Capítulo VII Decisión.

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Sasuke

Gotas de sudor escurren por mi frente y caen sobre mi torso desnudo. Me dejó caer sobre el pasto sin soltar mi chokutō. Estoy exhausto, pero el duro entrenamiento que llevo ha resultado muy favorable para despejar mi mente.

Me cubro el torso de forma desprolija y me apresuró a llegar al departamento. No me agrada andar desarreglado por las calles.

El agua caliente cae sobre mi cara, me siento más vivo que nunca. Mi alma encontró la paz que necesitaba y por fin he podido tomar una decisión.

Salgo de la ducha con la toalla alrededor de la cintura, mi cabello está revuelto, está noche no tengo el más mínimo deseo de arreglarlo. Preparo mi ropa para el día de mañana. Aún dudo si usar la capa o no, para nuestro encuentro. Quizá deba asistir vestido un poco más ligero, lo último que quiero es intimidar a la familia Haruno.

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Fijo la venda azul alrededor de mí cabeza, al final he optado por dejar la capa y usar el poncho café.

Salgo desarmado. Me ha costado dejar mi chokutō, es la primera vez que salgo sin ella. Sin embargo, sé que es necesario.

Las calles de la aldea están más vivas que días atrás, al ser un día de descanso en la academia la mayoría de los niños han salido de sus casas para jugar y pasear por las calles, algunos otros planean hacer maldades; su mirada los delata. Sonrió y sigo mi camino.

No tardan en darse cuenta de mi presencia, la mujer gira en mi dirección y esboza una sonrisa, contrario a su marido que ha puesto cara de pocos amigos. La madre de Sakura me invita a pasar, asiento y le cedo el paso a la pareja.

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Todo ha resultado mejor de lo que esperaba. He preparado todo para salir a su encuentro, ella ahora es poseedora de la última palabra.

He pasado la mañana metido en la oficina de Kakashi. El tiempo es apremiante y ahora que decidí irme de nueva cuenta de la aldea es importante que deje todo en orden. La próxima reunión de Kages está pronta a llevarse a cabo; se avecina una serie de acontecimientos de los cuales no me interesa ser participé.

—¿Estás seguro, Sasuke?

—Si, Kakashi. No hay más por discutir. Encárgate de informar a Naruto.

—¿Por qué no lo haces tú Uchiha? —interpone Shikamaru desviando la vista del pergamino que tiene en sus manos.

Al ser el mejor estratega de la hoja y la mano derecha del Hokage es indispensable que este reunido con nosotros para definir la misión que llevaré a cabo.

—No me da la gana discutir con él, sé que se opondrá y querrá ir conmigo, es preferible que alguno de los dos se quede en la aldea.

—¿Y tú mejor opción es que yo lidie con él? —reprocha Kakashi.

—¿No puedes? —lo reto.

—¿En qué momento me perdiste el respeto? —reprocha indignado. Shikamaru reprime una risa y yo miro al Hokage, victorioso.

El informe quedó listo. Shikamaru sale de la oficina para llevarlo a encriptar. A más tardar mañana los Kages estarán enterados de la situación.

Es mi última noche en la aldea, pero aún tengo un compromiso pendiente.

Está por anochecer, las calles comienzan a iluminarse con la luz amarillenta que proyectan las lámparas de las casas, dándole un tono melancólico a las calles.

Mi compañero llegó puntual.

Naruto espera paciente recargado en un poste con los brazos cruzados.

Camino despreocupado, paso al lado de él y sigo de largo, él se incorpora al lado de mí.

—Kakashi me cito mañana a primera hora —informa.

—Es importante —afirmo tajante.

—Se trata de tus descubrimientos sobre Kaguya, ¿verdad?

—Solo acepta tu papel en esto.

—Podría...

—No —lo interrumpo. —No acepte cenar contigo para hablar de eso. Si sigues insistiendo me iré a descansar.

—Está bien, pero no podrás evitar tener esta conversación otro día.

—Hasta entonces tendrás que esperar —bufa y asiente nada complacido.

Caminamos en silencio. Es agradable.

No siempre es necesario decir o hacer algo para sentirse en armonía con otra persona, y con Naruto es difícil conseguirlo.

Ha madurado.

—¡Naruto, que gusto verte! —exclama el viejo. Recorre su mirada hasta mí en cuanto me ve entrar. —¡Bienvenido! —me dirige. Asiento y nos sentamos frente a la barra.

El lugar ha cambiado apenas un poco, los taburetes son nuevos y fuera del local hay un señalamiento que indica trabajos de mantenimiento aquí. Es de cierto modo nostálgico estar en este lugar.

—Dos ramen grandes, viejo Teuchi —ordena Naruto entusiasmado. Sonrió al recordar los viejos tiempos.

Después de todo se lo debía a mi único amigo.

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Es hora de partir, es mi turno de actuar.

Solo por hoy, he reemplazado el entrenamiento por un largo tiempo de meditación. Necesitaba reforzar la paz que poco a poco volvió a resurgir en mí.

Termino de pulir mi chokutō y la enfundo. Cierro la puerta del departamento y me encamino a la torre Hokage, debo notificar a Kakashi mi salida de la aldea. Apresuro el paso, no deseo encontrarme con Naruto y mucho menos tener un enfrentamiento con él. Después de que se enteré sobre los detalles de la misión, estoy seguro que se pondrá como loco.

—Así que estás decidido —admite Kakashi con orgullo.

—Si —respondo firme. Una sonrisa se marca debajo de su máscara.

—Se cuidadoso con sus sentimientos, Sasuke. Será impactante para ella volver a verte.

—Lo sé —reconozco. Le doy la espalda a Kakashi y camino a la puerta. —Te mantendré informado.

—Hazlo —demanda autoritario.

Espera por miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora