"¿Que por qué estaba yo con esa mujer? Porque me recuerda a ti. De hecho, me recuerda a ti más que tú"
-Groucho Marx
Las carpetas encima de mi escritorio parecen nunca llegar a su fin, cuando creo que he revisado todas las carpetas viene alguien y agrega más. Son las siete y quince, debería estar en casa estudiando para mis exámenes y no aquí en esta oficina. Bueno, podría ser peor, si hay algo que me gusta de trabajar aquí a parte de lo bien que pagan, es poder disfrutar la vista. La constructora Ivanov tiene una vista hermosa del puerto que siempre me hace contener el aliento. Incluso ahora con todo el estrés del trabajo me hace relajarme. Mi jefe es un hombre estresante, serio, creo que en los pocos meses que llevo trabajando aquí no lo he visto sonreír ni una sola vez, el día en que lo llegue a ver sonreír pediré un deseo. Es atractivo pero su seriedad no me agrada y puedo darme cuenta que yo tampoco le agrado. Las únicas palabras que nos dirigimos es, buenos días señor o buenas noches señor y la más común es muy bien, señor. Detesto decirle señor.
Muevo mi cabeza de la pared de vidrio hacia su oficina al final del pasillo. Todo esta en silencio y puedo escuchar como teclea en su portátil. Siempre se va después de todos y llega antes que nadie haya llegado, a veces creo que vive aquí. Trabaja demasiado, alguien debería decirle que eso no es bueno. Pero esa persona no seré yo, si él quiere trabajar de esa forma, por mí que lo haga. Regreso a mi escritorio y cuento las carpetas. Hay diez carpetas y todas tengo que revisarlas para mañana. Empiezo a recoger mis cosas y me detengo cuando escucho a alguien tararear Keep on trying, pero que yo sepa no hay nadie más en este piso. Las luces están apagadas y solo esta encendida la pequeña lámpara en mi escritorio y la luz que viene de la oficina de James Ivanov pero no puede ser él. Dejo mis cosas sobre el escritorio y camino hasta la oficina del iceberg que es mi jefe. Mientras me acerco a su oficina el tarareo se hace más claro, ahora no hay duda que es él. Cuando llego a su oficina me detengo en el marco de la puerta y lo observo, me detengo a mirarlo realmente desde que lo conocí. Esta mirando unos papeles y sigue tarareando. Se lo ve diferente a como usualmente es, su frente no esta fruncida y su mirada no te hiela la sangre, se lo ve casi humano y real. Como si él hombre con el que estado tratando todo este tiempo solo hubiera sido una fachada y este es el real James Ivanov.
He estado pensando en
Todas las veces que me has dicho
Que estás tan llena de dudas
Que no puedes dejarlo
Pero yo se
Que si sigues viniendo a por más
Entonces seguiré intentándolo
Seguiré intentándoloEstoy cantado con él sin darme cuenta, solo soy consciente de eso cuando él levanta la mirada hacia mí pero en lugar de gritarme como es lo que normalmente haría, él sigue cantando conmigo. ¿Quién eres James Ivanov? ¿Quién eres realmente? Sus ojos azules me hipnotizan y no entiendo como no me fijé en el peculiar azul de sus ojos, un azul mucho más intenso que los míos y que parecen esconder demasiados secretos.
-No deberías estar trabajando hasta esta hora-dice él mientras señala el reloj negro en la pared lateral.
Son las siete y veintisiete.
-Tú tampoco.
Él me mira sorprendido por mi atrevimiento ¿Desde cuándo tuteo a mi jefe?
-Tienes razón-me dice y veo como las comisuras de sus labios se elevan en una medía sonrisa.
Algo en mí se emociona al ser la razón de su sonrisa.
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Si existe duda, viste de Rojo ✔
RomanceEmpezar una relación con quién ha sido su mejor amigo por casi seis años parecía algo perfecto para Eva, pero su felices para siempre con James nunca fue real, porque su felicidad tenía los días contados. Ahora James es feliz con alguien más y Eva...