Sakura
—Sasuke-kun —arrastro las palabras. Mi corazón se estruja al verlo.
"¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué está actuando así?" Intento pensar en algo que me dé las respuestas que estoy buscando, pero estoy completamente anonadada.
Algo no anda bien, mis pies no se mueven, quiero llegar a él, pero...
Su mirada se clava en la mía, su Sharingan arde, su respiración esta agitada y su postura lista para atacar.
—¿Me temes? —pregunta tajante. Mis labios tiemblan incapaces de emitir palabra alguna. Todo mi cuerpo se estremece con su mirada. Los recuerdos llegan a mí como un torrente de agua, pero está vez es distinto, no hay un sello maldito de por medio, él está consciente ahora mismo y no sé qué le está pasando. —Contesta —exige.
Mi visión se nubla a causa de las lágrimas que se han acumulado. Su mirada es intensa y penetrante, algo no anda bien y debo ayudarlo, quiero hacerlo.
Tallo mis ojos y aclaro mi vista, trago fuerte y tomo una gran bocanada de aire. Él sigue expectante a una respuesta, pero ahora mismo no hay palabras que definan lo que siento, mis pies se mueven al ritmo de mis latidos.
Cuando menos me doy cuenta mis brazos rodean su cintura, y escucho su espada caer contra el suelo. Su peso lo vence haciéndolo caer de rodillas, me abrazo con más fuerza a su cuerpo y pronto su brazo me rodea por la espalda.
Puedo sentir sus latidos desbocados contra mi pecho y una enorme e inexplicable tristeza me invade por dentro.
—Perdón —susurra débil.
—Está bien ahora —afirmo sin soltarlo.
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Es tarde, el día está nublado y aún no tengo noticias de él.
Nadie sabe a dónde fue.
Por la mañana cuando desperté él ya no estaba en la casa, no aviso que se ausentaría ni a donde iría. La abuela Hisa me ha tratado de mantener entretenida entre flores y vegetales, pero una opresión en mi pecho me hace temer de su ausencia. Ella está tan preocupada como yo, después de lo que le conté que ocurrió la noche de ayer su preocupación aumento más.
—Quita esa cara, veras que volverá pronto.
—¿Estará bien? —pregunto queriendo escuchar algo que me deje tranquila, que me quite este sentimiento que me oprime el pecho.
—Confía en que así es.
Caminamos de nuevo al interior de la casa, hemos terminado de arreglar las flores del jardín y también recogimos algunas legumbres para la comida. Ella entra y yo la sigo deteniéndome en la puerta, una presencia pesa a mis espaldas, sin voltear dejo caer la canasta que llevo en el brazo y giro para correr a su encuentro.
—Me tenías muy preocupada —sollozo en su hombro.
—Eres algo dramática. Siento haberme ido así.
—No vuelvas a hacerlo —sentencio aun temblando, abrazada a su cuello.
—Ven conmigo —pide de forma tranquila. No dudo ni un segundo y acepto.
El asiente dirigiendo la mirada detrás de mí, volteo y puedo ver a la abuela Hisa sonriendo detrás de la ventana, siento que el alma me ha regresado al cuerpo, todo está bien si estoy junto a él.
Nos adentramos en el sendero que nos lleva de vuelta al centro de la aldea, el viento sopla fuerte y las nubes parecen estar a punto de explotar, pero nada importa ahora mismo.
—¿Puedo saber a dónde fuiste? —pregunto dudosa, con el corazón descontrolado.
—Necesitaba estar solo, reflexionar y aclarar miente. Ayer... —hace una pausa y sus pensamientos parecen pesarle, —no me pude controlar, y quiero agradecerte el hecho de que hasta ahora has sido paciente y no me has presionando para saber que me ocurrió, pero ahora es tiempo de que lo sepas, ya no puedo seguir retrasando nada.
—No tienes nada que agradecer, siempre voy a estar contigo y seré tu respaldo. Solo confía en mí.
—Siempre has sido tú, mi luz, la que logra devolverme la calma y me da una esperanza. Te debo tanto y siento que hago tan poco, mereces más de lo que te doy.
Su voz es tranquila, sus pensamientos son claros.
Estamos al pie de la cascada, la luna a lo alto brilla y su luz hace resplandecer el agua cristalina. Fuera de la aldea todo parece irreal, es como un paraíso escondido a los ojos de todos, se ve realmente hermoso.
—Escúchame —ordena serio, su expresión se tensa y mi estómago duele al verlo.
—¿Qué pasa, Sasuke? —pregunto nerviosa y desconcertada por su actitud tan repentina.
—Sakura, seré directo. No quiero hablar con rodeos que no me llevarán a ningún lado, así que por favor escúchame —enfatiza.
Suelto mi agarre de su brazo y se aleja apenas un par de pasos de mí.
—Sakura, eres y serás la mujer que quiero tener a mi lado, la que logró despertar el mayor sentimiento dentro de mí y del que ahora eres dueña. Quiero que seas solo mía, quiero tenerte en mi vida hasta el último momento. Quiero ser completamente egoísta y hacer que me sigas a cualquier lado sin importar nada. Sin embargo no puedo hacerlo.
Sus palabras me hielan, me suben al cielo y me azotan sin piedad en el infierno. No entiendo nada, pero un mal presentimiento se instala en mi pecho, admito que comienzo a tener miedo, no quiero escuchar más.
—No te entiendo y me estás asustando Sasuke. Dime qué pasa, por favor —pido con la voz trémula. Me siento cada vez más desconcertada, algo empieza a doler dentro de mi pecho.
—Escúchame —vuelve a ordenar subiendo el tono de su voz. Habla frío y firme.
—Habla ya —exijo a punto de llorar. Soy patética, lo sé y no me importa. No puedo seguir con este nudo en la garganta.
Él suelta un suspiro sin inmutarse con mi reacción. Me duele, me duele de forma inexplicable.
—Tienes que saber qué tal vez dentro de poco tiempo tenga que irme de nueva cuenta, tengo que llevar a cabo una misión muy importante, la cual solo yo puedo realizar, quizá sea muy larga, tal vez mucho más de lo que podría imaginar. En algún momento tendré que alejarme de ti... otra vez.
—¿Qué? —murmuro dentro de un sollozó, sus palabras queman, otra vez, por tercera vez, el mismo patrón. No lo soporto.
Junto mis manos sobre mi pecho, algo se ha roto de nuevo.
—Quiero que decidas ahora mismo. Sea cual sea tu decisión te aseguro que la voy a respetar.
Sus palabras resuenan en mi cabeza haciéndola doler. "Decidir" repito en mi mente una y otra y otra vez.
—Puedes escoger entre aceptarme junto al destino al que estoy condenado o tu libertad.
—¿Mi libertad? —replico llena de ironía.
—Si te quedas a mi lado debes de ser consciente que llegará el momento en que tenga que irme, no podré estar a tu lado siempre como quisieras y tal vez ese tiempo se convierta en meses o años, muchos años. Así que necesito que pienses bien tu respuesta. Sea cual sea ten por seguro que la aceptaré —finaliza mostrándose inexpresivo y firme en cada cosa que dice.
—¿Te irás otra vez? Pero...—mi voz se quiebra impidiendo que las palabras escapen de mi boca y una vez más vuelve a mi esa idea que creí, tenía él también ahora que estamos juntos o estábamos, ya no sé ni que pensar, —Llévame contigo, Sasuke-kun —suelto al aire dentro de un grito ahogado, tomo una bocanada de aire y limpio mis mejillas llena de frustración.
—¡No! —responde inmediatamente de forma tajante y fuerte. Siento mi pecho colapsar, mis emociones escapar y mis sentimientos morir...
Otra vez.
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Espera por mi
FanfictionFANFIC SASUSAKU. Con mirada fría, aceleraba el paso firme, con un semblante inexpresivo estaba totalmente seguro de querer regresar a esa aldea a la que alguna vez pertenecío cómo miembro nato dentro de uno de los clanes más importantes y alguna ve...