Capítulo final. Segunda y última parte.

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Sasuke.

Caminar a su lado estaba escrito en mi destino, pero el tiempo no jugó a nuestro favor.

La vida pasó frente a mí en el instante que apareció la destrucción frente a mis ojos.

—¡Sakura! —grite con furia y corrí a buscarla entre los escombros.

Todas las trampas habían sido detonadas, árboles, humo, fuego, caos. Maldije mil veces y me adentre en las sombras. ¿Qué había sucedido? ¿Quién lo había hecho? ¿Por qué? No había tiempo de pensar en respuestas, no había tiempo de nada, era demasiado tarde. El daño estaba hecho.

Busque activando mi Sharingan, grite hasta quedarme sin voz y sucumbí a la desesperación. Mi esposa no estaba por ningún lado, la guarida había sido destruída y no había pistas ni rastros que me llevarán a encontrarla.

Sentí que el corazón se me saldría del pecho en cualquier momento.

Un chirrido. Niebla. Voces huecas.

¡No puede ser! ¡No otra vez!

Me encontraron con la guardia baja. Todo me da vueltas, siento que la cabeza me estallara.

Fracasé. No pude cuidarla. Es lo único en lo que puedo pensar.

Me tiré en medio de la nada y me deje arrastrar por la locura. Mi mente se nublo, mi corazón palpitó acelerado y mi pecho dolió. ¿Dónde estaba, Sakura?

Pensar en perderla me dolía como nunca antes me dolió estar lejos de ella.

Me levanté dispuesto a no darme por vencido, a no dejarme llevar por mis emociones en ese momento. Ceder ante ellas para un Uchiha puede ser letal.

Una lucha contra el enemigo, contra mi mismo y contra la muerte.

Sentí escurrir sangre por mi frente, por mis oídos, pero no deje que eso me estuviera, el dolor físico no se compara con el dolor que causan las emociones, los sentimientos.

Me levanté decidido a pelear y a encontrarla. Caminé, busqué y no obtuve nada. No había rastros de ella.

No sé cuánto tiempo pasó.

Caí derrotado en medio del disturbio, llore hasta hacer sangrar mi ojos y los cerré buscando no abrirlos nunca más.

—Cariño.

Aún la puedo escuchar. Esa voz que me embelesaba el oído cada que se refería a mí. Ese tono dulce con el que me llamaba cada que la tenía cerca.

Duele, quema, es insoportable. La quiero de vuelta, la quiero conmigo. Me arde el pecho, el vacío de su ausencia pesa. No soy capaz de levantarme sin ella. No soy capaz de respirar sin ella. No soy nada sin ella.

El frío de la madrugada congela mi cuerpo, quizá muera está noche; ya nada importa.

Mi cordura empieza a abandonar mi mente.

El amor que siente un Uchiha es tan fuerte, tan grande y poderoso que es capaz de matarte en vida en una sola noche. Te lleva a cometer locuras y a conquistar mundos. Los Uchiha amamos con locura, con pasión y entrega.

Espera por miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora