Capítulo 12: Alegría

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Imagen de portada: el Emperador Hirohito y la emperatriz consorte Kogun, cuyo reinado fue durante la Segunda Guerra Mundial. 

*

Ibe concibió una conclusión en su mente al momento de ver todos los amigos de Eiji juntos; estuvo pendiente de las intenciones y tratos de lo que restó del día. Después de varias lágrimas y desatar los sentimientos a flor de piel, el ambiente dentro de su hogar emanaba sosiego.

El japonés nunca ha vivido en holgura, pero el bienestar que se respiraba en su casa se sentía muchísimo más seguro que poseer riquezas. Se sentía el ser más rico del mundo, no de dinero, sino que ahora Eiji estaba con él, incluso su "familia" creció aún más.

Era increíble que su forma de pensar cambió por completo en menos de un día. No era una transición menor para pasar por alto, en especial con respecto a sus sentimientos. Esa abrumadora experiencia del día de hoy pudo cuajar perfectamente en su mente, corazón y alma. Incluso el mismo Ibe no sabía que él era capaz de aceptar rápidamente a desconocidos en su casa.

Había anochecido y todos estaban exhaustos. Él también lo estaba pero no podía dormir plácidamente como las otras personas que estaban dentro de una habitación ajena a la suya. Así que se levantó de su futón y caminó hacia el cuarto que invadió sus pensamientos hace unos segundos atrás.

Cuando estaba cerca, se percató que la puerta estaba media abierta. Asomó su mirada para adentro y se encontró con una enternecedora escena. Acostados en fila horizontal, estaban los susodichos, comenzando con Akira, quien se coló a dormir en esa habitación, y a su lado estaba Eiji abrazado firmemente con Ash. Ambos tenían un rostro relajado que Ibe no había visto ese aspecto en Eiji desde hace mucho tiempo, incluso con Ash se veía extraño con esa expresión de calma tras convivir con él, a penas unas cuantas horas, siempre se mostraba ceñudo. Al lado de Ash, estaba ese adolescente chino, no tenía certeza si estaba dormido o no, pero estaba dándole la espalda al otro chino calvo, como si lo estuviera protegiendo a Ash de él, ya que Shorter dormía desplayado en el tatami y roncaba a viva voz. Además Nadia y Lao también estaban amodorrados.

Ibe dio una risita suave antes de desviar su mirada e irse a otro camino. Todos estaban fatigados por su viaje hasta aquí. No sabía muy bien los detalles, pero de lo poco que conoce sobre los martirios que tuvieron que atravesar, lo más justo era dejarlos descansar hasta que se hartaran de hacerlo.

Realmente Eiji consiguió muy buenos amigos, en especial en Ash. Esos dos cuadran muy bien juntos, algo nunca antes visto en los ojos de Ibe. Se entendían perfectamente y el cariño que se tenían era envidiable, casi como si se hubieran conocido de años. Ibe mantenía un ojo sobre ellos.

Asimismo, otra cuestión que alegraba a Ibe era que ellos tenían la convicción suficiente en estar reposando de esa manera tan despreocupada. Eso significa confianza en su persona, y lo mejor era que era mutua.

Buenas noches. Ibe sonrió solemnemente.

Sabía que este era el comienzo de una nueva vida.

*

La mañana pasó rápida como el agua dentro de una corriente en el río. Todos habían despertado hace poco, no por su voluntad, sino que llegó el doctor que solicitó Ibe para que examinara el tobillo de Eiji.

Ibe, Eiji y el doctor estaban solos en la pequeña sala de estar mientras que los demás se ubicaban en la recamara que durmieron anoche, espiando como podían la cita médica.

Eiji suspiró por medio de la nariz e intentó regularizar su respiración. Los nervios se hacían presentes al momento que el doctor le pidió que se acostara para luego alzar su pierna a la altura de su vistal. Quitó los harapos de su tobillo y lo examinó detenidamente, frunciendo y ladeando sus ojos con lentitud.

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