-¡Maldición Ben! ¿Por qué no has apagado las alarmas aún? ¡Ya no hay estudiantes! – James se cubría los oídos al escuchar el perturbador sonido.
Ben le dirigió una mirada seca y desconectó los enchufes del aparato que producía aquel espantoso ruido ubicado al lado izquierdo del salón.
-A mí me molesta tanto como a ti. Lo sabes-
El incesante ruido, cesó provocando que James sonriera aliviado y se quitara las manos de las orejas.
-…Y no maldigas en frente de mi hija- Ben le acusó señalando con la cabeza a la pequeña Ciara que yacía sentada en el sillón mientras balanceaba los pies que no llegaban a tocar el suelo.
-Lo siento pequeña- James le sonrió y acarició su cabeza como si fuera un niño. Logró despeinarla más de lo que ya estaba.
Ella rió suavemente.
-Tengo un plan- dijo Ally entrando a la oficina de su padre con un papel en la mano.
Dentro, ellos la esperaban después de cambiarse de ropa.
Ciara le sonrió inocentemente, Ben le miró atento, y James… bueno… James bufó esperando cualquier tontería de su parte mientras no podía evitar reír.
Si no hubiera sido por la presencia de Ciara y por lo poco que durmió Ally la noche anterior pensando en lo estúpida que había sido al “insinuársele de forma… estúpida” a James, y en el peligro que Carlos corría… le habría respondido feamente.
Solo suspiró y se dirigió a su padre.
-Quiero ser la carnada- insistió una vez más. Y antes de que alguien reaccionara, prosiguió –Le haremos creer que lo soy-
Todos tenían caras confusas.
-Interesante- habló Ben y eso le dio confianza para seguir hablando.
Ally explicó su plan el cual sonaba muy convincente. No la ponía en riesgo y sobretodo no serían apercibidos. Todos ponían atención y resolvían cualquier duda presentada mientras la joven explicaba señalando sus dibujos propios de jardín de infantes con unas pocas letras expresadas en el papel.
-La mortal tuvo una buena idea al parecer- dijo James sonriendo rendido ante ella.
-Prefiero que no me digas así. Gracias- ella le retiró la mirada para enfocarse en Ciara, quien decidió hablar.
-Espero que podamos viajar mucho después de esto. ¡Compraremos muñecas para jugar!- dijo inocente.
-Lo haremos- respondió Ally.
James se recargó en el escritorio de Ben mientras revisaba el papel tratando de encontrarle alguna falla al plan.
-Todo está correcto- le dijo ella tranquilamente.
-¿He dicho algo a caso?- James comenzaba un nuevo pleito solo con su expresión.
La joven decidió cerrar la boca y respirar, sobretodo porque Ben había tomado la palabra –Ustedes dos se van a matar algún día- rió.
-Díselo a tu hija Ben, no deja de… - hizo una pausa mientras le miraba coquetamente.
Ally casi podía adivinar lo que él tenía para decir “insinuársele” “coquetearle” “provocarle”…
-…Joderme la paciencia- dijo al fin entendiendo que había logrado hacerle temer que dijera cualquier cosa fuera de límite-….Cualquier momento puedo estar clavándole el diente-
Ben se puso tan serio que le arrojó un libro para que se callara.
-¡Tu hija me lo pidió!- dijo en su defensa.
-¿Tú… qué?- pasmado, miró a Ally.
-Yo… se lo pedí- dijo inocente.
-¿Por qué? ¿A caso no piensas lo que dices?- Ben se cruzó de brazos.
-No. No lo pensé. De todas formas, ¿Qué adolescente lo hace?- aclaró de forma divertida para apaciguar la seriedad de su padre.
**
-Diré algo probablemente estúpido- advirtió ella mientras caminaban en medio de las canchas de básquet para preparar el plan.
-Adelante- James le dio la palabra no sin antes reír vagamente.
-¿Crees que si le marco al celular conteste?- se refirió a Carlos.
Él se detuvo -Tenías razón. Es algo estúpido-
Ally hizo una mueca.
-No importa. Le marcaré- Ella cogió su teléfono celular pero lo hizo en vano, no había recepción (como en muchas otras ocasiones).
-¿Para qué quieres marcarle? ¿Para que Kevin conteste y te asuste?- continuó caminando.
-Solo quiero saber si está bien-
-Está con un vampiro. Es obvio que no-
-Tienes razón. Yo estoy contigo y no me siento del todo cómoda…-
James abría respondido a eso, pero calló a ver que la palabrería de su acompañante continuaba.
-Además… No puedo pensar si quiera en todo lo que le puede estar pasando- Ally bajó la mirada preocupada.
-Iré a buscarlo- James se detuvo sabiendo lo que Carlos significaba para ella.
-¿Y arruinar el plan? ¡No!-
“Arruinar el plan” De alguna manera eso no le hizo sentir mejor a James. Hubiera deseado que le sonriera luego de plantarle un adictivo beso… Un lujurioso y exquisito beso.
¿Pero qué estupideces estaba pensando? Lo mejor era mantener su distancia. Todo estaba genial sin ella en el mapa. Si Ally estaba enamorada de Carlos, pues bien por él. De hecho, les pagaría un viaje para que se alejen. No habría problema ¿O sí?
-…Ciertamente no lo permitiría- susurró Ally casi eludible por alguna razón.
Recogieron el montón de ropa de las lavanderías. Toda la que iban a necesitar. Una vez que estuvieron bien lavadas, James se encargó de tomarlas y llevarlas hacia Ben quien preparaba el maniquí junto a Ciara.
El plan era claro. Parte de él era hacer que Kevin detectase el olor de Ally a través de un maniquí que por medio de un sistema eléctrico no tan complejo, podría moverse. Lo suficiente al menos. Lo siguiente sería cuestión de los vampiros. Incluyendo el salvar a Carlos. Obviamente ese no era todo el plan.
Sin embargo. Al caer la noche, Ally no podía dejar de sentir ese hueco enorme en el corazón. Todo dependería de lo que pase…. ¿Quién sabe cuándo?. A pesar de todo, ese momento le parecía demasiado cercano. Y por cierta parte, deseaba que sea así logrando acabar de una buena vez con todo el caos y salvar a Carlos. Pero por otro lado, no. Temía que le hagan daño a él o incluso a su padre, Ciara… y a James de alguna forma u otra.
Se paseaba de un lado a otro por su habitación. Había pedido algo de espacio para darse un baño y ponerse un calentador que le protegiese del frío. Ahora que estaba lista, no le extrañaba que en cualquier momento alguno de los pertenecientes de su custodia apareciese por la puerta.
Casi se comía las uñas. Las rodillas le temblaban y el estómago le crujía aunque no necesariamente por hambre.
Bajó hasta la oficina de su padre. Por cierto, la más cercana a la salida principal; pero la menos concurrida en las clases. Entró como si nada y tomó asiento. Los demás observaban sentados con las bocas cerradas.
-¿Todo listo?- Ally preguntó sobre los materiales.
-Este plan ha sido ridículo- mencionó James.
-Y aún así has aceptado-
-Es de sabios cambiar de opinión-
Ally hizo una rabieta y decidió ignorarle. Observó el rostro de Ciara, la pequeña también parecía nerviosa, a su manera infantil, claro. Su padre parecía más bien estar en una sala de espera sabiendo que su familiar más querido está agonizando dentro de un quirófano.
James, por su parte, ni se inmutaba.
Ally se arrepintió de haber presentado el plan, y antes de que su padre le dijera “No va a funcionar”, decidió romper el hielo de una forma no tan… particular.
-¿Puedo prender la radio?-
Ben asintió.
Ella se dirigió al aparato de tamaño medio que parecía más bien un estéreo completo y lo encendió. Como era obvio, algunas emisoras no captaban la señal. Cambió varias veces las estaciones y encontró una al fin.
-“Y continuamos en Radio Rock at Night- decía el locutor -Una noche muy fría que la vamos a ir calentando poco a poco con la mejor música. Lo más sonado. Aquí tenemos a nuestra primera banda de la noche. Sé que reconocerán esta canción. Y recuerden, estaremos las próximas dos horas brindando lo mejor de lo mejor. Me refiero a todo lo que están esperando en rock y metal damas y caballeros…”-
Una canción extremadamente fuerte producida por la batería y guitarras eléctricas, entre otros instrumentos, comenzó a sonar a través de los parlantes. Afortunadamente el volumen era muy bajo para que no altere a los demás. Pero a decir verdad. Ese no era el tipo de música que Ally escuchaba. Era demasiado para ella. A veces hasta lograba asustarla.
Frustrada y rendida, apagó el estúpido aparato como si este tuviera la culpa.
-Lo siento…- dijo y se marchó de regreso a su habitación. Sería mejor estar sola que mirar los rostros Sin-expresión de los demás.
En cuanto cerró la puerta detrás de sí, su celular vibró con un tono demasiado conocido.
-Kevin- susurró alarmada.
Suspiró agarrando el pequeño móvil en sus manos y luego de pensárselo varias veces en contestar, decidió atender la llamada.
-Hola- agradeció que no se note el nerviosismo en su voz, pero no pudo evitar sentir un gran peso sobre la espalda.
-Querida, ¿Cómo estás?- notó en él algo de superioridad pero también tranquilidad. Al igual que los secuestradores cuando piensan que tienen el juego ganado. Estaba tan paciente que parecía causar vómito en Ally.
-Bien… estoy… Bien- calló - ¿Y tú?-
-Preocupado cariño. ¿Por qué no has llamado? Me contaron que los estudiantes han sido enviados a casa por una razón. ¿Cuál era? – Fingió no recordarlo - ¡Ah, sí!... Los fuertes vientos-
-Pues… dijiste que estarías de viaje. Y… ¿Quién te lo contó?- Ally aparentó no saberlo.
-Un amigo tuyo. ¿Carlos?... Sí. Me parece que se llama Carlos-
-¿Dónde está él?- habló rápido casi perdiendo la paciencia ante el comportamiento de Kevin.
-Está bien querida… Está bien- rió – Pero quien sabe, a veces las personas enferman. Vino a visitarme ¿Sabes?-
-Mentira-
-Dejemos las cosas claro, quiero que regreses conmigo. No más escuelitas con forma de castillo. Eso no es lo tuyo, cielo. Iré a recogerte ahora mismo-
-Quiero ver a Carlos. ¿Dónde está él?-
-En casa querida. Aquí se va a quedar por unos días-
-Tráelo contigo-
-¿Es tu novio, linda?- Él esquivó la pregunta.
-No. Solo… tráelo. Necesito saber que está bien-
-Como quieras…- rió irónico- ¡Ah! Por cierto, coméntales a tus amigos… - su tono de voz cambió -… que estén preparados con todo lo que tengan- dicho esto con un tono severo, cerró la llamada.
El corazón le palpitaba con fuerza y ojalá hubiera sido por estar enamorada de algún idiota. Pero no. Esto era mucho peor que un profesor cuando te encuentra copiando en el examen final y te envía a dirección.
Las manos de Ally se helaron por completo y apenas podía moverse sin perder la razón. Corrió lo más rápido que pudo hasta chocar con James, quien al parecer iba a buscarla.
Ally no pudo evitar sollozar mientras le costaba trabajo tomar aire para hablar.
-Viene…-
-¿Viene?- James no entendía - ¡¡¿Viene?!!- repitió furioso comprendiendo lo que ella intentaba decirle mientras la agarraba por los hombros.
Sus ojos y el fuerte apretón que accidentalmente le esta dando a Ally, le contaron a ella cuán enojado estaba. Sería su momento de la venganza. El momento decisivo. El momento que había esperado desde… que se volvió lo que era. Y esta vez no le dejaría hacer daño a nadie.(Denle play...)
http://www.youtube.com/watch?v=Kcy0yBNWi20Cuando él notó lo que estaba haciendo, la estrechó en sus brazos con menor fuerza pero continuando apretándola como si no deseara dejarla ir. Y claro que no lo haría. La protegería incluso si eso significaba… dejar de existir.
Secó sus lágrimas con suavidad y le besó la frente.
Ambos respiraban con rapidez. El uno se perdió en los ojos del otro, aunque los de Ally estaban más asustados como los de un conejo pidiendo no ser atacado por el lobo.
-Nada te pasará. Lo prometo- le dijo a centímetros de su cara. James hizo un intento por sonreírle pero a penas curvó las comisuras de sus labios sabiendo que si algo le pasaba a ella, se encargaría de suicidar a su propio cuerpo sin vida.
Sin embargo. ¿Por qué sonreírle cuando podía demostrarle de otra manera lo que significaba para él?
Miró sus labios una vez más y acortó la espesa distancia que los separaba. La besó. La besó con fuerza. Como si no hubiera un mañana, como si nada más importara, como si no fuera… un error.
Sus manos no la soltaban ni un instante, la tenían muy apretada a él sin darle opción a escapar. Sus labios se movían en única armonía que parecía ser perfecta haciéndole pensar a James, que valió la pena esperar tanto si iba a estar con ella en ese momento.
La lengua de James se abrió paso por la boca de Ally; suave y despacio sintió con mayor intensidad el sabor de sus labios. Las manos de Ally se ubicaron sobre sus hombros, él la agarró más fuerte de la cintura sintiendo la fricción de su cuerpo contra el de ella. Amaba estar así… demasiado.
El aire comenzaba a faltar, pero no sentía que fuese lo necesario para apartarse. Segundos después de deleitarse con el manjar más exquisito, suspiró sin casi apartarse de su ser.
-Te… te quiero- le dijo en susurro.
–Entonces, sí puedes sentir- Ella casi sonrió.
-Lo hice desde que te conocí-
Despacio, volvió a unir sus labios con los de ella; esta vez, de manera más corta. Acarició su rostro y rendido, le sonrió. Ya no había opción. Estaba enamorado. Pero lo mejor fue cuando sintió un cosquilleo distinto y mucho más agradable cuando ella fue quien decidió volver a besarle. Era correspondido de alguna forma.
El sentimiento más agradable… El peor error.
Su error favorito.
Y sin embargo... un error que no podía volver a cometer.
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Una Gota de vida (James)
Teen Fiction"Una gota de vida" es una nueva novela que narra la vida de Ally quien es una muchacha soñadora considerada por los demás como "anti-social" . Actualmente vive con su padre, quien a veces puede ser un completo extraño para ella. Él decide enviarle...