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Estaba de camino al instituto, mi abuela no paraba de hablar de lo emocionada que estaba de ver como la cantidad de estudiantes había aumentado este año. Lo único que yo podía hacer era mirar por la venta y pretender "prestar atención" a sus palabras, se que debería hacerlo pero, lo único que quería era llegar y terminar rápido este día. Hoy no me levanté con muchos ánimos para ir al instituto y eso que apenas comenzaba...
Al llegar escuché como la campana de inicio de clases tocaba, iba retrasada y comencé a correr.
Entre a mi clase de matemáticas justo en el momento que el maestro lo hacía, me senté al lado de una chica pelirroja y comencé a escribir. los números se me daban muy bien y en el momento que el profesor pidió un voluntario a pasar a la pizarra levanté mi mano. No me percate de qué otras dos personas más lo hacían, Joao y una chica de cabellera corta y lentes estaban agitando sus manos para así obtener atención del profesor, el nos miro y pude ver su duda al elegir a uno de nosotros.
—es el primer año de la señorita Jons con nosotros, supongo que debemos darle la oportunidad a ella– el me extendió el marcador de pizarra y me levante del asiento y resolví el problema matemático.
Cuando regrese a mi asiento me percaté de que la mirada de la chica con lentes era matadora, supuse que debe ser una de las mejores en la clase. Joao me miraba asombrado y el profesor revisó mi ejercicio, me miro y asintió con un leve movimiento de su cabeza.
—felicidades señorita,Jons. No tuvo ni un solo error, supongo que le irá muy bien en la clase.
Recibí la mirada de todo el salón y pude sentir como mis mejillas se ponían rojas. Genial Elisa, ahora todos creerán que eres una nerd y se aprovechan de eso.

Iba caminado por los pasillos del instituto cuando siento unos pasos dirigirse a mi de una manera acelerada posicionándose frente a mi.
—¿no puedes vivir sin mi?
Me burle un poco de él y puse la combinación de mi casillero que estaba justo a mi lado.
—más quisieras,niña. Me sorprendiste hoy, no solo eres una cara bonita.
—soy muchas cosas que no conoces de mí, Arauz. —deja de decirme niña, tenemos la misma edad.
El me dedico una mirada de pocos amigos, esas que ponía cuando apenas me conocía.
—eso es lo de menos, y no, soy 2 años mayor y si te comportas como una.
—¿otra vez con eso?—suspiré cansada mientras cerraba mi casillero de un golpe y lo miraba.
—¿no tienes a nadie más a quien molestar ?
—tal vez lo tenga–sonrió de lado y
Levanto una de sus cejas —pero entre todas las personas que tengo para molestar, eres mi favorita, asi que, no, no me despegaré de ti.
—eres un pesado, ¿que? ¿Te gusto?
La verdad había dicho eso en forma de broma para molestarlo un poco ,pero creo que lo molesto más de lo necesario, el choco la palma de su mano con la taquilla que estaba justo al lado de la mio, me miró serio y se fue. Si, se fue como si algo le cabreara demasiado. Solo era una broma, era un nenaza si algo tan insignificante le molestara tanto. ¿Tan fea estoy? Es un idiota, de eso no tengo dudas.

Fui a los vestidores y cambie mi falda por mi uniforme deportivo que consistía en un short y una camisa de franela. Amarre mis cordones y sali, en la puerta estaba Derek y Fernando caminado, este ultimo con un balón en sus brazos, genial, odiaba practicar deportes...

Ya en la cancha, me senté en las gradas y miré a la dirección de mis compañeros, estaban formándose y  y el profesor daba indicaciones para el calentamiento, el era muy joven y guapo o eso aparentaba desde mi punto de vista en ese momento. Todo iba perfecto hasta que la chica de lentes que anteriormente había visto en mi clase de matemáticas levantando la mano para pasar como voluntaria al pizarrón se le acercaba y le decía algo,hizo que el profesor voltee y mire a mi dirección, genial, ¡era una chismosa esa chica!
—señorita ¿que espera para venir y formarse con sus demás compañeros?
—lo siento profesor, pero no me siento bien. —hable tocando mi estómago tratando de hacerlo más creíble al retorcerme un poco.
—nada de eso, venga acá ahora mismo.
Él sopló su silbato de forma autoritaria haciéndome estremecer. Baje de las gradas de forma lenta y me apresure a caminar por la cancha y dirigirme hacia mis compañeros, al hacerlo puede escuchar muchos chiflidos por parte de ellos y pequeñas risas. Volee a verlos y respondí:
—son unos asquerosos ¡¿que no tienen nada mejor que hacer?! –grite llamando la atención de todos, incluyendo la del profesor.
—¡se callan todos! –grito muy molesto—5 vuelas al rededor de la cancha ¡ya! –hizo sonar su silbato de una manera increíble ¿quería dejarnos sordos?
Todos salimos precipitados y comenzamos a correr la inmensa cancha.

—corres como niña,Jons.

Todo lo que he evitado desde que lleguéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora