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Después de aquella escena en la cafetería, retómenos las clases, era hora de ir a nuestros talleres, genial, tenía que aprender a cocinar. Todo esto gracias a que seguí los concejos de Joao.
Entre al salón y todas las miradas sé posaron en mi, otra vez tarde.
—hola ¿puedo pasar?
—claro, adelante señorita— era la primer profesora que me agradaba del instituto, hasta me sonrió.
La mayoría en la clase eran mujeres,era de esperarse, lo que no espere es encontrar alrededor de 6 chicos ahí y entre ellos estaba Bryce que me sonreía.
—hola – me acerque y tome asiento junto a el.
—hola,no esperaba encontrarte en esta clase.
El rio un poco y respondí también sonriéndole.
—eso debería decir yo ¿te gusta mucho la cocina?
—si, se mucho de cocina, mi mamá me enseño desde pequeño ¿Que tal se te da a ti?
—no lo se, no se qué hacer en esta clase la verdad –suspire y volví y hablar — estoy aquí porque no sabía que escoger y supongo...cocinar no debe estar tan mal ¿o si? –pregunté dudosa
—eso depende que tanto te llegue a gustar.—sonrió

La primer clase consistió en indicaciones, se supone que veríamos cuatro horas los días lunes y ya,hasta le siguiente semana. Los demás días serian las clases normales.

Salí de clases y me dirigí a la oficina de mi abuela, entre y ella estaba en su computadora.
—hola abuela ¿me ire caminado o con usted?
Ella levanta su vista al escucharme y cierra sus labios ojos —Elisa...quería, lo siento, había olvidado que estabas aquí ¿podrías irte hoy caminado? Mañana te conseguiré un transporte. Le sonreí y respondí:
—claro, no se preocupe abuela, yo caminare. Le di un beso y sali.
El camino a casa no era muy lejano, tal vez si me acostumbraba seria mas facil, era la primera vez que iba al instituto y repasaba las calles que tomaba para regresar y aprender bien el camino. Pase por la cafetería de los padres de Joao y entre. En ella estaba la hermana de él y su padre. —Hola señor Arauz ¿me podría traer un pedazo de pastel de chocolate para llevar ? —Dije acercándome al mostrador.
—claro que si Elisa.
El se dirigió a su hija y le pidió que me lo traiga y ella asintió con una sonrisa, me entregó el pedazo de pastel, le di el dinero y me dispuse a salir, iba a abrir la puerta y al hacerlo dos personas se me adelantaron, Joao entraba junto a Camille y no se por qué pero me molestaba verlos, no soportaba a Camille desde la vez que tomo una foto de mi cuerpo y la publicó, era una atrevida e inmadura. Ella me miro y tomo del brazo arrastrándolo y haciendo que entre, el me miro de reojo y yo salí.

Todo lo que he evitado desde que lleguéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora