Capítulo 6: Abrazo

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Imagen de portada: el 30 de abril de 1945, se suicida Adolf Hitler junto con su esposa Eva Braun en su bunker en Berlín, quienes un día antes se habían casado en ese mismo lugar. Luego, el 1 de mayo de 1945 el Ejército Rojo toman por completo Berlín. Oficialmente, Alemania se rinde ante Los Aliados el 7 de mayo, terminando con la Guerra Mundial en Europa. Sin embargo, la guerra continúa en algunas zonas de Asia y Japón. 

Adjunte un video de la versión violín y chello del ending de Banana Fish es magnifico. Si lo deseas, puedes escucharla mientras lees el capítulo.

*

Junio 1945

Ash casi se ahogó al reprimir un quejido en altas horas de la noche. Se sentó sobre el futón mientras jadeaba fuertemente.

 —¿Qué pasó? — preguntó soñoliento Shorter en mandarín. Eiji, Ash y él dormían en la misma habitación. Cuando se dio cuenta el estado del soldado, inhaló entrecortadamente. — Ash, ¿Estás bien? ¿No fui yo esta vez, verdad?

Eiji también se había despertado por el ruido. Rápidamente, sin mediar palabra alguna, estaba al lado de Ash, masajeando sus hombros.

Ash aún temblaba, pero las caricias de Eiji lo estaban calmando un poco.

— No...— tragó saliva con dificultad. — No...

Shorter observó que la quijada de Ash estaba tensa del miedo.

— ¿Quieres respirar un poco de aire? — sugirió Eiji. Ash solamente pudo asentir con la cabeza. — De acuerdo. — Eiji observó al chino. — Shorter, ya regresamos. Si tienes sueño por favor no nos esperes.

— C-Claro...

Shorter vislumbró cada movimiento de los dos muchachos hasta que salieron de la habitación. No estaba seguro cuando empezó, pero ahora que lo notaba, Ash y Eiji era muchísimo más cercanos que antes. Era como si se había una atracción mutua. No quería meterse en sus asuntos ni nada por el estilo, pero las miradas que se daban, los roces de sus manos, incluso el tono de voz; ¡Era como si fuera una pareja de esposos! Le recordaba a sus abuelos.

No sabía qué pensar realmente si ellos sostienen una relación amorosa, pero lo que sí estaba seguro Shorter era que, extrañamente, no le molestaba.

  *

Eiji llevó a Ash hacia la puerta de la cabaña, donde se podía ver el mar en todo su esplendor. El paisaje estaba hermoso, la luz de la luna iluminaba el mar y las estrellas brillaban.

El japonés abrigó a Ash con una manta blanca, tratando de cubrir su cabellera y el resto de su cuerpo. Si realmente había alguien rondando cerca de la cabaña, Eiji no quería tomar el riesgo que descubran a Ash, y por ende a los demás que estaban dentro de la cabaña. Esa noche, Lao y Sing estaba de turno, vigilando en los alrededores. A pesar que no ha pasado nada sospechoso, tenían que ser precavidos y, para el disgusto de Eiji, cuando ellos se percataron que Ash y él salieron, no dijeron nada. Eiji sabía las razones: cada vez que Ash tenía una pesadilla, él se lo llevaba lejos. No era de extrañarse. Incluso está empezando a llegar hacerse normal.

Eiji suspiró profundamente. Era mejor no pensar en eso. Lo más importante ahora era Ash.

El japonés posó sus ojos en Ash. El rubio aún temblaba un poco, pero su semblante estaba más tranquilo.

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