Camila//Camren

33. "Posible"

—Tenemos que explicarles algo…—dice Zoey a sus espaldas.

—Pero, yo, la máquina, mujer, ¿Camila?—estaba tan anonadado que no podía ni formular una oración

—Hola—saluda ella al ser nombrada.

Camila Powell es la 'máquina'.

¡Es la máquina!

Cole y Mike no pudieron evitar pensar en Lauren rápidamente y como sería la reacción de ésta si descubre que la chica a la cual ama no es en realidad una humana, siendo muy probable que sus sentimientos no sean correspondidos ya que una carece de estos. Ellos creían imposible que Camila tenga esa capacidad de amar como Lauren lo hace con ella, por esa razón se notaban preocupados y tristes sabiendo que la pelinegra terminaría devastada por tal ilusión. Sin embargo, la prototipo lo sentía, esos síntomas del amor por la humana, que aunque parezca una locura, son tan fuertes como las de ella, haciendo que lo imposible sea posible.

—Mila—suspira Noah, acercándose a la susodicha con una sonrisa. Habían llegado a tiempo y eso lo había calmado un poco, pero eso no significaba que iba a bajar la guardia, no hasta que Sofía afirme que todo en ella está bien.

—¡Noah!—exclama con una gran sonrisa que había aparecido sin que le ordenara a su núcleo desde que vio al grupo de chicos llegar a salvarla, logrando que una gota de agua cristalina descienda por uno de sus ojos, gracias a un conducto que estos tenían, como un lagrimal artificial, pues su felicidad había llegado a tal punto de hacerla 'llorar'. Creía que iba a ser su fin, que no los iba a ver nunca más, pero allí están, y ella también. Ahora sabía que uno nunca puede hablar del después como si nada, y que a veces hasta te puede llegar a sorprender, como en este momento—gracias—agradece en voz alta para todos, causando que Zoey se sitúe al lado de su hermano dejando a los dos chicos atrás aún sorprendidos por la revelación.

La rubia le sonríe resplandeciente, ya calmada al tenerla de vuelta y no precisamente hecha cenizas.

Pronto aquella sonrisa desaparece junto al de su hermano, cuando ésta agarró la mano morena para levantarla provocando el nuevo y horrible pinchazo por todo su cuerpo de metal, haciéndole retorcer y gritar en su lugar por sentir el gran dolor que le provocó. Fue tanto el pinchazo que Camila se había apagado, como un desmayo en un humano.

—¿Qué pasa? No reacciona—una muy preocupada Zoey pregunta, dando palmaditas a la mejilla morena de ésta.

—¡Cole!—grita al chico causando que salga de su trance y fije su mirada en los ojos brillosos del rubio—ella no despierta—menciona señalandola.

Cole mira, específicamente, a la camilla donde Camila estaba tumbada. Lo conocía muy bien.

—No la toquen, ni la muevan—advierte, caminando hacía la rubia para detenerla con sus propias manos—esa cosa da descargas eléctricas con cada movimiento...tal vez haya sufrido algún daño interno para que se apagara—explica, seguro de su teoría.

—¿Qué hacemos?—pregunta Noah nervioso.

—Llamar a Sofía—responde su hermana.

. . .

Su mirada verde no podía salir del techo blanco de aquel salón de clases abandonado, con su cuerpo tendido en la parte de arriba de la litera, pensaba en las posibles situaciones que Camila estaría pasando, tratando de calmar sus impulsos de ir en busca de alguna pelea con los abusivos de la preparatoria.

De un momento a otro sus pensamientos viajaron a los momentos donde éstas dos se besaron, cuando sus labios se encontraban y se acariciaban sincronizadamente mientras sus lenguas jugaban en cortos tiempos para profundizarlo, con el sentir de las manos morenas en su cuello o mejillas, envolviendola en muchos sentimientos. Lauren relame los suyos para inútilmente saborear los labios de Camila, la extraña demasiado, aunque solo hayan pasado unas horas.