Espera por mi

Capitulo I Sunagakure.

Sakura

Por motivos de la apertura de la nueva clínica de cuidados mentales en Sunagakure, salgo de Konoha por lo menos una vez cada tres meses para apoyar en lo que me soliciten en la clínica. Dependiendo de la situación que surja, vengo sola o en compañía de Ino, pero esta vez al ser solo un seminario de inducción para las nuevas enfermeras, acudí sola.

Ino se quedó al mando en la clínica de Konoha y sin duda alguna eso me tiene bastante tranquila. Ella es una persona muy competente y comprometida con lo que hace, mi mejor amiga y mi mano derecha desde que iniciamos con el proyecto de la clínica de cuidados mentales de Konoha, ella fue un gran apoyo para mí y por esa razón, mantengo toda mi confianza depositada en ella. Aunque sé que no está acostumbrada a llevar el mismo ritmo de trabajo que yo, sé que es muy competente en su trabajo y siempre hace su mayor esfuerzo. Ese punto me mantiene tranquila y segura del buen funcionamiento del hospital de la aldea en mi ausencia.

Esta es mi última noche en Sunagakure y la peor. Desperté en medio de la madrugada, son casi las cuatro. Siento una opresión en el pecho que no me deja dormir tranquila, es como un sentimiento de angustia, cosa que no es nueva en mi vida, su ausencia aún me pesa.

Me siento y recargo mi espalda sobre la pared, tallo mis ojos un par de veces y suelto un largo bostezo. Mi vista la fijo en la nada y trato de volver a dormir, pero es inútil. Doy vueltas sobre la cama tratando de encontrar la postura adecuada, pero ninguna me hace sentir cómoda. Llevo un buen rato tratando de conciliar el sueño y harta de no poder hacerlo me giro para ver el reloj, ruedo los ojos y suelto un bufido lleno de frustración: son las seis de la mañana, está por amanecer.

Me levanto de la cama, acomodo las mantas y las almohadas en su lugar, me acerco a la ventana expectante al alba. El movimiento en la aldea aún está en calma y la mayoría de los Shinobi de la arena están ya en sus puestos.

Camino descalza hacía la ducha y me despojo del camisón que llevo puesto, mi cuerpo queda libre y me adentro en la regadera. El agua caliente recorre mi espalda, yo estiró mi cuerpo descontracturando los músculos que se me han tensado del estrés que me causo el insomnio.

Una extraña sensación se apodera de mi pecho, me siento intranquila y nada cómoda.

Enredo la toalla en mi cuerpo y salgo de la ducha con el cabello revuelto, me detengo en seco frente al perchero que está junto a la puerta de la habitación, donde está colgada mi bata de trabajo. Sonrió, y me apresuró a arreglarme para poder ir a tomar el desayuno con Temari; con quien he formado una linda amistad, sobre todo ahora que está comprometida con Shikamaru.

La noticia de su boda tomó por sorpresa a más de uno en la aldea por su proximidad, y ni que se diga de los demás; después de la boda de Naruto todos empezaron a formalizar sus noviazgos, y bueno creo que somos pocos los que aún no tenemos a nadie con quien compartir nuestras vidas. Aún no sé si con el tiempo pueda olvidarme de él.

Alargo un profundo suspiro y me despejo su imagen de la mente, recordarlo me duele y no me siento capaz de arrancar lo que siento por él.

A veces, es mejor fingir y creer que lo haces bien.

La nostalgia de su recuerdo y de mi retirada de la aldea me envolvió en una burbuja. Me he acostumbrado a venir tan seguido que le tomé un cariño especial a la aldea y a sus aldeanos, estar aquí me ayuda a ocupar mi tiempo y mis pensamientos en algo más que no es ni Konoha ni Sasuke.

Aun así, siento una necesidad fuera de lo común por regresar a Konoha.

***********************************

Es hora del desayuno. Guardo mi bata blanca en mi bolso, recojo mi cabello en una coleta, pues está un poco largo ya.

Camino por unas cuantas calles con las cuales ya me había familiarizado y saludo a uno que otro aldeano que ya me identifica.