CAPITULO 25

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“Voy a protegerte. No pienso deshacerme del placer que eso me provocaría. Y si no lo hago, mi existencia será mi propia condena.” 

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Las partes bajas de los ojos de Ally le pesaban como si llevara cubos de hielo, salvo que a diferencia de otros, estos le quemaban y pesaban como si llevara granadas a punto de explotar. 
Miró a su alrededor con una expresión seria en el rostro. Con sus ojos entrecerrados y su tensa quijada, su postura en el suelo la hacía parecer una olvidada estatua. Abrazada de las piernas en un costado de la oficina de Ben, rechinaba sus dientes a propósito.
James le había ordenado no moverse ni hablar lo cual la llenó de una invisible cólera interna. Se sentía tan impotente al no poder hacer nada. 
Su cabeza tarareaba una canción de suspenso como si se tratara de una película. Su mente había vagado entre la nada, pero sus ojos seguían enfocados en la espalda de James quien con expresiones inexplicables se dirigía a Ben y a Ciara recordando sus posiciones y ataques mientras se quejaba del nivel de polen de la época. Si bien es cierto, no había mucho, pero se hacía notar a través de sus fosas nasales. De vez en cuando, Ben hablaba para corregirle o confirmar una idea.
El celular de la chica vibró dentro del bolsillo. 
-Estoy dentro, querida- casi parecía observarle sonreír a través del aparato con cada imponente susurro.
-¿Dónde?- 
-Búscame. Tú sola por favor-
Fin de la llamada.
Ally dejó el teléfono de lado. Todos la miraban. 
-¿Era él, no?-
Asintió.
-Bien. Lo esperaremos en el prado según el plan- dijo Ben.
-No está en el prado-
Varios segundos de silencio le siguieron al corto comentario.
-Entonces debemos ser rápidos y esperarle entre los pinos- intervino James –Ahí no captará nuestro olor - recalcó él.
¡El plan! ¡Como si fuese a funcionar ahora! El bendito plan constaba en engañar a Kevin esparciendo una cantidad considerable del olor de Ally sobre un maniquí ubicado cerca del bosque cuyos pinos cubrían todo el territorio. El olor de la figurilla combinada con el extremadamente fuerte de los árboles entorpecería las capacidades del atacante. Sin embargo, lo haría al mismo tiempo con su padre, su hermana y James; salvo que ellos tenían ventaja sobre el territorio puesto que lo conocían y estaban acostumbrados a él. Era su refugio cuando lo necesitaban. Ahora Kevin estaba dentro. ¿Habría conocido su plan de alguna manera? ¿Cómo entró sin ser notado?
El corazón de Ally pareció dar un tembloroso pálpito que tronó sobre toda la oficina.
-Es tarde, James. Él entró-
Todos enmudecieron.
-¿Dónde está?- Ciara decidió preguntar mientras se ponía de pie y se ponía en modo de ataque. La rabia también la cargaba.
-Si lo supiera te lo diría-
-¡Demonios! ¿Cómo entró sin que no lo supiéramos?- James se dirigió a todos.
Ante el silencio, Ally continuó. 
-Pidió que lo busque… yo sola- 
-De ninguna maldita manera- El joven golpeó el escritorio. 
Ben observó la frustración de James pero decidió no acompañarle en sentimiento. Lo mejor era guardar la calma aunque su ira quemaba hasta lo más recóndito de su existencia.
-Ven aquí- le indicó Ben de forma suave, guardando el rencor.
Ally se puso de pie y se dirigió a Ben.
-Ciara, vigila desde la torre. Si pasa algo informa a través de las alarmas- ordenó James mientras Ben quedaba frente a frente con su hija.
Ciara obedeció y salió.
-Pase lo que pase…. No olvides que eres uno de mis mejores regalos Sophie – Le sonrió son tristeza- …Y me alegra haber sabido que estabas viva. Cualquier plan que él tenga, va a fracasar aunque no sea fácil. Es muy fuerte, pero no temas… Siempre nos tendrás de alguna manera- 
Ally bajó la mirada mientras los ojos se le llenaban de lágrimas. Deseaba que todo este juego macabro terminase pronto. Deseaba no haber sido engañada toda su vida...Deseaba que aquello no pareciese una despedida. ¿Por qué diablos lo hacía? ¿A caso Kevin era más poderoso de lo que ella se imaginaba?
-Sé fuerte- finalizó él mientras salía. Sin regresar su vista, desde la puerta, prosiguió.
-Seguiremos con el plan... James, encárgate de llevarlo al prado. Le será más difícil pelear ahí. Pero antes lleva a Ally al cuarto negro-
-¡Papá!- interrumpió ella antes de que él se vaya -¡Te quiero mucho!- susurró.
Dos lágrimas le corrieron por las mejillas ante la sonrisa melancólica de su padre. 
-Y yo- Él se retiró.
Los únicos que quedaban eran James y ella. 
-¿Qué es el cuarto negro?-
James sacó un ramo de extrañas plantas y se dio varios golpecitos sobre el cuerpo. 
Ella entendió enseguida. Cualquier rastro de su olor se iría del organismo varonil dejando aromas completamente diferentes. Luego cargó un frasco de perfume de hombre que a diferencia de otros, era extremadamente suave, y roció un poco sobre la fémina.
-Sólo sígueme- 
James revisó por los pasillos y la condujo con rapidez sin tocarla. 
Hizo ademán de desear entrar a una habitación, pero antes le indicó a ella que debía pasar. Ella entró insegura y James prosiguió.
-Debes permanecer aquí mientras…dure. Esta habitación filtra tu aroma por lo que no podrá encontrarte aquí. Por ningún motivo vas a salir. ¿Entendido?-
-Y si…-
-Por ningún motivo- acentuó James – Solo complicarías las cosas. No te voy a encerrar porque sé que eres lo suficientemente inteligente como para obedecerme al menos una vez en tu vida. Y porque… de todas formas… si todos nos eliminamos ahí afuera, no podrías quedarte toda tu vida aquí- Casi terminó en susurro. –Lo siento… Estoy diciendo estupideces. - se disculpó enseguida mientras rasqueteaba su cabeza - Todo saldrá bien, ¿Entendido?- 
Ally suspiró.
-Mira… Él es muy fuerte. Ya te lo he dicho. Los vampiros se vuelven fuertes por dos razones. –Señaló con sus dedos- Una: Por el tiempo. Los más legendarios son los más fuertes. Y dos: Por haber sido convertidos por un legendario. Ahora, resulta que él es fuerte por tiempo. Y yo por haber sido convertido por él aunque también tengo algo de tiempo a mi favor. La cuestión es que somos tres contra uno. Así que no te preocupes-
Ally temió que esa explicación dicha por James haya sido para convencerse así mismo de que todo estaría bien más que para tranquilizarla. Sin embargo, logró calmar un poco sus nervios.
-Todo estará en orden cuando esto termine. ¿Verdad?-
-Sí. Tendrás tu vida junto a Ben y Ciara-
-Y… contigo- Ally intentó sonreír animada, sin embargo la situación no le dejaba sonreír. Aún así, James lo había notado.
Él negó –Conmigo no. La única razón por la que he estado con Ben y Ciara…. Ha sido para ser más fuertes cuando nos encontremos con él. Si él ya no está… no hay razón para quedarme-
-Pero…-
-Eso es todo Ally. Tú conseguiste tu familia. Una gran familia, debo decir. Yo… iré hacia nuevos… horizontes- Él trato de sonreír irónico.
-No puedo creer lo que estás diciendo- ella negaba sin comprender- ¿Vas a irte?, ¿Así?, ¿Sin más que…?-
-Sí. Voy a irme.- interrumpió - Olvida lo que dije hace un momento. Estar conmigo solo te haría daño y eso no me lo perdonaría. Ahora, por favor… quédate aquí sin hacer ruido. Vendremos a buscarte cuando tu falso padre haya dejado de existir- 
El labio inferior de Ally tembló luego de que la puerta fuese azotada dejándola sola. Para evitar que su labio siga “danzando” y que sus lágrimas sigan demostrando lo mal que se sentía, cerró la boca con fuerza y parpadeó rápidamente al tiempo que se abrazaba a sí misma.
El frío se apoderaba poco a poco de su cuerpo, pero nada le importaba eso ahora. Kevin le había pedido que lo buscara y James por su parte, la había encerrado. ¡Estúpida frustración!¡Estúpida vida! 
Se pellizcó una y otra vez para tratar de despertar de la espantosa pesadilla, para recuperar su “decente” vida. A pesar de todo, lo único que conseguía eran pequeños moretones en el brazo. Tres para ser exacta.

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Pasó cerca una hora…. 
Ally temblaba no necesariamente por el frío, aunque no podía negar que colaboraba a incrementar su indescriptible estado. El corazón parecía quemársele mientras imploraba salir de su pecho; sus ojos cristalinos y llenos de varias lágrimas deseosas de resbalarse por su piel, se volvieron negros. 
Un fuerte estruendo fue captado por sus oídos. 
La miserable muchacha cerró los ojos con fuerza. 
-¡Jamesssss!- escuchó por los altavoces.
Ella agudizó su sentido auditivo conociendo perfectamente la voz chirriante de quien exclamaba. 
Un grito detenido se escuchó por consiguiente y de inmediato supo que Ciara estaba siendo atacada; y James… también podría estar en problemas. 
Ally tensó su mandíbula con rabia y abrió las puertas. 
Tomó camino hacia la torre. Con cada paso que daba, se recalcaba lo estúpida que había sido. Ya no tenía miedo. Solo rabia. Estaba harta de ser la indefensa muchachita llorona a cual todos tenían que proteger. ¡Y sí! Era terca, había salido; pero al menos intentaría distraer de alguna manera a aquel personaje que por años había fingido ser su padre. De todas formas, estaba perdida.
Cruzó una esquina girando hacia la derecha, era la mitad del trayecto cuando encontró a su padre agonizante. Una lanceta de plata le atravesaba el pecho. 
Toda la rabia cargada sobre los puchos cerrados incrementó tiñéndose al mismo tiempo de dolor y deseos de venganza.
-¡No! – Le dijo corta y vagamente su padre.
-¡Papá!- Ally se agachó y le retiró el objeto.
-Regresa al cuarto negro…. Sálvate- Ben susurraba con entrecortes a causa de estar siendo destrozado por aquel oscuro ente.
-No regresaré- indicó ella – De alguna manera acabaremos con él-
Su padre sonrió guardando el dolor para sí. Ally era exactamente igual de testaruda que Ana. ¡Su adorada Ana!
Sin embargo, su sonrisa duró poco, su cuerpo se había comenzado a carcomer como si se estuviera incinerando. No le quedaba mucho tiempo. Eso era seguro.
-Te quiero. Nunca lo olvides- pronunció suavemente.
-Yo también te quiero papá- 
Ally tomó sobre sus manos la cabeza de su padre y le besó la frente. 
-Es bueno haber visto en ti... después de tanto tiempo, toda la maravilla que tu madre poseía- 
Las comisuras de los labios de Ally se curvaron al tiempo que una lágrima caía de sus ojos. -La heredé de los dos-
Su padre sonrió por última vez justo antes de que su cuerpo se retorciese de dolor y su cabeza comenzase a convertirse en cenizas. 
Esos cortos segundos, esas cortas palabras, ese cortísimo instante…Todo eso le sirvió para volverse más fuerte. Para saber que ahora solo tenía a James y a Ciara; para saber que su padre siempre la había querido y había deseado protegerla hasta el último instante; para saber… o más bien confirmar todo ello y aún más… 
El hecho de que… no estaría sola a pesar de lo que tuviera que enfrentar.

Una Gota de vida (James)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora