"¿Recuerdas Aquella Vez?".

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Kim Namjoon:

-RÁPIDO, ABRAN LAS PUERTAS -gritos que me mantenían herido...-.

-EL PULSO ES MUY BAJO, DOCTOR -.

Seokjin...

-¡SEOKJIN! -lloraba; el llanto era lo que odiaba, era algo que no se controlaba. Perder a alguien al cual he agarrado cariño todos estos años-.

Todavía recuerdo la primera vez en la que hablábamos...

Por favor, no quiero verte morir si no soy yo el que está a tu lado. No quiero perder a mi único amigo y dejarme espantado...

¿Recuerdas aquella vez?...

Flashback.

Lo mismo de siempre. Un café medio cargado, que terminaba siendo expulsado, por no ser de mi agrado.

Despertar...

Solo lo tomaba para mantenerme despierto. Para estar alerta todo el tiempo.
Horas y horas de trabajo; años y días sin descanso. Todo para hacerme "feliz", todo para no llorar sin fin.

-Buenos días, señor Kim. Esta el reemplazo del secretario esperándolo, señor - dijo una voz que ya no recordaba de verdad, todas las personas me daban por igual - ¿Dejo que pase a su oficina?-.

Colgué la llamada. Ya sabía la respuesta, ¿para qué preguntaba? Qué absurdo...

Eres un gilipollas...

Calla.

Pasaron apenas dos minutos, y ya tenía a un bello tío sentado al frente mío. Demonios, jamás pensé haberme encontrado con el mismo Dios de la belleza. Sus labios color rojo y carnosos; sus ojos de color canela, combinados con un poco de miel, la verdad; rostro delicado, color blanco, llevaba consigo un sonrojo que me estaba volviendo loco.

No tuve que revisar su expediente. No quería hacerlo. Ese hombre iba a ser el nuevo secretario principal de la empresa. Tiene buena figura, y parece alguien de buena raya.

-Está contratado, señor... - revisé aquellas hojas que se mantenían juntas a una carpeta color beige gracias a un pequeño clip color café - Señor Kim - sonreí después de ello-.

-¿Ha-habla en serio? - se lo notaba sorprendido. Era el indicado, y yo sin saberlo -.

Los años pasaron... Y vuestros corazones se juntaron...

Fin del Flashback.

Sollozos se escuchaban en la pequeña sala. Sala única para nosotros. Había pedido que el paciente sea alguien especial, con todo recurso sin importar el dinero que tomase...

Mar de lágrimas...

Fue lo que siempre escuchaba... Cada vez que lloraba...

Extraño a mi madre todavía...

-Ya, ya, Namjoon. - pequeñas palmadas eran las que me daban por la espalda, mientras que yo trataba de refugiarme en el pecho de mi hermano - Todo estará bien. Tío, está con uno de los mejores doctores de la cuidad - dijo para luego acariciar mi cabello -.

Eso no me calma...

-De la cuidad... No del mundo - dije en un hilo de voz. Tenía miedo, sí. No quería perderlo -.

"AYUDARTE" - Namjin -. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora