua.

Sin querer se me sale una lagrima y esta rueda por mi mejilla llegando a caer en mi clavícula —lo siento Maan te fallé, terminé soltando una lágrima por culpa de ese hombre, no soy tan fuerte como pensabas Maan.

Apoyo mis manos en la baranda y bajo mi cabeza con derrota ante el hombre que se debe estar riendo de mi en estos momentos.

—¡Soy una idiota! —no... Yo no seré su burla... ¡A quien engaño! ¡Soy débil!  Y moriré siendo débil... Veo como las aves vuelan libres, como envidio sus alas... —ya no quiero estar afuera, solo me deprimo más al ver como las aves pueden ser libre mientras yo tengo que seguir con mi papel de posesión y no de persona.

Cuando entro a la habitación él está ahí sentado al pie de la cama, me he quedado petrificada, en especial por que llevo un camisón negro corto casi trás lúcido, no entiendo por que mi madre lo escogió pero hasta ahora no se ha equivocado con nada, por eso acepté ponerme este camisón, trato de esquivarlo para entrar al baño pero se levanta y me abraza, al verlo de cerca tiene unas ojeras muy pronunciadas al rededor de sus bellos ojos... Ajjj como me odio.

—Lo siento... Jamás quise hacerte daño, estaba molesto y tenía miedo que Hendrik te arrebatara de mi lado tenia que hacer algo...

—Bien hecho lo lograste te llevaste lo más precioso que tenía —me aleja un poco para ver mi rostro, me doy cuenta que me mira directamente a los ojos buscando señales...¿De llanto?

—¿No lloraste?

—¿Tenía que hacerlo? —se ve sorprendido por mi respuesta, lo siento, mi madre tiene buenas tacticas Jayden.

—No, pero... Yo pensé que tu...

—Jayden —me mira con atención esperando a que trate de reconfortarlo, pero no tengo planeado hacer eso. —Mi madre siempre me ha explicado a detalle lo que pasaría en el momento en el que mi Pati quisiera tomar mi virginidad y me explicó como evitar sufrir, no te preocupes, tu solo cumpliste con la expectativa de mi madre, un hombre el cual solo me usaría para satisfacerse y luego me dejaría tirada.

—No es lo que quería que pasara ¡por favor escuchame!

—Claro te escucho.

—¡Pero no me escuches por que debas hacerlo, sino por que quieres hacerlo!

—Entonces quiero hacerlo.

—¡No, no quieres!

—¡Entonces que quieres! —¡Me he irritado!

—¡Que me digas como te sientes!

—¡¿Que quieres que te diga?! ¿que me sentí una estúpida el haberte creído todas tus mentiras y lindos gestos pensando que había un hombre bueno en este mundo espantoso?
¿Que quise llorar un mar entero en el momento que te fuiste y me dejaste sola? —mi voz se ha quebrado de forma involuntaria, bueno no es que mi cuerpo y sentimientos cooperen mucho conmigo últimamente —solo quería que volvieras y te acomodaras a mi lado, me abrazaras por la espalda y amanecieramos juntos... Pero tú... ¡Pero tú!—le señalo — ¡Me dejaste tirada!

Se ha quedado mudo, no me dice nada, no esperaba más de un... ¿Hombre? Y eso me molesta, me molesta tanto... como ya es costumbre no controlo mis impulsos y me acerco a él y le doy una cachetada que resuena en la habitación.

Me doy la vuelta y me adentro en el vestidor, tomo el primer Sari que veo me quito el mentado camisón y justo cuando quiero ponermelo siento unas manos rodear mi cintura me da la vuelta bruscamente y me besa, pero no es rudo como ayer, más bien es... lento y dulce, sus manos frias con el contacto de mi piel provoca que me sobresalte, pero a él no le importa, me sujeta con tal seguridad que podría llegar a creerle una vez más.

—No te volveré hacer daño, te quiero Sarisha —no puedo evitar mirarlo sorprendida —por favor no me mires así cuando te digo algo tan difícil de confesar, solo dime que me quieres.

—No..., es que... Es tan poco tiempo...

—Lo sé..., yo tampoco puedo creer que esas palabras hayan salido de mi boca, pero si las dije es porque desde que llegaste siento... Que soy más feliz, te lastimé y en serio lo siento —sujeta con ambas manos mi rostro y me mira a los ojos —déjame compensarte con lo que quieras, pídeme lo que necesites para quererme.

—Dame tiempo —no dudo ni un segundo, pero... ¿tiempo? ¿para que? ¿Por que pedí eso?

—Te daré todo el que quieras —asiento no muy convencida de lo que pedí, tomo mi Sari y no tardo en ponermelo ¡todo este tiempo estuve prácticamente desnuda ante él!

¡Que pena!

Bueno da igual, de todos modos él ya...me vio todo ¿no?

Necesito salir de esta casa, ya han pasado muchas cosas para que sea solo una mañana, bajo las gradas corriendo y cuando abro la puerta, la sorpresa que me llevé junto con el susto, es inmensa.

—¿Fahim?

—¡Hola hermanita!


☕🖤

Una hindú EnamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora