Capítulo 14. A prueba de él

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Capítulo 14. A prueba de él

"Negar la tentación, sólo hace aumentar el deseo"


Cuando la canción termina, no puedo evitar que una enorme sonrisa se extienda por mi rostro y me concentre en el público, quienes aplauden emocionados. Observo a Rafael sorprendida, ya que le veo también aplaudir de forma eufórica, haciéndome sonreír también.

Luego de dejar la guitarra, me pongo de pie para fundirme en un intenso abrazo con mi otra mitad. Siendo conscientes de que sólo nosotras sabemos lo que oculta esa canción, apreciamos el sabor melancólico. Por un segundo, nos vi a ambas hace más de diez años. Juntas. Y aún así, el amor continúa intacto.

—Te amo—decimos al unísono mientras nos soltamos riendo emocionadas.

—Nada mal para dos retiradas—menciona la princesa con cierta burla, provocando que sonría divertida.

—Aún damos pelea, rubia—respondo orgullosa, sabiendo que es la verdad.

Juntas observamos a las personas frente a nosotras, y nos acercamos al micrófono. Debo confesar que los nervios han desaparecido casi por completo, y me siento segura. Después de todo, tengo a mi estrella junto a mi.

—Muchas gracias a todos— comienza a decir la princesa, pero no puede continuar debido a los aplausos. Me mantengo a su lado con una cálida sonrisa, escuchando atenta. Sus palabras son emotivas, y no puedo evitar mirarla con orgullo, mientras ella le pide a los demás que no dejen de creer en sí mismos. Porque todos pueden ser de titanio.—y quiero darle gracias a Dios y al santo pomelo por supuesto, por darme a la mejor persona que puede existir—dice de pronto, haciendo que la mire emocionada. Ella me da un pequeño apretón en la mano, y yo quito una lágrima en mi mejilla de forma disimulada. —Charlotte Evans, siempre serás mi otra mitad— sonrío como puedo, tragando el nudo en mi garganta. Yo soy quien está en deuda. Finalmente, Ámbar le agradece a Thomas y al auditorio, y se aleja del micrófono. Luego de mirarla un segundo, decido tomarlo entre mis manos, decidida.

Prender fuego a la lluvia [en PROCESO Y CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora