Un juego perdido

8.1K 589 73
                                    

"Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados."

-Albert Einstein

Su nombre tatuado en mi dedo anular que tanto me esmero en ocultar hoy parece ser un golpe en esta realidad. Aquel nombre y la razón por la que me hice el tatuaje viene a mi mente, los recuerdos y todos mis ayeres junto a él. Las llamas iluminan momentáneamente mi oscuridad pero sé mejor que nadie que las llamas no arden por siempre y en algún momento solo quedará oscuridad otra vez. Que el fuego que ahora me reconforta me hará más difícil acostumbrarme al frío en el que estaba porque sé que volveré aquel frío, por alguna extraña razón siempre termino volviendo ahí.

-No puedo amarte en la oscuridad.-le digo a nadie en particular- No puedes amarme en la oscuridad.

En la oscuridad las cicatrices del amor que nos teníamos se ven con mayor claridad. En la oscuridad no podemos ignorar aquello que fuimos y en lo que nos convertimos. La oscuridad nos muestra la verdad, aquella que nos empeñamos en ocultar.

Me levanto de la cama y me pongo mi bata. Tomo mi teléfono y veo que tengo varios mensajes de Benjamín. Sonrió al ver la pantalla con su nombre. Él sabe que lo estado evitando esta semana y estoy segura que quiere saber la razón. ¿Cómo decirle que James está viviendo aquí? James lleva una semana quedándose aquí en mi casa y aunque casi no hablamos su presencia se siente en todo el lugar y me cuesta mucho ignorar que él esta aquí. Me voy muy temprano al trabajo para no verlo y llego muy tarde cuando él ya suele estar dormido. Pero hoy es sábado y no tengo un trabajo a donde ir a refugiarme. Veo la hora y aún es muy temprano para ir al hospital a visitar a Dallas. Me baño y me arreglo sin saber a donde ir.

-Buenos días-saludo a Benjamín por el teléfono cuando contesta mi llamada.

-Buenos días, Eva.

Son las seis y media pero él no suena como si se acabará de despertar. Tal vez esta trabajando hasta tarde, otra vez.

-Lamento no llamarte antes, he tenido una semana estresante. Mucho trabajo, mucho de todo.

Me sirvo una taza de café y camino hasta la ventana.

-¿Un día difícil?

Bebo un poco de café.

-Je joue avec le feu.  Marcher vers les flammes.

Le digo en francés aunque soy plenamente consciente que él entiende lo que acabo de decir pero es mi manera de darle a entender que no estoy lista para hablar de mi problema pero que tengo un problema.

-Je comprends, tu sais que je suis là pour toi.

-Je sais chérie.

-¿Tienes planes para desayunar?

-Si, contigo. Vayamos aquel lugar cerca del puerto, quiero ver el puerto. Podemos hablar después del desayuno y me darás algún consejo que yo te diré que voy a seguir aunque ambos sabemos que voy hacer lo contrario y después tú me dirás te lo dije.

Escucho su risa.

-Esta bien, Eva, paso por ti a las ocho.

-Estaré en el cementerio. Voy a visitar a Lena. Te espero.

Cuelgo la llamada y dejo el teléfono aún lado mientras termino mi tasa de café.

-Je pensais que tu aimais le feu.

Si existe duda, viste de Rojo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora