Le había contado a la señora Jones todo: desde qué estábamos haciendo cuando vimos la camioneta, hasta lo último que Allek me había dicho. Ella estaba sumamente triste y preocupada. Pero aún así tomó fuerzas para cuando llego la policía y le tuvo que dar toda la información necesaria.
Ella me había explicado quién era Ricardo.
Resulta que Ricardo era su ex esposo, el padre de Alba, y se separaron, porque él era muy posesivo y trataba muy mal a Allek. No me había dado muchos detalles, pero me había hecho entender que era muy peligroso.
Una hora después tocan la puerta, yo al ver que la señora Jones no está por aquí, la abro. Claro que antes veo por la ventana quién está tocando. Ahí veo a Liam.
Al abrir la puerta Liam entra rápidamente a la casa. Lucía desesperado; estaba sudado, despeinado y muy sofocado.
En busca de alguien, de Allek.
—¿Qué noticias tienen? —pregunta Liam, dando vuelta por la sala, pensante, mientras lleva las manos a la cabeza, afligido.
—Todavía no sé nada al respecto, pero la policía los está buscando —pego los ojos al suelo, incapaz de mantener su mirada—. Dios, todo pasó tan rápido.
—¿Cómo se llevó a Allek? ¿Cómo supo dónde estaba él? ¿Estás bien?—Liam me bombardeó con preguntas, antes de que siquiera supiera la respuesta de la primera.
—Liam, tranquilo —le dije, levantando la mirada. Lo acerqué al mueble, para que tomara asiento y se calmara—. Estoy segura de que él estará bien, tengo esperanza en eso.
—Yo también espero eso, créeme que sí. No me imagino lo mal que debe estar Alicia. —Cruza los brazos.
—¿Él había hecho esto... otras veces? —le pregunto a Liam, refiriéndome a si Ricardo había hecho algo como esto, otras veces.
—¿Uhm? —murmura Liam, confundido.
—¿Ricardo había hecho esto otra vez?
—Habían tenido muchos problemas y peleas, pero nunca había estado así. O sea, prácticamente secuestró a Allek —Liam se tomó un respiro para decir lo siguiente—: ¿Qué coño pasa por la mente de ese?
—Liam, ¿cómo estás cariño? —pregunta Alicia, entrando a la sala y dándole un abrazo a Liam. Al parecer se tienen cariño, por la forma en que se abrazan, supongo que ella le tiene cariño por ser el mejor amigo de Allek.
En eso mi mamá me llama al celular. Ay, Dios mío, con tantas cosas en la cabeza se me había olvidado decirle a mi madre que estaba bien, y que estaba en la casa de al lado.
—Aló —digo al contestar.
—Heather Alexandra Peterson, ¿dónde te metiste? Antonella me dijo que no habías llegado a la casa y, a parte, me avisó que en la casa de al lado habían unas patrullas policiales. Así que me preocupé, aún más, cuando supe que no cogías el teléfono. Ahora mismo dime, ¿dónde estás?
—Ahora estoy en... —me quedé pensando en la forma correcta de explicarle a mi madre que secuestraron a Allek, sin que se alarme demasiado. Luego de unos segundos llegué a la conclusión de que no había manera—. ¿Sabes qué mamá? Mejor te explicó cuando llegué a la casa.
—¡¿Cómo es eso de que me explicas cuándo llegues?! ¿Heather Elizabeth Peterson, dónde estás? —pregunta, con su voz aguda. Sin querer me río, ¿por qué?, tal vez te preguntarás. Pero la cosa es que no tengo segundo nombre, de lo que mi madre se arrepiente, porque cada vez que me discute me pone uno nuevo.
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¿Destino o casualidad?
Teen Fiction《Lo nuestro fue tan inesperado que nos encontramos sin buscarnos》 No sabemos cómo pasó, no sabemos si fue el destino o si fue pura casualidad. Sólo sé que te encontré y no te quiero dejar de amar.