Espera por mi

Capìtulo XI El miedo despertó.

Sakura

Me siento muy cansada, el cuerpo me duele al realizar algún movimiento, me siento aturdida, desconcertada, es... como si estuviera fuera de la realidad.

Tengo muchas emociones despiertas, el estómago revuelto, siento que la cabeza me va a estallar y mi corazón va a colapsar, su voz resuena una y mil veces en mis pensamientos. Aún no puedo creer que sea real. Él está aquí.

Quisiera salir corriendo a buscarlo, pero tengo miedo de no encontrarlo. Y si lo encuentro, ¿qué le diré?

Cierro los ojos y lágrimas salen al hacer presión, me pesan los párpados, quizá dormir un poco más me ayude a estabilizar mis emociones.

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Despierto y me incorporo de golpe en medio de una angustia inmensa, me duele el pecho, pero es un dolor como aquella vez, la primera vez que se fue...

—Sakura

Es él.

No puedo articular palabra alguna. Lo miro incrédula, está frente a mí, con ese semblante serio e inexpresivo que lo caracteriza.

—Debes comer.

Tiene todo listo, es como si hubiera estado esperando a que despertará. Acerca un tazón con caldo caliente y en otro un poco de pescado. No dice más. Su silueta se pierde afuera, en medio de la noche.

Tengo un montón de sentimientos encontrados, pero no me siento feliz.
Encontrarme con Sasuke al despertar, solo me ha generado una y mil preguntas en la cabeza. No sé qué pensar.

Reclino mi espalda en una piedra y comienzo a probar la comida. No tengo apetito. Mi estómago solo está siendo invadido por un nudo de emociones que lo hace doler. Es absurdo.

Mi mirada se pierde entre las llamas de la fogata, no sé qué debería hacer a partir de ahora.

Mastico con pereza cada bocado. Me siento muy chiquitita en este preciso momento. Su presencia es tan imponente, justo ahora me siento muy intimidada.

Su actitud es indescifrable.

Mastico el último bocado, me siento sucia. No sé cuánto tiempo he pasado aquí. Desato mi cabello liberando la presión que ejercía la liga sobre él, cae por debajo de mis hombros y algunos mechones se liberan rebeldes frente a mi cara. Restriego mis manos en mi rostro. Es mejor que me levante para arreglar un poco mi persona. Me desato mi capa y la dejo descansar sobre la de él, ajusto mi blusa y trato de agacharme para ajustarme las sandalias. El cuerpo me duele horriblemente, ahogo mis quejas y trato de dar un paso. Mi pie tambalea. "¿Qué demonios me pasó?".

Me siento aturdida, necesito respuestas. Camino unos cuantos pasos y levanto la mirada hacia la entrada del lugar, ahí está él. Intento caminar un poco más, pero mis pasos son torpes, y en cada movimiento el cuerpo me duele. Tomo aire y sigo. Me apoyo de la pared rocosa, si tan solo pudiera ser más paciente, no tendría necesidad de esforzarme tan precipitadamente, pero no puedo pasar por alto el hecho de que sea precisamente él quien esté aquí. Estoy a nada de llegar, pero no aguanto el dolor. No quería hacerlo, juro que no.

—Sasuke-kun —lo llamo irremediablemente. Una potente punzada ataca mi cabeza y mis piernas ya no soportan mi peso.

—¡Maldición Sakura! —reprocha exasperado. Mi vista se nubla. Siento su mano sobre mi espalda y dejo caer todo mi peso sobre su cuerpo. —Deja de ser tan imprudente —vocifera, pero sigue ahí conmigo. Siento que voy a colapsar.

Caigo de rodillas y él junto a mí. Apoyo mi cabeza sobre su hombro, todo me da vueltas, mi pulso está locamente acelerado. Aprieto los ojos e inconscientemente también su camisa con mi mano. "No puedo desmayarme ahora".