Capítulo XVIII Tan claro como el agua.

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Sasuke.

Durante mi viaje de redención aprendí a ver la vida de diferente manera, desde admirar paisajes y disfrutar de ello hasta gozar los olores de la naturaleza, pero aún y con todo el conocimiento y la práctica que adquirí, jamás lograré igualar a Sakura. Ella, tan noble y sencilla. Esa forma tan natural que tiene de interactuar y conectarse con su entorno, su simpleza y naturalidad para gozar aún con el más mínimo detalle, su manera tan fácil de ser feliz.

Camina descalza sobre la arena, enterrando los dedos de los pies en ella en cada paso que da, siente mi presencia y voltea a verme, se intimida, baja la mirada y pasa un mechón de su cabello detrás de su oreja. Podría pasar todo el día observándola y jamás me aburriría.

Tenemos aún un largo camino por recorrer para llegar a nuestro destino, ese que estoy seguro, marcará una etapa importante de nuestra historia. Un lugar donde una parte de mí; la más olvidada, despertó.

La brisa del mar golpea mi rostro, es tan relajante que podría mantenerme una vida entera aquí. Recargo mi espalda en una enorme roca y me doy el permiso de cerrar por un instante los ojos, en tanto los recuerdos llegan a mí.

Tiempo atrás en un pequeño pueblo dentro del país de la cascada, conocí a una anciana que logro ganarse mi confianza y he de decir que mi aprecio también. Aquella mujer posee una gran sabiduría gracias a una larga vida recorrida.

Ella de cierta forma me ayudo a terminar de reconocer lo que siento por Sakura y me alentó a regresar a Konoha, aunque la decisión final la tuve yo.
Pero siendo sincero conmigo mismo, tengo que admitir que sin sus consejos jamás hubiera sido capaz de hacer tantos planes por sí solo tratándose de asuntos de romance, algo totalmente nuevo para mí.

Es tarde, el clima empieza a enfriar. Me levanto sin hacer ruido y comienzo a acomodar la leña para prender la fogata. El sol esta por ocultarse, Sakura está sentada frente al mar, está meditando tratando de recuperar parte de su chakra; es realmente buena en ello, su nivel de concentración es superior al mío.

—Katon: Gōkakyū no Jutsu.

Dejó lista la fogata, tomo la capa de Sakura y me acerco sigilosamente al lugar donde está ella. Me detengo unos pasos antes y espero paciente a que reaccione por si sola reconociendo mi chakra.

—Es hermoso, ¿no lo crees, Sasuke-kun? —exclama con suma tranquilidad en su voz.

—Lo es —afirmo y me acerco cubriendo su espalda con la capa. Ella sonríe, se sonroja y me invita a sentarme a su lado. —Este lugar es perfecto —agrego sincero, en algún punto de mi camino lo encontré y me quedé un tiempo aquí hasta que tuve que retomar mi viaje de redención.

—Gracias, Sasuke-kun —susurra.

—Gracias a ti Sakura —replico, ella se gira para mirarme y me regala una cálida sonrisa. Es hermosa, sus ojos verdes destellan a la luz de la luna, su piel aperlada la hace parecer una muñeca fina y delicada. Me siento de alguna forma ridículo al pensarla de esta forma, pero es imposible dejar pasarlo de largo. Estoy seguro que más de uno de ha dado cuenta de ello y de algún modo me enferma pensarlo.

—¿Sabes?, a veces siento que todo esto es solo un sueño y me da miedo que al despertar me dé cuenta que nada de esto está pasando —se acongoja, su expresión se nubla.

—Para ser sincero, también me resulta extraño que todo esto esté pasando, de un momento a otro las cosas cambiaron, pero créeme cuando te digo que todo esto es real —aseguro sin ningún dejo de duda. Esto es real, jamás nada en mi vida fue tan real como lo es esto ahora mismo.

—Sasuke-kun, ¿podemos hablar ahora? —entona un poco intranquila. Ha decir verdad me sorprendió que esperara tanto para hablar conmigo. Ya no es esa chica impulsiva y arrebatada, su madurez es notoria y eso me satisface en gran medida.

—Si —me levantó y estiro mi mano, ella la toma y se levanta. —Ven, vamos a acercarnos a la fogata, la noche está enfriando —le indico y caminamos sin soltar nuestras manos. Siento como una corriente eléctrica se desplaza por mi cuerpo, lanzo una mirada de reojo a su rostro y puedo darme cuenta que sonríe y luce apenada.

Se sienta debajo de cerezo recargando su espalda en el tronco, yo me coloco frente a ella, a espaldas de la fogata. Sé que está noche es importante, sé que hay asuntos que aclarar y enfrentar, todo es necesario para que lo nuestro funcione de la mejor manera.

Espero paciente, ella piensa más de la cuenta, puedo notar que duda y que no sabe por dónde empezar, decido intervenir.

—Te contestaré lo que sea, siempre con la verdad, pregunta lo que quieras—afirmo tajante.

—Te lo agradezco, Sasuke-kun —se reacomoda y juega un par de veces con sus dedos, suspira y toma valor. —No sé por dónde empezar, quizá deba...

—¿Quieres saber si tuve algo con alguien más? —inquiero tajante. Sus ojos se abren de par en par al igual que su boca.

—Yo... —titubea, —¿la tuviste? —entristece.

—No —afirmo, sonríe débil. Es mi turno. Quiero saber, algo dentro de mí quema por hacerlo. —¿Tú tuviste algo con alguien más? —pregunto sin miramientos.

—¡No! —exclama sorprendida. Sus mejillas se ruborizan, baja la mirada. —Alguna vez... —intenta explicar, pero teme y yo ardo por dentro, un sentimiento nuevo y quizá inexplicable por ahora me invade. —Algunos shinobis de la aldea y fuera de ella me llegaron a confesar sus sentimientos y no puedo ni quiero negarte que algo dentro de mí se encendía, algo que me causaba tristeza por venir de quién venía, porque lo único que yo quería era que fueras tú quién lo hiciera. De algún tiempo para acá llegué a pensar que debía enterrarte en mi pecho y tal vez empezar una nueva vida sin ti, pero algo dentro de mí se rehusaba a hacerlo —confiesa con la voz entrecortada. Por dentro sonrió con orgullo. Soy egoísta y no me importa. Saberme dueño de sus sentimientos sin interrupciones es sumamente valioso para mí.

—Tus sentimientos los atesoró ahora. Son enteramente valiosos para mí, gracias, Sakura.

—Me alegra que sea así, lo espere mucho tiempo.

—Ahora correspondo libremente a ellos. Confía en eso.

—Lo hago —declara conforme. Me acerco a ella y ofrezco mi hombro, ella recarga su cabeza y juntos nos perdemos observando entre las llamas danzantes de la fogata. No hay más preguntas ni respuestas. Todo se hunde en el silencio.

Es la primera vez en mucho tiempo que me siento tan vivo y diferente, por primera vez hubo un rayo de luz que ilumino la oscuridad de mi alma y la lleno de paz. Esa paz que se esfumó cuando vi a mis padres muertos, cuando Itachi me mintió.

Sakura ahora es dueña de mí ser, de mis sentimientos, de mis impulsos. Daría lo que fuera por ella, ahora y siempre. Ese lazo que intente romper en repetidas ocasiones sin éxito, ahora se ha reforzado y estoy seguro que es irrompible.

La noche transcurre sin premura, no se detiene, pero parece hacerlo ante nuestros ojos. Sakura descansa abrazada a mi pecho, ya no hay vergüenza de por medio, solo sentimientos emergentes. Su calor corporal es más que suficiente para calmar el frío de la noche, para calentar el frío que rodea mi corazón, su aroma me envuelve, es exquisito. Podría quedarme así con ella por la eternidad. Contemplo el cielo estrellado, su peso ha caído sobre mí, se ha dormido y disfruto de ello.

No hay impedimentos en mí camino, no hay nada que pueda atentar contra el amor que nos tenemos. Lo he aceptado ya, mis sentimientos están más claros ahora.

Espera por miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora