Capítulo 13: Einstein

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Imagen de portada: por Kihara Toshiko. Literalmente ella escribió: "Mientras temerosamente cruzábamos el puente de un ferrocarril, mis dos hermanos y yo vimos flotando cadáveres hinchados de color rojo, azul, verde y morado."  Kihara tenía 17 años cuando la bomba detonó y 47 años cuando dibujó la imagen. 

ADVERTENCIA 

ESTE CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO FUERTE SOBRE LAS SECUELAS DE LA BOMBA ATÓMICA QUE PUEDE AFECTAR A ALGUNAS PERSONAS SENSIBLES. SI CONSIDERAS QUE NO PUEDES CON ELLO, CUANDO VEAS LOS TRES *** , SÁLTATE ESAS PARTES. 

*

7 de agosto de 1945 en la cálida ciudad de Princeton, Nueva Jersey, Estados Unidos.

Fue una mañana como cualquier otra: se levantó a las seis de la mañana, se dio una ducha y luego se iba a disponer a desayunar antes de dar su cátedra a la primera hora del día en la Universidad de Princeton. No hubo nada extraño durante el proceso tan monótono y preciso.

Sin embargo, Albert Einstein, tras asomarse a la ventana, notó un hecho extraño: casi nadie estaban rondando por las calles y pocos eran los vehículos que circulaban. Sintiéndose desorientado, Einstein alzó su mirada al funcional reloj de pared de su casa. No cabía duda que se había levantado a la hora de siempre. ¿Qué estaba pasando?

Ni lento ni perezoso, se dirigió al viejo radio de su sala de estar y buscó por las noticias locales. Ahora con todo los acontecimientos de la guerra, todo el mundo estaba loco, debía ser muy precavido.

En efecto, sus sospechas fueron confirmadas en un santiamén. Las noticias de último momento resonó en toda la casa. Einstein tuvo que parar lo que estaba haciendo para luego pararse frente al radio, ansioso, como si le exigiera con esa mirada penetrante hacia el objeto prontamente la información.

Repito. Se ha confirmado por parte del Gobierno de Estados Unidos de América ha detonado el artefacto denominado "bomba atómica" a territorio japonés en día de ayer en horas de la mañana. No se ha recibido mayores datos de las bajas o qué sucedió pero hasta este momento Japón no se ha rendido.

Repito. Japón sigue en guerra con Estados Unidos y puede contraatacar. No se descarta que Estados Unidos ataque nuevamente.

Ampliaremos.

Los oídos de Einstein se volvieron sordos y su cuerpo reaccionó por el preliminar. Su propio cuerpo no pudo aguantar su propio peso y cayó de rodillas al suelo.

— Ignoraron mis cartas... — susurró amargamente y sintiéndose débil y con dolor de pecho por la cólera y tristeza. No solamente no le hicieron caso, sino también habían prostituido sus hallazgos. —Víboras... malditos...

Sólo y sin con quien desahogarse, Einstein lloró, desconsolado.

*

8 de agosto de 1945 en la Campiña inglesa Farm Hall.

La noche era muy callada, como si el universo respetaba el minuto de silencio por la atrocidad que se vivió días atrás en el otro lado del continente.

Reunidos en una casa de campo con nueve científicos más gracias a la Operación Epsilon, Werner Heisenberg se acercó a las personas que tenía más cerca: Max Bon Laue, Otto Hann y Carl Friedrich von Weizsäcker.

Después de haber escuchado en la radio de la BBC sobre la detonación en Japón de la primera bomba atómica en la historia, el silencio fue convertido en un acto solemne para todos los científicos ahí resguardados.

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