La tarde les había tomado de sorpresa, donde solo habían compartido un silencio, ellos estaban más que seguros que sus amigos deberían estar ya buscándolos. Mark decide tomar mejor a la menor para poder ponerse de pie, cargándola como koala al mismo tiempo que se paraba y tomaba su chaqueta, sacudiéndola para sacar todo rastro de nieve.
–¿Sabes? –mientras Mark salía de la zona en que estaban, ella busca hablar con él– Hoy noté algo.
–¿Así? –el chico termina de pasar ambos cuerpos por el espacio roto del muro– ¿Qué descubriste hoy, pequeña Einstein?
–Estás mucho más delgado de a como estabas antes de llegar a China.
–No me conocías antes –canturrea, saliendo por el callejón.
–Me refiero a que cuando te conocí, eras más gordito de cara –pincha con su dedo una de sus mejillas– Y ahora estás todo plano –suspira, dejando caer su mejilla en su pecho– Además, que yo recuerde, antes comías más de lo que comes ahora.
–No me da hambre.
–Claro, y tengo que creerte –Mark rio, pasando su mano por los cabellos de la menor– Vas a empezar a comer lo que como yo.
–Pero comes demasiado –y la menor, ofendida, golpea el pecho del chico.
–¡Mientes! Es poquito.
–¿Poquito?
Y la chica solo se esconde de nuevo en su pecho. El camino se hizo silencioso, todos viendo a la parejita llamando la atención por cómo iban caminando entre ellos, abrazados de un modo tan íntimo a ojos de los demás. Y claro, no faltaban los que sacaban fotos.
Acabaron llegando al departamento después de mucho pelear en si comprar las donas que la menor quería o solo ir al departamento. Llegaron con la bolsa en mano de la chica, entrando y encontrando todo aún solo, Cleo y Yungho parecía que se habían tomado enserio lo de hacer la compra.
–Hace frío –dice Mark, yendo a la chimenea que estaba bajo la televisión– Prenderé la chimenea y luego me iré acostar, no sé qué harás tu –haciendo lo que dijo, da la espalda a la chica.
–Iré a ponerme el pijama.
–Vale.
Mark no tarda en tomar los palitos junto a la chimenea, apilándolos y poniendo algo de combustible sobre ellos, encendiéndole fuego después. Pone sus manos cerca del fuego, esperando a que el rojizo de su piel cambie al tono normal.
Un mensaje. Sabe quién es, por lo que a penas saca el teléfono lo desbloquea para leer a su mayor. Sonríe por la historia que su mayor le cuenta, escuchándolos audios que había dejado y sonriendo como bobo con las fotos de la hija de ella.
–Ya estoy –canturrea a sus espaldas la menor del grupo, más la atención de Mark está puesta sobre su teléfono– ¿Baby? –pregunta cuando el chico no voltea a verle– Markie, estoy lista.
Se acerca por la espalda al chico, sorprendida de verle sonriendo al teléfono y respondiendo súper rápido los mensajes. Frunce su ceño, toda la atención de Mark estaba puesta en el teléfono, no había nada para ella y eso le molestaba.
–Baby, vamos a la cama –pide, sacudiendo sus hombros.
El líder finalmente le da atención, sonriéndole y carraspeando– Sí, vamos –tira un último palo al fuego, tomando la mano de la chica para ir a la habitación que compartía con la beta.
Se recuesta, a la espera de que la chica le haga compañía. Min no tardan acostarse sobre él, rodeando su cadera con sus muslos y dejándose caer en su pecho, ambos compartiendo su calor corporal. Y claro que necesitaban mucho calor, haber estado muchas horas en la nieve, jugando con el agua y con la ropa para entrenar había bajado todo el calor corporal de ambos.
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Perdóname | Jeon Jungkook | Libro #2
FanficHan pasado dos años desde el incidente en el aeropuerto y la pérdida del fruto en su vientre, y parece ser que el cielo comienza a abrirse espacio entre las grises nubes para devolverle lo que creyó perdido. El amor de una manada, el amor de pareja...