El sentido en el sacrificio

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"No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos"

-Albert Einstein

Él ahora esta durmiendo en su cama, yo me quedo mirando en el marco de la puerta para asegurarme que esta bien, que no va a seguir bebiendo. Jamás lo he visto así. Camino hasta la sala para recoger los vidrios que están en el piso y evitar que alguien se lastime cuando veo que ya esta amaneciendo. Me inclino y con mucho cuidado recojo los vidrios y me estremezco cuando el recuerdo de aquella conversación vuelve a mi mente. Sé lo que él esta sintiendo ahora, también sé lo difícil que será superar esto.

-¿Sigues aquí?-me pregunta él mientras camina por el pasillo. Luce sorprendido de verme aún aquí pero no puedo saber si eso es bueno o malo.

-Si.- es lo único que respondo.

Me levanto del piso con los pedazos de vidrio. Llevo la escoba para terminar de limpiar. Él me ésta observando en silencio. Cuando dejo la escoba en el armario lo veo caminar hasta el mini bar.

-James, ya no sigas bebiendo.

-¿Porqué?-suena tan amargo como aquel líquido que sostiene en el vaso que esta en su mano- ¿Porqué?

No servirá de nada decirle que el alcohol no resuelve los problemas, que no puede ahogar sus penas por más que lo intente.

-¿Qué hiciste tú?-me pregunta él y su pregunta me toma por sorpresa.

Lo veo mover el vaso pero no lo acerca a sus labios.

¿Qué hice yo? Me sumergí en el dolor y casi me ahogó por completo en ese dolor que me provocó nuestra separación. Pero él es más fuerte que yo. Lo miro un momento, realmente me detengo a mirarlo como hace tiempo no me permito hacerlo. Lo miro tratando de ver como esta realmente, es algo que antes podíamos hacer con facilidad, leer nuestras emociones y decirnos tanto con una sola mirada. Entre nosotros las palabras solían sobrar porque nuestras miradas lo decían todo.  Pero de un momento a otro se volvió difícil mirarnos, él dejó de hacerlo y cuando lo hacía, su mirada mostraba la decepción que él sentía al ver que yo no era a quién él quería o esperaba ver. Eso me dolía, aún me duele a veces. Él me decía que me amaba, que siempre me iba amar, que jamás amaría a nadie como a mí y se fue con ella, la eligió a ella, me superó y logró ser feliz de nuevo. Tal vez a ella la ama más y no pueda salir de este dolor que parece estar consumiendo poco a poco todo rastro de felicidad que hay en él.

Camino hasta el mini bar y tomo la botella de wiski mientras busco un vaso. James me mira desconcertado mientras mueve el vaso entre su mano sin decidir si beber o no.

-¿Quieres beber? ¿Crees que esto te hará sentir mejor?-le pregunto.

Me sirvo un poco de wiski y lo bebo de golpe.

-Entonces bebemos. Si crees que esto te hará sentir mejor, si crees que puedes alejar tu pena con alcohol, hazlo y yo beberé contigo.

Me sirvo otra vaso de wiski y dejo la botella sobre el mesón de madera del hermoso mini bar.

-¿Porqué?-me pregunta él.

-Eso es lo que hacen los amigos.

Él mira el vaso y lo lleva a sus labios para beber todo el contenido. Se acerca y toma la botella para servirse más wiski.

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