N/A: Advierto desde aquí que este capítulo tocará temas que pueden dañar la sensibilidad de algunas personas, recomiendo discreción.
—Y dime, Laurencita—apodó rápidamente el hombre quien, tomado de la mano pequeña, se dirigían a su gran casa situada en un lugar escondido de Miami.
La menor, que no dejaba que aquella paleta se salga de su otra mano, mira hacia arriba y por un momento pudo ver el rostro de su padre fallecido en el desconocido, llamándola como siempre lo hacía, "Laurencita"—¿Te gusta la paleta?—la ojiverde asiente a su pregunta sin dejar de lamer y morder, una combinación extraña para poder lograr comerlo. El mayor simplemente sonríe con una pizca de pena, viéndose a sí mismo hace años atrás, un niño que había perdido una vida de ensueño, una vida normal—Bueno, no será la única que comerás, te daré muchos más, te lo aseguro—la contagiosa risa de la pequeña retumban sus oídos causando la suya también poco después.Caminaron en silencio. Lauren porque quería terminar su dulce para obtener otro, y Marcus porque no quería interrumpir la escena. Pero todo eso acabó cuando los dos llegaron a la gran casa, específicamente frente a la puerta de madera.
Antes de que aquella puerta sea abierta, los ojos del mayor viajaron a su alrededor para encontrarse a dos hombres de gran masa muscular a una distancia no muy lejana.
Eso solo le ocasionó un temblor en su cuerpo y el apretar de su quijada, exceptuando sus manos porque no quería lastimar a la menor.
Marcus parpadea varías veces para salir de aquel recuerdo y acomoda su larga cabellera hacia atrás. Recostado en una columna del lugar detestable llamado trabajo, esperaba impaciente a la mujer que había desaparecido por aquella puerta roja frente a él.
Segundo piso, pasillo derecho y llegas a la oficina.
—Ya puedes entrar—dijo la rubia descuidada cuando sale de allí, sentándose en un cómodo sofá a unos centímetros del material de madera.
El hombre se acomoda un poco el cuello de su prenda, suspira profundo, transforma su mirada y coloca esa cínica sonrisa en su rostro una vez más. Todo eso antes de entrar.
—¿Cómo le va, mi querido Jeff?—pregunta con una diversión falsa al tipo sentado en la silla detrás del escritorio. Su aspecto irradiaba enojo, cansancio. La camisa roja que traía puesta no estaba bien abotonada, sus labios formaban una línea recta bajo esa barba no cortada hace cuatro semanas y sus ojos, que lograban verse poco gracias a sus párpados caídos, miraban con furia al hombre de camisa blanca frente a él—supongo que nada bien—ríe nervioso Marcus.
—¿Bien? ¿Sabes cuándo estoy bien?—su voz sonaba gruesa y ronca.
—¿Cuándo recibe dinero?—responde en una pregunta, con miedo al después.
El tipo suspira y pasa su mano derecha por su calva cabeza, acomodándose en su asiento de cuero ya desgastado.
—Exacto, ¿Y cuándo recibo mucho dinero?—pregunta, aburrido de la situación.
—Esa está fácil—se hizo el desentendido y antes de responder se sienta en un sofá muy cerca al escritorio, cruzando sus piernas y posando su brazo izquierdo en el respaldar para estar un tanto "cómodo"—cuando los tipos importantes y enfermos vienen aquí a deleitarse con esas pobres putas de abajo.
—Exacto—asiente, con una tranquilidad sospechosa—con esas pobres putas—repite lo que dijo casi al final—¿Pero sabes quién genera más dinero, Marcus?
El susodicho traga saliva mientras su sonrisa desaparece inmediatamente.
—No tengo idea, Jeff—dijo, casi en un susurro.
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Camila//Camren
FanfictionPrototipo K4G70 o más conocida como "Camila". Portada hecha por @BOSSofMyMIND. #69 en camren #1 en chicaxchica #1 en robots