Capítulo 17

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Acabaron de salir de la estructura donde habían trabajado hasta tarde; Mark exhaló profundo, pasando su mano por su cabello y llevándola luego a la cintura de la menor, caminando con sus amigos.

–¿Ya saben si irán? –la menor no se inmutó por el contacto, al contrario, juntó a ambos cuerpos de manera suave.

–Sí, el chico más grande confirmó esta tarde. –la omega asintió a la beta.

–¿A dónde iremos?

–Quedamos de ir a cenar al restaurante de comida francesa –la omega asintió, esta vez, ante el omega.

–Parece una buena idea.

–Lo es, es muy recomendado.

–¿Si?

–La señorita Tharey lo visitó, ¿Cómo no serlo? –el omega rió.

–¡Eso es genial!

El alfa soltó una risa leve, continuando con su caminata junto a los demás integrantes del grupo, continuando con una amena charla sobre lo que harían.

Esa tarde iban a encontrarse con un nuevo grupo de chicos, nuevos en la industria. Llegaron hace unas semanas, y como ellos, el señor Han les había sugerido conocer a más personas de las instalaciones, recomendando de cara al nuevo y futuro grupo debutante, quienes aceptaron gustosos. Más MiSuk que los demás.

Ambos eran mejores amigos desde niños, y eso le recordaba a su historia con su amiga; ambos tenían un solo año de diferencia con ella, o bueno, uno al menos. El más joven tenía diecinueve y el mayor veinte, eran poco más mayores que ella.

Y aunque a Mark aquel malestar en su vientre no le gustaba, ver a su menor sonriente le hizo dejar de lado aquella sensación; el miedo e inseguridad.

Entraron al departamento, todos dispersándose casi de inmediato. Los más jóvenes tomando duchas rápidas, cambiándose y preparándose para la salida.

Todos estaban con estilos demasiado diferentes; un ejemplo era la enorme diferencia entre cómo se vestía Ale y en cómo se vestía Yungho. Mientras Yungho vestía unos jeans ajustados a su delicada figura y una camisa blanca holgada, sus impecables zapatos negros y su joyería, no más de pendientes y su reloj; Cleo vestía diferente a como algunos pensaban, sus jeans negros acentuados a su cadera y holgados desde sus rodillas hasta sus talones, una blusa blanca cruzada metida en sus pantalones y sus tacones negros, su cabello rojizo atado en una coleta y con sus nueve perforaciones con aretes.

–Me gusta que te vistas con faldas, te ves hermoso y tus piernas resaltan –dijo la beta sentada viéndole, torciendo el gesto.

–A mi igual, pero no sabemos si a ellos les gustaría ver aquello –ahora la beta frunció su ceño, bastante molesta.

Se puso de pie, yendo hasta el omega, dándolo vuelta para poder ver su cara y que entendiera, no solo con sus palabras, sino con sus acciones lo que ella quería decir.

–Que te valga –soltó, el omega alzando una ceja– Que te importe una mierda si les gusta o no, te ves hermoso con vestido y si a ellos no les gusta mala suerte, tu cuerpo, tu verás cómo te vistes, ¿Bien? –el omega sonrió suave y asintió, besando su frente.

–Sí, gracias.

–Ahora quítate eso y ponte lo que quieres usar –dijo, acariciándole sus cabellos algo más calmada– Te dejaré para que te cambies, te espero fuera.

–Bien. –y las mejillas de la beta aumentaron de tono cuando el omega besó su mejilla, sacándole una sonrisa boba y un sonrojo.

Salió de la habitación, viendo a la omega pelear en medio de la sala con su vestido, no notando su presencia al estar dándole la espalda. Iba a ayudarla, pero Mark apareció.

Perdóname | Jeon Jungkook | Libro #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora