~2~

321 57 22
                                    


HaeRi no es una zorra. Es sólo una chica enamorada. Yo soy el sapo que desea al príncipe encantado, aun sabiendo que jamás me mirará.

ChanYeol tenía un lindo lunar escondido detrás de su oreja derecha. BaekHyun lo había descubierto en la clase de biología, mientras la profesora Kim escribía en el gran pizarrón frente a ellos. Era la clase favorita de BaekHyun, pero no por la temática, sino porque era una clase concurrida y todos debían sentarse muy cerca, para caber en el pequeño salón. BaekHyun logró conseguir un lugar justo detrás de ChanYeol, y pasaba la mayor parte del tiempo observando al chico alto. Le encantaba acariciarle la nuca con los ojos, cuando ChanYeol llegaba con el cabello recién cortado, BaekHyun se daba un pequeño festín visual. Pasaba la hora entera de la clase, imaginando cómo sería tocar la piel detrás de sus orejas, cómo sería besarlo lentamente ahí. Quizá, se estremecería. Quizá, podría escucharlo gemir su nombre.

—¡Byun! ¿Estás poniendo atención? —la profesora Kim gritó su nombre y BaekHyun saltó en su asiento.

—S-sí... —respondió, sonrojándose. Toda la clase lo miró por un momento. Todos, menos ChanYeol, quien seguía escribiendo en su cuaderno—. Lo siento.

—Bien. Es importante que anote la información que voy a darles ahora, es para el examen. Los exámenes son más importantes que la cabeza de su compañero de enfrente. ¿Entendido?

El rostro de BaekHyun se pintó con todos los tonos de rojo, mientras sus compañeros de clase producían sonidos de burla. ChanYeol se irguió en su asiento, y él sintió que el piso se abría bajo sus pies, su estómago tembló con vergüenza y ansiedad. La profesora llamó la atención de la clase y continuó escribiendo.

****

—¡La odio tanto! —BaekHyun sollozaba, con el rostro oculto entre sus manos. Estaba sentado bajo un gran roble, en el jardín de la escuela.

—Tranquilo, amigo. Mira el lado positivo. Ahora el grandulón apestoso sabe que te gusta —KyungSoo ahogó una risa, mientras mordía el sándwich de queso en su mano. Era la hora del almuerzo y el chico estaba hambriento—. Si no te vas a comer esa bolsa de manzanas con canela, me la comeré yo.

—¿Cómo puedo comer en un momento así? ¡Eres tan insensible! —BaekHyun miró a su amigo, quien ya se había robado la bolsa de frituras y las degustaba con alegría—. ¡Mi vida terminó!

—¡Aish! Vamos, BaekHyun. No es el fin del mundo. El tipo ni siquiera te mira. Y no somos tan importantes para los demás. Pronto se olvidará todo el asunto... Mira, ahí va el susodicho con la zorra esa.

KyungSoo señaló al pasillo de la cafetería. ChanYeol caminaba junto a HaeRi, ambos sonreían animadamente, mientras otros estudiantes se acercaban a ellos. Claro, así debía ser. Porque, aunque ChanYeol apenas llevaba unos meses en la escuela, se había convertido en el chico más popular. Y era lógico que HaeRi siempre estuviera a su lado. Pero, lo predecible no hacía sentir mejor a BaekHyun. Suspiró ante la escena. Se limpió las lágrimas con una servilleta y se limitó a observar a su amor secreto. ChanYeol ocupó una de las mesas cerca del jardín, conversaba animadamente con el pequeño grupo que se formó a su alrededor. BaekHyun odió a cada uno de ellos. Tenían tanta suerte, podían escuchar la voz profunda de ChanYeol, mientras contaba alguna anécdota graciosa. Podían mirar su sonrisa de cerca y sentir ese calorcito que siempre parecía emanar de él.

****

El festival de primavera llegó. Tanto el patio de la escuela, como algunos salones, se convirtieron en pequeños negocios o centros de entretenimiento. Todo estaba decorado con papeles y globos de colores. Bonitos letreros, hechos por los alumnos, indicaban qué se hacía en cada estación. Algunos leían la mano, otros vendían bebidas frías. Había un salón donde practicaban las coreografías de las canciones más exitosas, incluso enseñaban a dibujar. Mucho aprovechaban el festival para mostrar sus talentos ocultos.

Diario de un observador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora