Estaba preparando mi ropa y maquillándome un poco, en mi antigua ciudad me encantaba salir a fiestas con mis amigos, pero ahora no están e iría a una fiesta con personas que no conocía y probablemente lo único que haría sería ser presentada por mis abuelos.Llegué a la puerta de la casa y divisé a mi abuelo ,llevaba un traje negro y mi abuela un vestido blanco con negro, yo había optado por un enterizo corto estilo vestido, me había alisado el cabello y maquillado un poco, cabe recalcar que...¡odio usar labiales! y nunca usaba de por si, mis labios ya eran rosas pero hasta ahí, no me gustaba usarlos, cuando tenía 14 y me sentía lista para dar mi primer beso, los pinte con un labial rojo, el niño con el que me había besado había salido corriendo al ver como su cara estaba roja por mi labial y desde entonces no he vuelto a usar uno, no porque vaya a besar a alguien sino porque, odiaba la sensación de que en algún momento tendría que retocarme y no, no voy a estar con esa preocupación.
Entré al auto de mi abuelo e iba mirando el pueblo por la ventana, si que era un pueblo muy lindo, todo lo contrario a mi ciudad, este tenía muchos arboles, un río, un parque hermoso y la plaza estaba llena de estatuas de animales y en al noche se abría un parque temático, solo necesitaba amigos con quien disfrutar todo esto.
llegamos y los garajes estaban repletos de autos, casi no había espacio, pude divisar a muchos de los vecinos que ya conocía y las personas que probablemente me presentarían esta larga noche...Como mencioné anteriormente, el parque de diversiones estaba lleno de niños y sus madres corriendo hacia los juegos, por un momento recordé a mis padres y lo mucho que me gustaba salir con ellos de paseo, miré el alrededor y vi varios puestos de comida rápida y se me antojo probar una hamburguesa, vi a mis abuelos hablar con un par de personas y me acerqué.
—hola
—hola Elisa-saludo mi abuelo.
—Carmen, Patricio, ella es mi nieta Elisa Jons, no se si la recuerdan
—hola, es un placer volver a verlos Señor y señora...no sabía su apellido, ay abuelo ¡debiste mencionarlo!
—Arauz, un placer querida-habló La señora con una sonrisa la cual devolví, el señor también se acercó y estrechó su mano con la mía y me dedicó una sonrisa y movió su cabeza en modo de saludo.
—abuelo ¿podría ir a dar un paseo por ahí y comer algo ?
—claro, ve con cuidado y no vayas muy lejos, no te pierdas de vista.
Salí compré una Hamburguesa y me senté en uno de los bancos que habían cerca de los puestos de comida y comencé a mirar cada una de las presentaciones que hacían, un hombre lanzaba llamas por la boca mientras seis niñas se columpiaban arriba por el aire, eso era muy arriesgado pero entretenido, las personas estaban maravilladas mirando alrededor miéntalas aplaudían y gritaban eufóricas con cada moviendo, sentí como alguien se sentaba a mi lado y me tensé.
—pensé que las niñas bonitas de ciudad no venían a eventos como este a comer hamburguesas—dijo burlón, volteé ante el comentario tan desagradable emitido segundos antes y me sorprendí, ahí estaba él,el chico de ojos color avellanas que estaba en la cafetería horas antes, pero estaba con una sonrisa burlona que me pareció poco agradable.
—¿que tratas de decir ?
—creo que ya lo dije todo—me miró y elevó una de sus cejas y giró hacia al frente.
—¿que sabes tú de mi ? Nada, deja de sacar conclusiones sino sabes de mi, niño bonito-hablé cansada y mirando a la misma dirección que él mientras escuché como reía sin contenerse.
—es un pueblo pequeño, todos saben de ti
—acabo de llegar,no me conocen.
—17 años, huérfana, niña de la ciudad de Morgan con un abuelo que maneja el pueblo, es suficiente... dijo en todo molesto y dolió como lo dijo y no se por qué .
—si crees que sabes de mi, estas equivocado, me levante y me fui lo más lejos que puede y termine de comer.❤️
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Todo lo que he evitado desde que llegué
Roman pour AdolescentsTodo lo que he evitado desde que llegue es tener el corazón roto, más roto de lo que ya está. Elisa cree tener controlado todo, arma sus piezas rotas evitando sus emociones,llorando en silencio y riendo a gritos, pero lo que ella no sabe es que su...