Alba
-Alba -mi madre se acercó a nosotras y me abrazó.
-Mamá -no puede contener las lágrimas y estas cayeron sin control por mi rostro.
Estuve un rato abrazada a mi madre y cuando me di cuenta de que Natalia se había quedado rezagada, me separé. Cogí su mano y con la otra me sequé las lágrimas.
-Rafi -miré a la pelinegra- esta es mi... Natalia.
-Hola... Encantada -se acercó a ella para darle dos besos, pero mi madre la rodeó con sus brazos por la cadera.
-Vive con nosotras... Y se ha ofrecido a acompañarme para que no hiciera todo el viaje sola, así que... Se quedará con nosotras estos días.
-Pues como si estuvieras en tu casa, cariño. ¿Te gusta el arroz? Porque hay arroz para cenar... ¿Vale?
-Ningún problema -sonrió.
-Vamos a dejar la maleta en la habitación -cogí a Natalia por el brazo y la hice entrar detrás de mí.
-Si queréis, para dormir, puedo ir a buscar el colchón de...
-No, no, mamá ya dormimos juntas.
-¿Seguro?
-Sí... En casa dormimos juntas todos los días, porque compartimos habitación y cama de matrimonio...
-Bueno, así os dais calor -me guiñó un ojo y recé porque Natalia no sé hubiera percatado de ello-. Que ya estamos en Noviembre y empieza a refrescar.
Ignoré su comentario, que sabía que iba con segundas intenciones, y comencé a subir las escaleras hasta mi habitación. Natalia me ayudó con la maleta sin mirarme a los ojos en ningún momento. Puede que hubiera pillado la indirecta de la Rafi. Mi pobre bebé avergonzado...
Abrimos la puerta de mi antigua habitación, la cuál, debido a mi cuarto para el arte y el de mi hermana para la música, siempre había compartido con Marina. Entré de espaldas y, dejando la maleta detrás de mí y cerrando la puerta, agarré a Natalia de los mofletes y la besé en los labios con dulzura. Ella me correspondió y me agarró por la cintura.
-Deduzco que tú debes de ser Natalia... -esa voz hizo que, rápidamente, nos separaramos y nos encontraramos con mi hermana, que estaba sentada en su cama con el móvil en las manos y los auriculares puestos.
-¡Marina! -me tiré sobre ella, haciendo que cayera de espaldas.
-Sí, sí... Tú cámbiame de tema, guapa...
-Yo también te he echado de menos, tata -me senté en la cama y miré a Natalia-. Nat, ven, esta es mi hermana Marina... De la que tanto os hablo.
-Uy, uy, uy, Nat... -dijo alargando la "a" mientras ella se acercaba- Esto es serio.
-Hola Marina -se agachó y ambas se abrazaron. Después, ella se dispuso a sentarse a mi lado, pero yo tiré de ella y acabó encima de mis piernas, con mis brazos rodeando su cintura para achucharla contra mí.
Entre piques por parte de la menor de las Reche, momentos de vergüenza por parte de Natalia y conversaciones para ponernos al día, estuvimos hasta las seis de la tarde sin salir de la habitación.
Marina me explicó cómo iba todo, cómo estaba mamá, que al parecer lo tenía bastante asumido, y cómo estaba la familia, la cual ya estaba casi toda en Elche, para despedirnos de él. Mi abuelo, tristemente, iba a morir pronto. Me dolía mucho pensarlo, pero según me habían contado, lo estaba pasando muy mal. Él y todos los de su entorno.
Yo aún no acababa de asumir lo que iba a pasar, pero no quería mostrarme débil delante de mi madre, porque sabía que ella estaba muy mal ya que se trataba de su padre, y necesitaba darle todas mis fuerzas y mi amor.
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Etéreo - Albalia
FanfictionHistoria ficticia en la que una chica llamada Natalia se muda con sus tíos a Madrid hasta que conoce a María, una chica que le ofrece la oportunidad de ir a vivir con ella y sus cuatro compañeras de piso. Entre esas amigas se encuentra a Alba Reche...