Camila//Camren

29. "Labios suaves e hinchados"

—¿Qué sucedió, Camila?—pregunta Sofía, sentada en una silla giratoria blanca a un lado de su creación, quien tomaba la misma posición que su dueña pero en la camilla del lugar. Es preocupante saber que partes del cuerpo están cayendo, pues los materiales y como de dificultoso fue armar aquello se le es imposible, para la científica lo es.
Pero como dicen, todo es posible.

—No lo sé—mira a la mayor sin ninguna expresión en su rostro—intento recrear lo que pasó y hallar el causante...sin embargo; no lo encuentro—parpadea dos veces antes de hablar—solo hay un sonido, un sonido que se escuchó por todo mi interior y se esfumó en unos segundos antes de que pasara todo lo sucedido.

—Déjame escuchar—ordena con voz dura. Se podría decir que su preocupación había aumentado rápidamente. ¿Y si son ellos? Aquella pregunta repitiéndose a cada momento en su mente, específicamente desde que vio a Camila tendida en los brazos de un muchacho y al lado su hija, quien tenía cierto miedo por la acción que tomaría su madre después de verlas, pero fue sorpresa suya al ver a la científica llevarla en silencio.

—Entendido.

Impaciente la espera. Si los que quieren destruir a la prototipo están en su centro de estudios todo su plan iba a cambiar.
Como deseaba llamar a Adam Clark y gritarle lo mucho que lo odiaba en ese momento, si no fuera por la persona que está detrás de esas páginas esto no hubiera pasado.

Pronto el sonido inunda todo el lugar, saliendo de los grandes equipos de sonidos que se situaban en unas esquinas. Pero Sofía no es capaz de escuchar, solo por el simple hecho de ser humana. Lamentablemente la morena sí que lo hace, causando rápidamente el caer de su oreja que hace unos segundos ya estaba arreglado. La mayor alza una ceja, viendo a su alrededor.

—¿Lo hicist-

—S-sí, s-sí, s-sí...—interrumpe Camila sin dejar de parpadear, agarrando la muñeca de su dueña para que la observe.

—Bien, ya sé de que se trata todo esto—susurra más para sí misma que para Camila—te voy apagar y te arreglaré, ¿bien?

Su creación asiente, echándose en la camilla para que, una vez más, la arregle.

. . .

Los toques en la puerta se escucharon en algunas partes de la casa, llamando la atención de April que salía de la cocina con una bolsa de papitas en dirección a su habitación. Su ceño se frunce al darse cuenta que la persona detrás del material de madera seguía insistiendo, preguntándose el porqué de aquello, pues es extraño que a estas horas vecinos vengan de visita. Fue entonces que la menor se pone en alerta, caminando hacía a un lado y tocando un punto negro en la pared, para que de esta salga un holograma mostrando el rostro de Lauren...¡Lauren!

—Mierda—suelta de repente al igual que sus papitas, casi llorando al verlos en el piso de madera.

Justo después de que le pasara eso a Camila y un pequeño grupo de personas se enteraran de lo que en realidad es, ¿es necesario que ella aparezca luego de estar desaparecida por unos cuantos días?

Para April no lo es. Para Camila sí.

Su mirada rápidamente fue hacía el pasadizo donde su madre había llevado a su hermana, pensando en abrirle o no a la chica detrás de la puerta.

Pero pronto sus pensamientos fueron interrumpidos por la presencia de la bella morena en el lugar. Ella frunce el ceño al observar los restos de papitas en el piso, situándose al frente de la ojiverde pequeña que al parecer tenía una expresión de nerviosismo en su rostro.

—¿Qué pasa?—pregunta mientras recogía el desastre que la menor causó.

—Ahm, yo-

—¡Camz!