Todo.

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- Pensemos, ¿Qué es lo que Castiel desea más en la vida? –

Sam tiró esa pregunta a su pequeña reunión, buscando un próximo plan para que Cas perdonara al arcángel.

- ¿Alas nuevas?

- ¿Perder la virginidad?

- ¿Una abeja gigante que pueda cabalgar?

- ¿Otro nephilim con su cara?

Realmente Dean y Gabe no servían para estas cosas, y el menor comenzaba a perder la paciencia.

- Algo más real. – Explicó. – Un libro, ver una película, visitar algún lugar, una mascota.

- ¿Y todo al mismo tiempo? – Propuso Gabe.

- ¿Todo?

Cuando Gabriel dijo todo, era todo. Castiel tenía un descanso mientras Jack estudiaba. Los hermanos habían salido a resolver un caso del que no dijeron mucho, y el bunker estaba tranquilo. El ángel se dirigió a su cuarto, decidido a mirar unos capítulos de su serie, pero ni siquiera podía entrar. La puerta parecía atascada con algo y podía escuchar ruido dentro.

Uso su fuerza angelical logrando abrir la puerta finalmente. La habitación estaba llena hasta el techo en algunas partes. Libros, miel en frascos enormes, peluches de todos los tipos y colores, gabardinas y algunas otras prendas, hasta algunos guinea pigs corriendo entre las cosas. Por supuesto que lo primero que Cas notó fue la abeja gigante de peluche que aparentaba vida revoloteando por toda la habitación. ¡Oh! Y también había un avioneta a escala, girando en la habitación, que extendía un cartel que decía: "Lo siento mucho", y al otro lado: "Gabe te ama".

- ¿Jack?

Unos minutos y el nephilim estaba a su lado, con su mejor cara de sorpresa.

- ¿Si?

- ¿Sabes algo sobre esto?

El chico negó con su cabeza.

- ¿Me puedo quedar con la abeja de peluche viva?

- No, toma un peluche de serpiente. – Le pasó uno de esos peluches gigantes, pero este no tenía vida.

El celular de Gabriel sonó y él comenzó a caminar de un lado al otro.

- ¡¿Qué hago ahora?! – Chilló de los nervios.

- ¡Contesta! – Ordenaron al unísono los Winchester.

El castaño aclaró su voz y apretó el botón verde.

- ¿Hola? - Usando su tono más seductor.

- ¿Qué es...? ¿Qué hiciste con mi habitación?

- ¿Te gusta? – Interrogó lleno de nerviosismo y emoción.

Cas se quedó un minuto en silencio, observando a Jack correr tras la abeja que había escapado y ahora volaba por todo el bunker. Se podía escuchar el sonido de los más de 30 guinea pigs correteando y chillando por alguna parte, y un oso panda bebé muy real abrazaba la pierna del ángel, impidiendo que se moviera.

- Con un lo siento sincero habría bastado. – Dijo finalmente el menor.

- ¿No te gusto?

- Creo que a Dean y Sam no va a gustarles.

- No te preocupes, no les importara. – Sonrió a los hermanos que escuchaban expectantes, sin saber del desastre que era el bunker ahora.

Temptation.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora