capítulo 20

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Ally se sobresaltó despertando de la terrible pesadilla. Cuando lo hizo, observó que James estaba a su lado. ¡Diablos! No lo había soñado. 

Se apartó con rapidez sentándose.

-Pensé que dormirías un poco más- pronunció sereno imitando su acto mientras Ally se pasaba las manos por el cabello.

-¿Cuánto tiempo pasó?- 

-No mucho. Quince minutos a lo máximo-

Ella se mordió los labios pensando en lo próximo que diría. 

No tenía ni idea.

-He dejado que me metas cosas en la cabeza…- dijo al fin guardando tranquilidad- Quiero llamar mi padre-

-¡No puedes!- interrumpió.

-¿Por qué no?-

-Porque eso no es todo-

-¡Mierda! – Su rabia se soltó y suspiró profundo tratando de calmarse al ver la curiosa expresión de su acompañante–Bueno, James… Sigamos entonces…Acabemos con esto - 

-¿Por dónde quieres comenzar?-

-No tengo idea. Tú eres el narrador de la intensa historia. ¿Lo olvidas?- irónica, prosiguió.

Antes de que Ally pierda la paciencia, James le tomó de la mano y la llevó hacia fuera. 

-¿A dónde vamos?-

-A un lugar abierto… Un poco de aire no te haría mal. Te llevaré a la pista atlética-

Ella hizo una mueca y le siguió como una pequeña derrotada por sus padres al ser sacada de la juguetería.

Pero eso no era suficiente, y sin embargo, decidió ignorar las miradas disimuladas que los demás estudiantes le dedicaban a la parejita. Unos les miraban con sorpresa y otros se apiadaban de la posible expulsión que sufriría la pobre estudiante nueva. 

Ally y James se sentaron por entre los pequeños matorrales cubiertos por la sombra de los árboles. Cerca no había nadie más que el otro.

Ella bufó antes de comenzar el próximo capítulo. 

-No me gusta que hagas eso- insistió él.

-¿Qué cosa?- 

-Bufarte. Portarte de esa manera… ¿No me lo crees, verdad?-

-¿Cómo esperas que… lo asimile así nada más?-

-Eso lo entiendo, pero no estás ayudando mucho- James habló con prisa.

-Lo dices como si importara saberlo para el próximo segundo-

James guardó silencio sin saber qué decir. Esa chica sabía como hacer que sus ideas a expresar se le esfumaran con una facilidad impresionante.

-¿Y bien?- dijo Ally perdiendo la paciencia. Sin embargo la mirada tierna de James que una vez más imploraba comportamiento de su parte, hizo que bajara su tono -¿Y bien?- volvió a repetir con más suavidad, casi en susurro, a la vez que bajaba la cabeza.

James le miró y sintió compasión o quizá ternura al verla ahí, con él. Tan vulnerable, tan delicada, tan… Ella.

-¿Puedes decirme algo en especial que quieras saber?-

Ella pensó un poco, no le fue difícil encontrar una pregunta. Balbuceando y esperando que James comprendiese, hizo el primer cuestionamiento -¿Por qué… tuvo que solo convertirlos…?- 

-Porque eso requiere de la cantidad de sangre que se beba… y la ponzoña, claro-

-¿La qué?- Ally se horrorizó.

Una Gota de vida (James)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora