Tu alma y la mía son gemelas como mis manos: la derecha y la izquierda. Tan cálidas y tiernas son unidas como dos alas de un pájaro dormido. ¡Por un ciclón quedamos separados, por un abismo, tú y yo, como dos alas!
-Versión de Larisa Diakova.
Cuando era pequeña no soñaba con el día de mi boda, yo solo quería un día de tranquilidad. A la edad de siete años dejé de creer en el amor de pareja. Al ver a mi progenitor, un hombre alcohólico, golpear a mi mamá y a ella recibir cada golpe, cada cosa que él le hacía sin decir nada, me hizo no querer enamorarme. Si eso hacía el amor, yo no lo quería en mi vida y si al casarme tenía que dejar que mi esposo me haga sentir basura todos los días como mi madre permitía, tampoco quería una boda ¿Para qué? Pero todo cambió aquella noche de tormenta donde mi progenitor nos abandonó en aquel parque y el buen doctor Charles Jones nos ayudó. Él es mi padre, tal vez no de sangre pero es el padre que cualquier persona sueña tener. Me hizo sentir amada, protegida y siempre ha estado ahí para mí. Él le demostró a mi mamá lo que significa ser amado y curo las heridas del corazón de mi mamá. Pero incluso después de ver el gran amor que ellos se tenían, no quería enamorarme. Yo me refugiaba diciendo que el amor era solo un proceso químico y cuando veía alguien decir que estaba feliz y que era el amor quien lo tenía así, yo decía que no. Era un cóctel de emociones quién lo ponían en ese estado y pronto esa cascada de felicidad iba a descender y volvería a la realidad. No me consideraba alguien cínico. Yo estaba llena de miedos e inseguridades, me resultaba más fácil negar aquel sentimiento que aceptarlo. Creía que al final iba a terminar lastimando a quién amaba, porque eso hacen las personas egoístas. Tenía miedo de lastimar a James y perderlo para siempre. Y lo perdí y él volvió a mí. Ahora estamos aquí, a solo horas de nuestra boda.
Un paso más cerca...
-Fue una buena idea tener la despedida una semana antes-me dice Lexi mientras me pasa una taza de café- imagina la cara que tendrías si la despedida hubiera sido ayer.
Los recuerdos de mi despedida vienen a mi mente. Por supuesto fuimos a las Vegas pero no nos quedamos ahí, sin saber como o por idea de quién terminamos en Cancún. Estoy segura que fue idea de Lexi aunque ella lo niega. La despedida de James organizada por Alexander no fue mejor que la mía. Ellos comenzaron en Miami y terminaron en las Vegas.
-¿Estás nerviosa?-me pregunta Tessa mientras entra en la habitación.
Muevo mi cabeza.
-No, estoy muy ansiosa.
Hace un año nos comprometimos y no puedo creer que ya esté a solo horas de casarme. El tiempo paso muy rápido, recuerdo que la primera persona a la que le dije que me iba a casar fue mi padre y luego a mi madre. Ella empezó hablar de nietos. Después llamé a Tessa y Dallas mientras James les contaba a sus hermanos. Esta vez estábamos haciendo todo bien y en el tiempo adecuado, no había miedo, ni inseguridades.
-Dallas viene en un momento, esta haciendo dormir a la pequeña July-me dice Tessa.
July tiene diez meses y es una copia de Dallas. Una niña dulce con una sonrisa que te derrite el corazón.
Lexi y Tessa empiezan a sacar cremas y esponjas sobre el tocador, acomodan todo para empezar arreglarme. Las veo abrir cajas enormes de maquillaje y sacar muchas brochas.
-En unas horas seré una mujer casada.-les digo.- Es una locura. Si hace cuatro años me hubieran dicho que yo estaría casándome me hubiera reído. Pero aquí estoy.
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Si existe duda, viste de Rojo ✔
RomanceEmpezar una relación con quién ha sido su mejor amigo por casi seis años parecía algo perfecto para Eva, pero su felices para siempre con James nunca fue real, porque su felicidad tenía los días contados. Ahora James es feliz con alguien más y Eva...