Capítulo 16: Trifulca

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Imagen de portada: su nombre fue Sidney Lewis, y es considerado el niño soldado más joven de la I Guerra Mundial al alistarse a los 12 años de edad en el ejército británico. Combatió en las trincheras en la primera línea de fuego en la Batalla del Somme. Poco tiempo después, su madre Fanny escribió una carta a la Oficina de Guerra, adjunto con su certificado de nacimiento, para retirar a su hijo dentro de la Milicia. Días después fue dado de baja y enviado a casa.  

Solo, en el monte con su pelota de parches negros y blancos, Ash la pateaba sin mucha ímpetu. Decidió salir un rato para tomar aire y darse un respiro. Tanta propaganda en el radio, las calles y en la boca de la gente, lo estaban volviendo loco. Han promocionado sobre la guerra al punto que le ha dejado en qué pensar. Él pensó que ha jugado a la guerra con sus juguetes pero no conocía la verdadera guerra.

El mundo era muy grande. A pesar que quería entender mejor lo que pasaba con el mundo, no lo llegaba a entender del todo.

— ¡Aslan! ¡La comida está lista!

Los ojos del niño de seis años brillaron tras oír la voz de su hermano Griffin gritar desde el umbral de la puerta. Cuando observó la sonrisa amplia del castaño, Ash se llevó la pelota de fútbol soccer en sus manos y corrió hacia él.

No importaba si el mundo era un caos ahora. Si Griffin no lo abandona tal y como lo hicieron sus padres, entonces todo estaba bien para él.

*

Era increíble la forma en cómo sucedían los eventos sobre la vida de una persona. Ash se movía de forma autómata mientras sentía nubosidad en su mente. Estaba ajeno a lo que ocurría a su alrededor. No escuchaba la voz inverosímil de Charlie resonando en el hogar, ni podía ver los rostros estupefactos de sus amigos o la incredulidad en las facciones de Max.

Su cabeza le daba vueltas. Sentía que estaba soñando. No obstante, cuando se cerró la puerta de golpe, dio un respingo. Parpadeó varias veces y las supuestas ilusiones que creía que veía no desaparecían, se tornaron más lucidas.

Fue entonces que Ash cayó en cuenta que todo aquello sí estaba pasando de verdad.

Charlie infló se pecho y su ceño estaba muy fruncido. Observó a Ash y a Max con desdén. — Bueno, ¿quién hablará primero?

Los demás asiáticos estaban nerviosos. Sin embargo, solamente uno se armó de valor. — Yo lo puedo explicar.

Ash se tensó. — Eiji. — alzó suavemente su voz.

— En realidad sí puedo, señor Charlie — siguió Eiji, ignorando a Ash. — . Todo esto es un malentendido.

Charlie no relajó sus músculos faciales. — Aun si me lo explicase, este soldado — señaló a Ash. —, se nota que ha vivido gratamente sobre su protección por un largo tiempo. Él tuvo un deber, uno muy grande cuando la guerra estalló. Eso es deserción, un delito militar grave para nosotros que fuimos beligerantes. Y por lo que veo... está prófugo de la justicia.

Ash solamente frunció el ceño.

— Oye, oye, oye... — interrumpió Max. — ¿No estás exagerando? Aún no sabemos su versión de la historia. Ese soldado de ahí fue mi compañero de mi escuadrón cuando se nos asignó la misión de ataque aéreo en la isla Iwo Jima. — exhaló con rapidez. Todavía pensaba que estaba de cruda. — Yo ví su avión estallar y fue declarado perdido en acción, no me jodas que está quebrantando la ley.

— Es cierto, él ha pasado vejámenes desde que naufragó en Japón — habló Shorter. — . Nosotros lo encontramos y unimos fuerzas para sobrellevar la guerra hasta su fin y sobrevivir.

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