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Salí del baño en toalla, había olvidado buscar mi pijama antes de bañarme, bien Elisa, siempre tan olvidadiza. Saqué un short y una blusa de tirantes con un estampado de Bob Esponja, mi ropa interior y unas pantuflas. Estaba a punto de quitarme la toalla cuando una pequeña piedra entro y callo desde mi ventana al piso, la miré y luego de donde provenía aquel objeto inerte. Miré el balcón que estaba en el cuarto de Joao y si, él estaba ahí sentado frente a su trípode pintando o dibujando algo que no podía mirar desde nuestra distancia. Él tenía una mirada burlesca, como odiaba cuando ponía esa cara, no se qué pretendía al achinar sus ojos y levantar la comisura de su lado derecho de los labios, si pretendía parecer malo no estaba logrando su objetivo. Parecía una mirada coqueta más no una de burla, hasta para fastidiarme la existencia era un inútil.
—¿qué quieres?– finalmente hable, espere a que el lo hiciera pero, al acercarme el solo me siguió mirando "divertido" sin decir una sola palabra.
—¿por qué querría algo de ti? –el bajo una de sus cejas y levanto la otra. ¿En serio? ¿Eso se podía hacer con las dos? Era la primera vez que veía que alguien levantaba una sola ceja y al bajarla podía levantar e intercambiar posición con la otra.
—pregunté primero, responde.
Me crucé de brazos y vi como el bajo su mirada a mis pechos unos segundos y volvió su mirada a la mía muy serio. — bien...solo quería decirte que no quiero ver espectáculos desde tu ventana ¿pretendías cambiarte asi? Tú ventana esta abierta, cualquier acosador podría mirar.
—un acosador... mmm no sé, no conozco alguno, oh si, tengo uno justo frente a mi...
Sabia que no era así, pero yo estaba a la defensiva y quería burlarme un poco de él,no me gustaba que me dejara como la tonta.
El carcajeó un poco ante mis palabras mientras, negaba con su cabeza como si lo que yo hubiera dicho fuera muy divertido para el. Pocas veces lo había visto asi, el se portaba muy frío y cortante conmigo a menos que se le ocurriera molestarme, pero esta vez era diferente, podía sentir el ambiente tranquilo a diferencia de otras ocasiones donde él y yo echábamos humo por las orejas con tal de no dejarse "ganar" por el otro. Sin darme cuenta, estaba sonriendo, si, sonreí ante la sonrisa de Joao de manea involuntaria y me obligué a ponerme seria ante mi posición.
—¿que es tan gracioso? –pregunté
—hablar contigo, eres como una niña
¿Cuantos años tienes? ¿15? – una burla más por parte de él y juro que le tiraba mi lámpara de noche que estaba justo a mi lado.
—eres un idiota– puse mis ojos en blanco y suspiré — ¿tu no tenías una cita con Camille?
—¿celosa? - levanto una de sus cejas y miro su dibujo.
—no, no tendría el más mínimo motivo para estarlo. Me sorprendí al verte aqui, acosando a una indefensa jovencita por su ventana que solo pretendía ponerse un poco de ropa ¡porque hace frío y quiere dormir!
—Hable más fuerte y lleve mis manos al airé desesperada por sus respuestas. La toalla que tenía en mi cuerpo se aflojo un poco y volví a sostenerla, me escondí un poco para que no lograse ver más de lo que yo le permitía.
—relájate,Elisa. Te dije que no, estoy dibujando y no me gusta que nadie me moleste.
Suspiré tratando de relajarme y me mordí los labios inferiores de manera que no sabía que decir.
—bien. Te dejo trabajar en lo tuyo. Buenas noches, Joao.
—buenas noches, Elisa.
No lo mire pero por su tono puede saber que tenía un sonrisa en su cara y sonreí al imaginarlo, es un tarado.

Todo lo que he evitado desde que lleguéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora