Capítulo 54

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–Necesito que estés centrada, Cleo –el hombre señala, pasando su mano por su cara con competa frustración– Una vez más.

Y moviendo sus manos en una rueda en el aire, vuelve a ponerse los cascos. Pero la beta se siente mareada, frustrada y sin fuerzas, sus labios no se abren y cuando lo hacen, es su lengua quien la traiciona, enredándose y no pudiendo hablar a la modalidad que le gustaría, no puede pronunciar bien las palabras y está retrasando a sus compañeros.

Sun esperaba en calma su turno para grabar su parte de la canción, enviándole ánimos desde la ventanilla. Pero estaba demasiado rota, y aunque sabe que eso no es una excusa, no hay mayor pensamiento que el querer esconderse en su cama y llorar hasta que su cuerpo esté deshidratado.

Bufa.

–¿Aún nada? –el aroma característico de Mark inunda las fosas nasales de Min, quien voltea a verle con una amplia sonrisa.

–No, ha estado durante la mañana tratando de grabar, pero parece ser que su lengua no está de ánimos para dejarla hacerlo –suspira– Quizá deberíamos dejarla descansar por hoy, no lo sé, siento que no está en sus sentidos como para que pueda seguir.

–Pienso igual –el hombre detrás de ellos asiente, sacándose sus cascos– Cleo, dejémoslo por hoy –hablándole al pequeño micrófono, el hombre apaga todos los monitores– Lo siento chicos, es su hora de almuerzo y no has podido grabar tu parte de la canción, Minie. Y tampoco han podido dar pie al inicio de la canción principal.

–No se preocupe, Byeom ahjussi –sonríe la omega, tomando su bolso– Disfrute su almuerzo, volveremos a las tres para poder grabar, ¡Cleo volverá con ánimos! Es una promesa.

–Eso espero –y poniéndose su gorro, suspira– Nos vemos después, coman mucho, recuerden que su primera presentación está cerca –removiéndole los cabellos a la pareja, el hombre abandona la habitación.

Cleo sale de esta con su mirada apagada, sus hombros bajos y su espalda curvada, suspirando molesta cuando el aroma conocido de la miel dulce, ésta colándose por su nariz y activando de inmediato a su lobo. Sus colmillos salen y su labio se alza un poco, dejando expuestos sus afilados dientes, sus ojos pronto se tiñen de un conocido azul y sus uñas crecen.

–Ve y dile a Yung que no entre, que se vaya a su hogar y que luego lo arreglamos –Min asiente a las palabras del líder, mismo que suspira cansado.

Dos semanas y aquel dúo no podía olerse que la beta se alteraba. Claro que él estaba del lado de su amiga, una mordida con consentimiento en un omega que estaba con una beta y a quien le juró un mundo de rosa, y que encima aquella marca llevara meses hecha, debido a lo sanada que estaba, era algo imperdonable. Pero igual necesitaba la colaboración de todos para el inicio de su primer video y su primera canción.

–Cleo, ¿Podemos hablar? –y la beta alza su cabeza, asustada y molesta, claro que el miedo denotaba más– Como amigos, no como colegas.

Y vuelve a su forma base, sin colmillos, ni garras u ojos luminosos, solo la muchacha de ojos miel y uñas hechas con diseño de Harry Styles. Mark se sienta en la silla giratoria de Byeom, sonriéndole a la muchacha para brindarle la confianza que él quiere que ella tenga, seguridad y no miedo a que la regañen.

Cleo se sienta en el sofá, poniendo sus manos en su regazo, soltando un sonoro suspiro y su cuerpo curvándose.

–¿Es por lo de hoy? –y Mark niega– De todos modos, lo siento, no hemos podido grabar por mi culpa.

–Olvida eso, me interesa saber cómo estás tú, no si pudimos o no grabar. –se acerca, dándose impulsos con su pie, para poder tomar la mano que tiembla, acariciándola– ¿Quieres que hablemos de ello?

Perdóname | Jeon Jungkook | Libro #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora