Capítulo 26

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A la mañana siguiente, a solo unos pocos minutos de que fueran las nueve, la pareja estaba ya en el aeropuerto. Mark estaba bostezando aún, mientras que la chica hablaba por teléfono con Cleo, quien estaba ya en su casa.

–¡Eso es genial! –exclama, y Mark no evita alzar una ceja, no entendiendo de qué hablan– Umh, no –ríe, y cuando las mejillas de MiSuk se encienden, es cuando la curiosidad de Mark aumenta– Este último tiempo no, pero antes sí –Mark bufa, quiere saber qué hablan– Quizá en un futuro.

La bocina del aeropuerto llama a los pasajeros del vuelo a Tailandia y Corea, por lo que corta la llamada con su amiga. Mark sonríe, acercándose a su cuello para oler algo de su aroma.

–Insisto en que deberías llevarte una de mis sudaderas, una camiseta, algo que tenga mi aroma –la menor acariciaba sus cabellos con calma– Me extrañarás.

–Lo haré –dice al final el alfa, separándole– Pero no quiero verme patético oliendo una camiseta, miserable por no tenerte cerca –besa sus mejillas– Y no importa, te llamaré y será como tenerte junto a mí.

–Eres un cursi... –las mejillas de la chica son rojas, por lo que se esconde de inmediato en el cuello de su amigo– ¿Enserio me extrañarás?

Mark sonríe de lado, alzándola barbilla de su menor para dejar un suave beso en sus labios, sonriendo al separarse– Claro que lo haré, ¿Cuánto será un mes para cuando sientes cosas por alguien? –pregunta al aire, recibiendo un pequeño empujón de la menor.

–Eres demasiado dulce.

–Y solo tú logras eso –susurra, besando de nuevo sus labios.

Esta vez es más intenso, mantiene el dulce sabor de la ternura, pero es mucho más profundo. Saben que es la última vez que se besarán hasta después de un mes, por lo que hacen que sus labios permanezcan mucho más tiempo juntos. Disfrutan el tacto de la lengua contraria, y jadean entre sí cuando muerden sus labios.

Se separan, y Mark deja un beso corto sobre los rojizos labios de la chica.

–Nos veremos pronto.

–Lo haremos –asiente– Ten buen viaje –dice, acomodando la mochila sobre el hombro de Mark– Llámame cuando llegues a Tailandia y no olvides que estaré al pendiente por si me mandas un mensaje, quiero fotos, muchas fotos –pide.

–Está bien, mamá –ríe suave, besando su frente– Yo también quiero fotos, y que me llames y mensajees.

La chica asiente y besa de nuevo esos labios. No quiere separarse, no cuando sabe que volverá sola a Corea, donde su pesadilla aún vive.

–Te quiero.

–Y yo a ti –susurra, y solo siente el peso sobre su hombro alejarse, el cuerpo de Mark se aleja.

Lo observa abordar el avión, despidiéndose con su mano. Es momento de irse.

 Es momento de irse

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Perdóname | Jeon Jungkook | Libro #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora